Fernando Orenes.
El
examen PIR es una carrera de fondo. Pero cuando
Fernando Orenes se presentó por primera vez a la prueba, allá por 2014, no pensaba que esa aventura duraría tanto. Este año es la quinta vez consecutiva que este psicólogo decide presentarse a la prueba, y ya reconoce que él sigue
“con el ánimo intacto”.
“Llevo presentándome desde la
convocatoria 2013-2014 y lo he hecho de todas las formas posibles: por libre, preparación online con una academia o preparación presencial en academia. Estas dos últimas convocatorias he estado simultaneando la preparación con el trabajo y eso me ha supuesto un reto adicional”, señala Orenes, que reconoce que este año
su preparación ha sido por libre.
Cuando se le pregunta el porqué de seguir intentándolo tras cuatro convocatorias fallidas, Orenes responde:
“El sistema PIR lo veo como una salida muy interesante para los psicólogos que quieren formarse en clínica. Te permite especializarte y al tiempo que adquieres una experiencia muy valiosa”.
Parte de culpa de que durante estos años este joven no haya conseguido una plaza PIR se debe a la oferta tan reducida que el Ministerio de Sanidad convoca. En su opinión,
“es evidente que faltan plazas en relación a la cantidad de personas que nos presentamos a la prueba pero sobre todo pienso que faltan plazas de psicóloga clínica en el sistema sanitario y en general un mayor papel de la psicología dentro de las estrategias de salud mental. Si eso existiera el aumento de plazas PIR no se discutiría”.
Preparación
Y es que en su caso la experiencia ya es un plus. A la hora de planificar su estudio, Orenes reconoce que da
“tres vueltas al temario comenzando con una vuelta inicial muy amplia basada en los manuales de referencia y después centrándome en esquemas, resúmenes y exámenes. Intento hacerme resúmenes "transversales", sobre un concepto como esquizofrenia. Luego también utilizo reglas mnemotécnicas que yo mismo hago o que aparecen en los esquemas de las academias o incluso de compañeros por Twitter”.
Además,
Fernando Orenes ha tenido que compaginar el estudio con su trabajo, cosa que para él no ha sido un esfuerzo extraordinario, aunque “es cierto que tienes que renunciar a ciertas cosas, y sobre todo te quedas fuera de muchos planes por temas de tiempo y fechas.
Pienso que es imposible rendir bien en el estudio si no estás bien con tu vida personal”.
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