La Revista

Mercedes y Blanca Portillo, dos hermanas de Murcia, llevan meses preparándose para el MIR y el EIR 2018.

Dos hermanas, una al MIR y la otra al EIR: "Pringas igual, pero acompañada"
Mercedes y Blanca se han preparado juntas para lograr una plaza en el MIR y el EIR respectivamente


10 feb. 2018 20:00H
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POR ESTHER ORTEGA
Mercedes Portillo, con 24 años recién cumplidos,  apenas ha cogido el móvil esta semana, en la que todo su tiempo se lo ha dedicado a la preparación del MIR. Cuatro o cinco horas por la mañana y otras tantas por la noche. Empezó estudiando en la biblioteca, pero los últimos días se encerró en casa: “Al tener que manejar tantas asignaturas todos los días, es más complicado trasladar todos los manuales”; ha explicado a La Revista de Redacción Médica. Por suerte, tenía a una gran compañera de encierro: su hermana Blanca, de 22 años, que ha estado preparándose para el EIR. En total, son siete hermanos en la familia, “y el pequeño también parece que quiere estudiar medicina”, explica risueña Blanca.
 
Estas hermanas, de Murcia, empezaron a prepararse en verano, apenas unas semanas después de haber acabado el curso: “Terminé en junio y una semana después ya estaba estudiando. Solo he parado otra semana en agosto y octubre y un par de días en navidad”, explica la hermana mayor. Le ha costado un gran esfuerzo, pero el resultado compensará el sacrificio de ambas. Estudiar a la vez, confiesa Blanca, ha sido un aliento para ellas: “nos ha ayudado mucho, porque cuando una decaía, la otra le apoyaba. Sobre todo en verano… pringas igual pero acompañada”.
 
Menos deporte, más mimos
 

“No tengo predilección por ninguna especialidad, quiero ser médico”, se sincera Mercedes.


“La familia nos ha mimado un montón estas navidades, nos traían tortas de pascua”, recuerda Blanca que, como su hermana, se siente confiada. “Ya tenemos muchas ganas de comer tranquilamente, de poder mantener una conversación sin tener que estar mirando la hora”, explica Mercedes, que piensa que la preparación del MIR te “absorbe la vida”.
 
En esa dedicación exclusiva ha echado de menos practicar deporte, pero ahora que por fin ha llegado el día, cree, humildemente, que su entrega ha sido menor que la de otras personas “en comparación con otras oposiciones en las que hay gente que está estudiando durante muchos años”.
 
Dónde hacer la residencia
 
“Haciendo las prácticas en la UCI pediátrica me di cuenta que quería ser pediatra”, relata Blanca, que tiene claro su futuro: “Me impactó mucho una paciente de dos años que se había sometido a muchas operaciones de corazón. Su forma de llorar y la expresión de su cara, era muy sufriente. Nunca se me va a olvidar”. Para esta joven la cercanía de la enfermería con los pacientes es lo más bonito: “Recuerdo a otra niña que también tenía una enfermedad de corazón con la que pasé mucho tiempo, solo tenía a su padre”.
 
Mercedes, por su parte, aún no tiene claro qué quiere hacer: “Como el MIR depende tanto de la nota, no tengo especialidad en mente, tampoco he tenido nunca predilección por ninguna, quiero ser médico. Cuando tenga las cartas sobre la mesa ya veré”. La experiencia en distintas áreas ya la lleva en la mochila: “Durante la carrera, en quinto y en sexto, los turnos son rotatorios por lo que pasé por varios servicios diferentes, y también por distintas edades o patologías”, recuerda Mercedes, quien considera especialmente llamativa la Cirugía Cardiovascular.
 

“Nos ha ayudado mucho estudiar juntas porque cuando una decaía, la otra le apoyaba", recuerda Blanca.


Lo que sí parecen tener claro estas dos hermanas es su deseo de quedarse en Murcia: “Me encantaría trabajar aquí, en el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca, pienso que puedo aprender muchísimo y no me quiero mover. Estoy muy a gusto aquí”, cuenta Blanca. Su hermana, no ve el momento de empezar:  “Tengo muchas ganas de sacarle provecho a todo lo estudiado. Siempre hay cierto miedo de trabajar por primera vez en el hospital, pero estaré rodeada de médicos y enfermeros con experiencia y no hay que tener vergüenza de preguntar”, ha advertido esta joven murciana, quien no puede ocultar sus ganas de dejar a un lado, los libros y apuntes: “Estamos cansadas de estudiar".
 
Como recompensa a tanto esfuerzo, les espera una gran cena con su familia. Luego, saldrán de fiesta juntas para celebrarlo. Todo queda en casa.


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