Lola Tórtola, estudiante de Medicina de 20 años, está haciendo un Erasmus en Roma
A Lola Tórtola, de 20 años, le encanta perderse por las calles más desconocidas de
Roma, sin importar que queden lejos del Coliseo o el Panteón de Agripa. Uno de sus paseos favoritos es por el Campo de’ Fiori los días que hay mercado. “Me apetecía un poco cambiar de aires. Vengo de una ciudad pequeña como es Murcia y me apetecía tener más oportunidades”, explica la joven un día en el que la Ciudad Eterna se ha teñido de blanco por la nieve.
Lola,
estudiante de Medicina, dejó su
Murcia natal en septiembre para realizar una
beca Erasmus en Roma: “Estoy en la
Universidad de La Sapienza. Me llamaba la atención porque era una universidad muy grande, la más grande de Europa y tiene muchas posibilidades académicas”, describe la joven, a quien la ciudad le tiene encandilada: “Tiene mil oportunidades de arte, espectáculos, de fiesta… cosas que a lo mejor mi ciudad no tenía y lo valoro mucho”.
Pocas prácticas
Sin embargo, a nivel académico, la murciana esperaba más de su nuevo destino. “Lo primero que se nota es el tema de las
prácticas, porque en la universidad de Murcia están muy bien organizadas y tenemos casi el mismo contenido de teoría que de práctica. Aquí en Roma apenas hay prácticas, las tenemos que buscar por nuestra cuenta. Se nota que está todo más centrado en el
contenido teórico”, explica Lola, a la que le trae de cabeza la forma que tienen de evaluar en la universidad romana. “
Los exámenes son todos orales y son una locura. Hay varios profesores, llegas a una sala y te van avisando. Te llama un profesor y te pregunta su parte, esperas un rato y el siguiente profesor te vuelve a preguntar. Al final es como un coloquio”, ilustra la joven, acostumbrada a la forma de evaluar de Murcia: “Los exámenes en mi universidad son tipo test y son mucho más difíciles”.
La estudiante de Medicina, en tercer curso, no ha llegado a realizar prácticas en Murcia. “Solo de cuadernillos y laboratorio, pero no
prácticas clínicas. En Roma las estoy haciendo en el Policlínico Umberto I pero son muy escasas. Solo he ido un día a
Pediatría y ya está”, lamenta la joven que no cesa en su empeño de aprender in situ: “Hay que preguntar para intentar quedarse más o hablar con los profesores para que te amplíen las prácticas. Mi hospital es muy pequeño para toda la gente que hay en la carrera y no dan abasto, aunque sea el más grande de Roma. A mí me gustaría hacer más prácticas porque es cuando realmente se aprende”.
Lola Tórtola haciendo sus prácticas en el hospital Umberto I
|
Menos compañerismo
Lola estudió italiano un par de meses, lo justo para poder presentarse al examen que hacían en la universidad de Murcia para optar al Erasmus: “Las palabras técnicas suelen ser más parecidas y me cuesta menos, tengo más problemas a la hora de expresar o desarrollar una idea porque el lenguaje es más coloquial”, confiesa la joven, que se las consigue apañar para comunicarse con el resto de alumnos y profesores. “En Roma son seis años y empiezan un año más tarde, por lo que los compañeros son más mayores que yo”, explica Lola, quien echa en falta el compadreo de sus amigos: “Los compañeros son muy buenos pero sí es verdad que no hay tanto
compañerismo en el tema de los apuntes como en Murcia, no lo comparten tan fácilmente, pero todo el mundo ayuda, tanto los profesores como los alumnos”, matiza la joven, que coincide en clase con otros dos
estudiantes murcianos de Medicina: Nos conocíamos solo de vista. Hay muchos españoles pero estamos muy repartidos y no se nota tanto”.
La murciana comparte casa con otras tres chicas españolas: “El tema de los pisos en Roma es muy difícil porque el precio es alto. Además hay pocos y mucha gente buscando. Si quieres que el sitio esté cerca de la universidad y del hospital, es complicado. Nosotras lo vimos en abril y lo cogimos sin dudarlo”, recuerda Lola, a la que solo le quedan cinco meses de beca.
Vida nueva
Para la joven, irse de Erasmus no sólo significaba pasar un año en el extranjero aprendiendo más sobre
Medicina, también desenvolverse sin ayuda en una ciudad que apenas conocía: “En Murcia vivo con mi madre y es la primera vez que estoy sola. Sorprendentemente la adaptación ha ido bien. Yo tenía ganas de salir una temporada de casa pero también tenía miedo a la hora de tener que ocuparme de la comida, la limpieza y de todo”, confiesa la joven, que también estaba un poco preocupada por la convivencia con sus compañeras: “pero todo ha ido muy bien, mejor de lo que esperaba”, se congratula.
"Siempre me ha gustado la idea de trabajar fuera, pero en Medicina es complicado por la convalidación de títulos"
|
A Lola le gustaría hacer más prácticas en Roma, pero no descarta otras opciones si no fuera posible: “Si no consigo hacer más prácticas aquí estoy mirando para hacerlas en Murcia en verano o en septiembre. Me gustaría empezar por medicina interna porque no tengo ninguna práctica específica en mente”, relata la joven, que tiene en mente presentarse al
examen MIR una vez acabe su formación universitaria.
Su año en tierras italianas le ha dejado huella y entre sus planes a largo plazo está el encontrar un
trabajo en el extranjero. “Siempre me ha gustado la idea de trabajar fuera, pero en Medicina es complicado por el tema de la especialidad y la convalidación de títulos”, explica Lola, que sueña con poder ejercer en otro país: “A mí me encantaría”.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.