Javier Leo. Madrid
La Comisión Europea ha presentado esta semana un paquete de medidas para priorizar el gasto público en las políticas sociales, modernizando los sistemas sociales de los Estados y mejorando el rendimiento socio-económico en la asistencia sanitaria, la educación y el desempleo. Aunque sus recomendaciones no son vinculantes, sí que suponen unas líneas básicas a respetar por parte de los gobiernos nacionales para evitar que la Comisión Europea tome medidas correctoras.
![]() El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. |
Dentro de este paquete de inversión social para el crecimiento y la cohesión, la Comisión destaca como un pilar básico el mantener la inversión pública en los sistemas sanitarios. Y es en este punto en el que señala a España, junto a otros países como Grecia, Italia, Portugal o Irlanda, como uno de los Estados europeos que está poniendo en peligro la sostenibilidad futura de su sistema sanitario por llevar a cabo recortes cortoplacistas para capear la crisis.
“Las reducciones drásticas de los presupuestos en atención sanitaria tienen el riesgo de crear nuevas ineficiencias, empeorando el acceso y la calidad de la asistencia, además de la salud de los ciudadanos. También se pone en riesgo la viabilidad futura de los sistemas sanitarios por el aumento del gasto a largo plazo que provocan algunas de estas medidas. Los gobiernos deben buscar un profundo asesoramiento para arrojar luz sobre la eficacia de sus políticas a corto y largo plazo”, señala el documento de trabajo de la Comisión Europea sobre la inversión en sanidad dentro del paquete social.
Potenciar la Primaria y los genéricos
En el documento, el Ejecutivo que dirige José Manuel Durao Barroso reconoce la importante aportación de la sanidad a la hora de retomar la senda del crecimiento y del empleo. Para ello, pide a los Estados que inviertan de forma inteligente en sanidad, no necesariamente más, para hacer sus sistemas sanitarios más eficientes. Esa eficiencia se puede lograr, por ejemplo, reduciendo las hospitalizaciones y las visitas al especialista innecesarias, fortaleciendo la Atención Primaria, fomentando el consumo de medicamentos genéricos y potenciando la evaluación de tecnologías sanitarias para analizar su coste-efectividad como base de su inversión, argumentan.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), las reformas en sanidad podrían suponer un ahorro, de media, del 2 por ciento del producto interior bruto (PIB) europeo de aquí a 2017. Dar más valor al concepto calidad-precio es crucial para acometer esas reformas y mantener las inversiones, señalan. El paquete presentado en Bruselas complementa otras iniciativas ya presentadas sobre empleo y pensiones para abordar los desafíos económicos y sociales de Europa durante este año 2013.