Luis Fernando Talavera y José Luis López.
La red hospitalaria española vivió su mayor momento de expansión y consolidación durante el siglo XX. Es por ello que la mayoría de los centros hospitalarios de nuestro país cuentan con décadas a sus espaldas. Muchos de ellos están llegando al final de su vida útil. Son ‘ancianos’. A pesar de ello, también deben hacer frente a los retos de la actualidad, como la crisis energética que ha derivado en un incremento de los costes de la energía sin precedentes.
Redacción Médica conversa con ingenieros hospitalarios para analizar esta situación y señalar cuáles son las claves para preparar a estos edificios para que puedan capear el temporal y salir indemnes de la crisis de la energía y afrontar con éxito la implementación de nuevas tecnologías de una manera óptima y ordenada. Así, José Luis López, ingeniero, máster en Arquitectura Sanitaria y miembro de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH) considera que son tres los aspectos fundamentales para preparar a los centros de nuestro país:
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Apostar por la arquitectura pasiva.
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Invertir en nuevas instalaciones.
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Apoyar la implementación de energías renovables.
Recursos ante el reto energético
Sin embargo, a pesar de que España es un país de 'hospitales ancianos', defiende que en los últimos años se ha apostado por la renovación de equipamientos y sistemas.
"Los hospitales están preparados para aguantar la crisis energética y están equipados con las últimas tecnologías asistenciales", sostiene.
En estas tres líneas se recogen medidas que pueden ser aplicadas a corto y medio plazo y que se basan en una premisa principal: la eficiencia. “Muchos son edificios construidos en el siglo pasado, así que su configuración es la que es”, indica López. Sin embargo, “se pueden realizar acciones en arquitectura pasiva, como regular los caudales de consignas de temperaturas”, explica.
“La parte ambiental es importante. La climatización cumple con dos objetivos principales: el primero, mantener los estándares de confort, y el segundo es preservar las condiciones de seguridad ambiental en el hospital”, indica. Que se permita modificar parámetros en base a elementos de control. Por ejemplo, la calidad del aire en los quirófanos españoles “muy alta". Sin embargo, “cuando no se está utilizando se puede reducir al 50 por ciento los niveles de ventilación y depuración del aire, ya que además se mantiene la seguridad del paciente”, sostiene.
El peso de las energías renovables
Otras acciones pasan por las energías renovables. En concreto, López considera que a corto y medio plazo la más rentable son los paneles fotovoltaicos. “Son capaces de cubrir un 15 por ciento del consumo eléctrico”, sostiene.
Por su parte, el vicepresidente de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH) y director de Ingeniería del Dr. Negrín (Gran Canaria), Luis Fernando Talavera, coincide con López en los aspectos mencionados. Las claves para hacer más eficiente un hospital y más resistente a las crisis energéticas pasa por reducir la dependencia de energías fósiles y apostar por la automatización del control de la climatización.
En el ámbito de la arquitectura pasiva, apuesta por reforzar el aislamiento de los hospitales con el exterior con la renovación de accesos y ventanas; así también como sustituir las luminarias tradicionales por unas de tipo led.
Sin embargo, y por último, destaca que la clave está en la concienciación y en los propios profesionales sanitarios. “El control de la temperatura en los despachos, apagar el ordenador correctamente o un gesto como apagar la luz son claves para generar conciencia”, zanja.
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