El año 2016 se presenta lleno de retos en lo referente al sector sanitario. Desde la Federación Nacional de Clínicas Privadas, la patronal más representativa de la sanidad privada española, hemos resumido algunos de nuestros más importantes “deseos” para el nuevo año:
1. Despolitización de la sanidad, mediante un Pacto Nacional de Sanidad que vaya más allá de las legislaturas y de los partidos gobernantes, que de estabilidad y seguridad al ciudadano y que dibuje un escenario de “denominador común” entre las distintas comunidades autónomas, salvando las dificultades de la necesaria identidad e idiosincrasia de los diferentes sistemas de salud de cada una de ellas. Un pacto que garantice unos presupuestos reales, ajustados a las necesidades asistenciales de la población, sin que su infrafinanciación ponga en peligro la prestación de un derecho fundamental y constitucionalmente protegido como es el “derecho a la protección de la salud”.
2. Optimización de los recursos sanitarios existentes en España, independientemente del origen público o privado del capital social de la entidad, según criterios objetivos de coste-efectividad y mediante un sistema transparente y equitativo.
3. Apuesta por la calidad asistencial y la seguridad del paciente, como elemento esencial de la prestación sanitaria, mediante evaluaciones y acreditaciones de calidad.
4. Fomento del turismo de salud, aprovechando el gran potencial de crecimiento de este mercado, el prestigio y la excelencia de nuestros profesionales y centros sanitarios.
5. Potenciación de la colaboración público-privada en un marco en el que se encuentren definidos claramente los ámbitos competenciales para evitar interferencias entre ambos sectores y buscando sinergias para una mejor sostenibilidad del sistema sanitario.
6. Respeto al derecho de elección del ciudadano a tratarse en un centro público o privado, en igualdad de condiciones y estándares de calidad.
7. Atención a la cronicidad, mediante un programa sociosanitario, que garantiza la asistencia del paciente crónico a un coste cinco veces menor que en estructuras hospitalarias y un entorno mucho más adaptado a las necesidades de dicho perfil asistencial.
8. Facturación de los servicios asistenciales a partir de sus “costes reales” como vía para el reconocimiento y la defensa de la retribución de la sanidad, de los profesionales y de la viabilidad de las entidades sanitarias que invierten y arriesgan su capital, en favor de la prestación de un servicio público como es la sanidad. De otra forma se pone en peligro la calidad asistencial y se generan actos de competencia desleal.
9. Apuesta por las Tecnología de la Información y Comunicación (TIC) como herramienta de prevención, seguimiento y control de la salud de los ciudadanos.
10. Implantación de un sistema efectivo de interoperabilidad a nivel nacional, que permita al ciudadano disponer de sus datos de salud, allí donde quiera ser atendido ya sea una entidad pública o privada, y con miras a su integración con otros sistemas transfronterizos.
11. Reconducción y potenciación de los planes de formación de los profesionales sanitarios, a partir de las necesidades del sector.
12. Actualización y expansión del Modelo Muface, que es el único modelo que respeta el derecho a elegir al usuario entre provisión privada y púbica. Es esencial acabar con su infrafinanciamiento, que obliga a los funcionarios a limitar sus posibilidades asistenciales.
13. Control de la facturación de las comunidades autónomas para que se haga de acuerdo a los precios públicos publicados y que vulneran repetidamente en convenios con terceros mediante la fijación de tarifas por debajo de las reconocidas como “coste estimado o real”.
14. Desarrollo de planes de estrategia sanitaria diseñados desde la Unión Europea, como espacio de interacción y creación de sinergias asistenciales transfronterizas.
15. Visión de la sanidad como un sector de creación de riqueza, de puestos de trabajo y de inversión de futuro para el ahorro de costes en el tratamiento de la enfermedad. Como una inversión y no como un gasto irremediablemente creciente e incontrolable, porque lo que de verdad constituye un gasto es la enfermedad.
16. Transversalidad de la sanidad mediante la creación de sinergias con sectores como la dependencia, el sector farmacéutico, el de la industria sanitaria, el ‘wellness’, etc. con las que podemos y debemos explotar los denominadores comunes.
El cumplimiento estos retos requiere de un ejercicio de corresponsabilidad, voluntad decidida y generosidad por parte de todos los agentes implicados en su consecución, en aras de mejorar un sistema sanitario que nos incumbe a todos los ciudadanos.