Javier Barbado. Madrid
La alerta del virus del ébola atribuible a la auxiliar de Enfermería Teresa Romero y a su entorno directo influido por la sospecha de contagio, ha costado alrededor de 662.250 euros a las arcas públicas, de acuerdo con los cálculos llevados a cabo por este periódico a partir de las estimaciones que ha difundido, este jueves, la consultora Isglobal.
Se excluyen de este cálculo los gastos ocasionados por los dos misioneros repatriados e ingresados en el mismo lugar, y, por desgracia, fallecidos, así como los demás aislamientos o el seguimiento preventivo por sospecha de haber contactado con el patógeno que no se asocian de ningún modo con el caso de Romero.
La auxiliar de Enfermería Teresa Romero.
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A partir del primer día en que fue atendida Romero, el mismo centro madrileño llegó a aislar, en los días sucesivos, a 20 personas con sospecha de contagio del virus (a las que se suma otra más atendida en Tenerife), y, asimismo, las autoridades sanitarias mantuvieron en observación a 170 ciudadanos más en todo el país.
De acuerdo con las cifras del documento difundidas por el director de Departamento de Análisis de la mencionada consultora, Gonzalo Fanjul, el coste sanitario medio de los pacientes infectados por ébola se estima en alrededor de 20.000 euros por persona al día al menos en los primeros veinte días de aislamiento (cuando éste es máximo). En cuanto a los sospechosos de padecer la infección (a la espera de que se confirme lo contrario), a los cuales se recluye de forma preventiva, se calcula en unos 11.000 euros diarios. Y el de los que solo permanecen en cuarentena (como, por ejemplo, el marido de Romero, Javier Limón) u observación preventiva por haber estado cerca del foco infeccioso, unos 250 euros por día.
Si se tiene en cuenta que Romero permaneció en la planta sexta del hospital madrileño –donde se ubican las habitaciones para aislamiento máximo de esta clase de pacientes– 27 días (desde el 6 de octubre al 1 de noviembre, cuando se la traslada a la quinta planta, donde se atiende a enfermos convencionales, sin medidas de bioseguridad extraordinarias), se concluye que su gasto ha rondado los 540.000 euros.
Por otra parte, de los 20 ingresados en España por sospecha de contagio, solo uno fue aislado de forma preventiva por su relación directa con el caso de Romero (en concreto un pasajero de la ambulancia que la había transportado a ella antes), lo que suma al menos 38.250 euros más al gasto asociado al ingreso de Romero (33.000 por los tres días que transcurrieron hasta que la prueba de control de PCR al pasajero dio negativa, más 5.250 de los 21 días de cuarentena subsiguientes).
De esa veintena de personas, cuatro no guardan relación con el caso de Romero (un enfermero de Cruz Roja procedente de Sierra Leona, un pasajero de Nigeria llegado a Barajas en un vuelo de Air France, una enfermera que atendió a Manuel García Viejo, y un misionero procedente de Liberia). Las 16 restantes, que sí se vinculan de algún modo con la auxiliar de Enfermería (incluido su marido, Javier Limón) suman 84.000 euros. En conclusión, alrededor de 662.250 euros se asocian a la asistencia requerida por la auxiliar de Enfermería y su entorno directo.
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