Hace 16 años que los estudios de Nutrición Humana y Dietética fueron reconocidos por el Ministerio de Educación y Cultura, el 20 de marzo de 1998. Posteriormente, el 18 de marzo de 2009, el Ministerio de Ciencia e Innovación aprobaba la Orden CIN/730/2009, que establecía los requisitos para la verificación del título universitario oficial que habilitaba para el ejercicio de la profesión de Dietista-Nutricionista.
Sin embargo, los primeros titulados son de 1991, de la Universidad del País Vasco, con título propio. Le siguió la Universidad de Navarra, la Universidad de Barcelona, y después otras tantas hasta llegar a un total de 23 universidades, 7 privadas y 16 públicas.
En 2003, el Ministerio de Sanidad y Consumo aprobaba la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, por la que reconocía al Dietista-Nutricionista profesión sanitaria, titulada y regulada, con nivel de Diplomado, junto a Enfermería, Fisioterapia, Terapia Ocupacional, Podología, Óptica y Optometría y Logopedia. Y le otorgaba la función de las actividades orientadas a la alimentación de la persona o grupos de personas, adecuadas a las necesidades fisiológicas y, en su caso, patológicas de las mismas, y de acuerdo con los principios de prevención y salud pública.
La lucha por la profesión y el reconocimiento
Los dietistas-nutricionistas, conscientes de la necesidad de estar unidos para poner las bases de una profesión que iniciaba su andadura en un país en el que no estaba regulada, se agruparon en torno a la AEDN, Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas, el 13 de diciembre de 1988. Sus fundadoras fueron principalmente mujeres catalanas que hicieron sus estudios en Francia para luego poder ejercer en España.
Posteriormente, se firma el Pacto de Barcelona entre las Comunidades Autónomas donde hay Asociación de Dietistas-Nutricionistas con el fin de promover la creación de los Colegios Profesionales. Navarra es la primera comunidad autónoma en lograr el Colegio Oficial en 2004. Le siguen las Islas Baleares y Aragón en 2007, Castilla La Mancha y País Vasco en 2008, Comunidad Valenciana en 2009 y finalmente Murcia, Andalucía y Cataluña en 2013.
En 2003, en un Documento de Consenso en el que participan trece universidades españolas, se definen las competencias profesionales del dietista-nutricionista. Si bien es cierto que actualmente con la orden CIN esto ya no tiene sentido, sí lo ha tenido durante seis años de nuestra andadura profesional.
El 8 de octubre de 2011, en Asamblea General de la AEDN celebrada en Valladolid, ante unas 200 personas, se aprobó por unanimidad la disolución de la AEDN y la reconversión de ésta en dos nuevas entidades: el Consejo General como institución de derecho público, encargado de la defensa de la profesión; y la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas, responsable de la voz científica, formativa y divulgativa de la Nutrición Humana y Dietética.
Dietistas-Nutricionistas ante el Senado
El 18 de junio de 2010, Giuseppe Russolillo defendía en el Senado, una ponencia sobre las necesidades de Dietistas-Nutricionistas en el Sistema Nacional de Salud, concretando dicha propuesta en un dietista-nutricionista cada 50.000 tarjetas sanitarias, un dietista-nutricionista cada 100 camas en atención especializada, un dietista-nutricionista por cada unidad asistencial con enfermedades relacionadas con la nutrición, un dietista-nutricionista por cada servicio de alimentación hospitalaria y un dietista-nutricionista cada 500.000 habitantes para salud pública y prevención. Todo ello justificando los beneficios de ello: mejorar la calidad de vida, reducir las enfermedades relacionadas con la alimentación, mejorar la relación coste-efectividad de los tratamientos, reducir las listas de espera y lograr una asistencia sanitaria pública para toda la población en condiciones de igualdad efectiva.
En 2009 la AEDN presentó denuncia sobre las competencias otorgadas a farmacéuticos y enfermeros en materia de nutrición, sin embargo el Tribunal Supremo fue firme al argumentar que en todas las profesiones sanitarias existen una serie de funciones que se solapan, que son semejantes o a veces idénticas, y que no por eso una ejerce la profesión de la otra. Y concluía que mientras para un dietista-nutricionista la nutrición es la competencia principal, para las otras dos profesiones es una formación teórica que en ningún caso debe confundirse con el ejercicio de la profesión.
El 20 de junio de 2012 nos reunimos en Madrid una comitiva de Presidentes de Colegios Oficiales con el Director General de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, quien nos hace ver que la aprobación de la Ley de creación del Consejo se va a retrasar necesariamente, porque se está revisando la Ley de Servicios y Colegios Profesionales, por lo que nos anima a crear el Consejo General entre los Colegios constituidos hasta la fecha. Así que nos ponemos manos a la obra.
El 11 de febrero de 2013 creamos el Consejo General ante Notario, en Valencia, y el 13 de abril de 2013 celebramos la Asamblea Constituyente donde quedan nombrados los órganos de gobierno: la Asamblea, el Pleno y la Comisión Ejecutiva.
Dicho Consejo General lo constituimos seis Colegios Profesionales: Navarra, Aragón, Baleares, Castilla La Mancha, País Vasco y Comunidad Valenciana.
Posteriormente, en mayo de 2014 se incorpora Murcia. Y, lo más importante, desde el primer momento, el Ministerio de Sanidad nos considera interlocutor válido para representar a los Dietistas-Nutricionistas.
Otro hito histórico en nuestra profesión fue la aprobación del Código Deontológico de la profesión de dietista-nutricionista en abril de 2013. Fue realmente un momento en el que fuimos más conscientes de la trascendencia de nuestra profesión y del papel que debemos desempeñar en la sociedad.
No estamos solos
Desde sus inicios, la AEDN y después el Cgdne y la FEDN, han tenido vocación de colectivo. Y esto nos ha llevado a estar siempre unidos entre nosotros y unidos con Europa, a través de la EFAD, con Iberoamérica, a través de AIBRAN, y con la Confederación Internacional, a través de la ICDA.
Actualmente se calcula que hay unos 9000 dietistas-nutricionistas titulados en España. Sin embargo, la regulación de la profesión está aún en sus inicios. Apenas existen plazas públicas, no existe ninguna medida por parte del Gobierno de proteger al ciudadano del intrusismo sanitario o de la mala praxis en nutrición, y actualmente se cuestiona la colegiación obligatoria, en un intento de dejar a la profesión totalmente indefensa. Sin embargo, el colectivo, como tal, no para de crecer y hacerse fuerte.
El Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas de España se ha aprobado el 15 de octubre de 2014, sin embargo, éste lleva actuando y trabajando hacia adentro desde abril de 2013, por lo que ahora ya es una entidad con organización interna y proyección de futuro.
Siguiendo el modelo americano y canadiense, pero también el de nuestros colegas los Dentistas, el colectivo se ha organizado en dos entidades, el Consejo General y la Fundación. La FEDN tiene como fin la formación de los Dietistas-Nutricionistas, la investigación y la evidencia científica y, muy importante, la educación de la población a través de la divulgación de la nutrición y la alimentación.
“Los dietistas-nutricionistas tenemos un papel relevante en la sostenibilidad, tendremos que enseñar a comer a las personas, no sólo sano sino sostenible y es el próximo reto que nos ha encargado la OMS para los próximos años”. Con estas palabras finalizó Russolillo su comparecencia ante el Senado en 2011, y las repitió en el marco del VI Congreso FEDN en 2014 cuando presentó el Congreso Internacional de Dietistas-Nutricionistas que tiene el honor de organizar en Granada en septiembre 2016.
La prestación de servicios propios de los dietistas-nutricionistas precisa de una intervención por parte de las autoridades sanitarias, para modernizar el SNS a través de la incorporación de éstos profesionales sanitarios. Y los dietistas-nutricionistas, tras la aprobación de la Ley de creación del Consejo General, se sienten con un ánimo renovado para continuar la lucha, pacífica, sin prisa, pero sin pausa, por el reconocimiento de su labor en la sociedad actual.