Yvan Vidal Mateu, enfermero de 30 años, es un amante del claqué
Hay nombres que, por mucho que pasen los años, son difíciles de olvidar por lo que esa persona cambió tu vida. Yvan Vidal Mateu, enfermero de 30 años, recuerda perfectamente al profesor que le transmitió la pasión por la
Salud Mental cuando cursaba la carrera en la
Universidad de Valencia. "Se llamaba Rafael Sales y él me enganchó. Luego hice prácticas en el hospital de Sagunto, en una unidad de unas seis camas y ya me gustó mucho. Veía a chavales de mi edad, incluso más jóvenes, que por cirsunstancias estaban ahí, normalmente por tóxicos", rememora el enfermero, al que le atrajo mucho esa experiencia: "Me impactó ver que podíamos ser cualquiera de nosotros y que es otra forma de ayudar".
Yvan,
amante del claqué, estudió en la Universidad de Valencia e hizo un
Erasmus en el extranjero. "Estuve en Holanda durante cuatro meses. La experiencia estuvo bien aunque es distinto a como se trabaja aquí. Allí no existe la figura del auxiliar ni la del celador y el enfermero es el que se encarga un poco de estas cosas, por lo que haces menos técnicas que en España. La figura era más de cuidador, no sacas una analítica ni haces un electro", explica Yvan, que actualmente es R1 en
Hospital Universitario Institut Pere Mata. En cambio, la facultad en la que estudió el jóven sí que le permitía crecer más en su profesión: "La universidad era bastante buena. Las clases no tenían nada que ver con lo que hay aquí. Yo estaba acostumbrado a estar en clase con 90 personas y llegas a una con doce en la que los alumnos se preparan el temario de la semana siguiente. Cada semana exponía uno de los alumnos y luego el profesor lo ampliaba. En España ibas a una
clase magistral, te sentabas, oías al profesor durante dos horas y ya está", recuerda Yvan.
De Pediatría al EIR
Cuando acabó la carrera, Yvan realizó un máster en
Pediatría, a lo que se dedicó durante un lustro: "Estuve cinco años en Pediatría y haciendo domiciliaria. Vi la necesidad de tener algo de
Psicología en mi currículum y decidí empezar la carrera", explica el enfermero, al que la mala suerte truncó los planes: "Yo hacía acrobacias aéreas y tuve un accidente que me obligó a dejar la carrera", recuerda Yvan, que estuvo dos años de baja al fracturarse dos vértebras.
Cuando tenía que tomar una decisión sobre su futuro, una compañera le planteó una nueva opción. "Me estaba preparando unas oposiciones y una compañera me recomendó que me presentase al
EIR. Me dijo que ya que estaba estudiando, me esforzase un poco más y me presentara", recuerda el R1, que añade risueño: "Me machaqué un poco más y me presenté. Y aquí estoy". Aunque ahora lo recuerda lejano, sí que rememora el esfuerzo que tuvo que hacer para conseguir su plaza: "El nivel de Enfermería es duro porque hay muchos candidatos y son 250 preguntas". La entrega mereció la pena: "La Enfermería me encanta y la Psicología también. Hacer la especialidad de Salud Mental dentro de enfermería me parece la combinación perfecta".
El valenciano hace su residencia en el Hospital Pere Mata
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Equipo multidisciplinar
El valenciano está "encantado" de su elección y cada día es más feliz con su trabajo, aunque se haya tenido que mudar. "Reus me pilla más o menos cerca y no iba a tener problemas con el idioma porque soy valenciano parlante. El hospital que he escogido es monográfico y a nivel de enfermería, que es una especialidad de dos años, me parece muy importante porque tenemos contacto con una gran cantidad de pacientes que igual en un hospital general no sería posible", explica el joven.
El
Hospital Pere Mata le está dando la oportunidad de especializarse en lo que más le gusta: "En la unidad de agudos hay 60 camas y en crónicos, unos 100 pacientes. Cataluña, en general, tiene una red externa de salud mental muy amplia. Ahora, por ejemplo, estoy rotando en una unidad de
psicosis incipiente, que son pacientes con los primeros síntomas y con riesgo de tener un brote psicótico. Esta especificidad no está en otros sitios".
A diferencia de su experiencia en Holanda, en el hospital realiza numerosas tareas: "Aquí se trabaja mucho a
nivel multidisciplinar. En esta unidad está el psiquiatra, el psicólogo y el enfermero. Habitualmente los tres visitan al mismo paciente y el enfermero se encarga de controles metabólicos, seguimiento de tratamiento, psicoeducación, control de las analíticas...", explica.
Salud Mental
Para Yvan, por fin se está empezando a dar la importancia que merece a la Salud mental en
España. Sin embargo, durante la carrera echó en falta que se le dedicara más espacio: "La Salud Mental se sale un poco de los cánones de lo que se enseña en enfermería. Es una especialidad más personal, menos técnica, en la que es más importante el trato con el paciente. En la carrera se pasa pero no se informa tanto", lamenta el joven, que pasará a ser R2 en mayo.
El valenciano no puede esconder que pasa por un buen momento vital. Y es que Reus le ha dado una buena acogida: "Hemos entrado siete residentes nuevos y hemos hecho mucha piña. El hospital nos trata por igual a los residentes de las distintas carreras, con el mismo tipo de formación, sin importar que seas EIR, MIR o PIR", ilustra Yván, que ha encontrado su lugar: "La gente que conoces es la gente del trabajo. Somos un poco monotema y la Psiquiatría da mucho que hablar, sobre todo si compartimos pacientes".
Al enfermero le encantaría quedarse en Cataluña: "Me apasiona lo que estoy haciendo y no descarto seguir por aquí y en Salud Mental", reconoce el joven, a quien solo le falta encontrar un nuevo espacio en el que poder continuar con su
formación de claqué.
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