Jon Badiola, residente en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada.
No ha marcado el gol de la final de la Champions ni ha convocado un referéndum, pero
Jon Badiola, natural de Lekeitio (Bizkaia), también debería pasar a la historia. El médico, residente en el
Hospital Virgen de las Nieves de Granada, realiza una investigación que estudia la posible vinculación entre el trasplante de médula ósea y la curación del
VIH. Y los resultados son tan buenos que podrían cambiar la vida de muchos
afectados por la enfermedad. “Insistimos en que no podemos decir que los pacientes están curados porque para eso tenemos que quitarles los antirretrovirales y ver que no vuelve, que será el próximo paso”, explica con humildad y cautela el doctor, con dos especialidades en su currículum. El médico forma parte de esa generación de
jóvenes investigadores españoles que están destacando a nivel mundial por sus estudios sin el merecido reconocimiento.
“Yo hice
Medicina Interna primero y ahora estoy haciendo
Hematología como segunda especialidad”, comenta Jon, que no dudó un momento en aumentar su formación presentándose por segunda vez al MIR: “Al final de mi primera especialidad, cuando pasé por Hematología, me gustó muchísimo. Tenía trabajo y todo, pero se me metió en la cabeza y dije ahora o nunca”, recuerda el de Lekeitio, que se lo preparó a conciencia. “Me daba pereza repetir el MIR, como a todo el mundo, pero sabía que si no lo hacía se me iba a quedar enganchado. Lo hice por gusto,
me encantó la patología y me animé”.
Hijo de enfermera, a Jon siempre le habían llamado la atención las Ciencias y no dudó en estudiar Medicina cuando tuvo la oportunidad: “Sabía que era lo que me gustaba. Aunque uno no sabe realmente lo que le espera cuando entra ni lo que es, pero yo estoy muy contento”, relata el reMIR, para quien el desembarco en el
Hospital Universitario San Cecilio –donde hizo su primera residencia- fue más complejo que estudiar el examen: “El MIR es muy duro porque es mucho estrés psicológico y tiempo de preparación pero más difícil es el drama humano y la presión de las primeras guardias”, considera el médico, que también se formó en la
Clínica Mayo de Estados Unidos.
EL PACIENTE DE BERLÍN
"La investigación al final la hacemos en nuestro tiempo libre, con mucho esfuerzo"
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Jon forma parte del
Consorcio IciStem, que surgió a raíz del caso del
Paciente de Berlín y aglutina a distintos especialistas europeos. “En 2008, a un enfermo con una leucemia aguada hubo que hacerle un trasplante. Cuando le citaron había varios donantes compatibles. Un poquito antes, se había descubierto la mutación del correceptor CCR5 y esas personas no se infectaban del VIH. Examinaron esa alteración en los posibles donantes y, de casualidad, se descubrió que uno de ellos la tenía, por lo que se trasplantó al paciente de médula de ese donante”, explica el especialista, que no puede disimular su entusiasmo por la Medicina y de lo que es capaz: “A día de hoy, el paciente está curado de su leucemia y, además, está
curado del VIH. Es el único paciente a nivel mundial curado de VIH”, añade.
A raíz de ese caso, hubo mucho interés en el uso del trasplante como curación, relata el médico de Granada, que quiso poner su granito de arena para seguir investigando lo ocurrido en Berlín. “En el servicio de Hematología de nuestro hospital teníamos dos pacientes trasplantados en 2009 y 2013 que tenían enfermedades oncohematológicas y se habían curado de la parte hematológica”, relata Jon, ganador del premio
Best Young Abstract Awards, que incide: “Lo que hemos hecho es estudiar bien qué ha pasado con el VIH y ellos. Los resultados han sido muy buenos, aún estamos pendientes de más cosas, pero en general la carga viral ha sido negativa y todos los estudios para ver el reservorio de estos pacientes, con los métodos más sensibles, todos han sido negativos”, se congratula el especialista.
LA IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN
“En este proyecto se han juntado mis dos puntos, al final vengo de Infecciosas que es lo que me gusta y Hematología me ha dado otra herramienta”, se felicita el residente, para quien el premio significa poder impulsar la Ciencia. “Es una alegría por el reconocimiento. La investigación al final la hacemos en nuestro tiempo libre, con mucho esfuerzo, además del trabajo normal y de las guardias de 24 horas. A quien le guste, tiene que estar muchísimas horas por la tarde y en su casa de forma casi altruista,
gastando de su tiempo libre”, ilustra el doble especialista, contento de que su investigación haya sido premiada: “Que pueda servir para cosas tan importantes como enfermedades como ésta, es que es toda una alegría”.
A través de las redes sociales, han sido muchas las voces que se han encargado de felicitar a Jon y darle la
visibilidad que merece. “Tenemos a unos
investigadores que no nos merecemos. Premian el estudio de Jon Badiola, vecino de mi pueblo, por relacionar los trasplantes de médula con una potencial cura del VIH y solamente lo menciona un periódico de Granada”, escribía en su cuenta de Twitter Ibon Pérez. Otros, como Iván Rodríguez, le trasladaban su cariño: “Enhorabuena Jon Badiela, a muchos nos hace sentir orgullosos”.
Al médico, de 33 años, le apasiona visitar a países como
Sudáfrica, Uganda o Birmania: “La verdad es que todo el tiempo que puedo lo dedico a viajar, me gusta lo exótico y la naturaleza. Me gusta ir a zonas vírgenes y explorarlas”, se confiesa Jon, que reivindica que “la investigación en España está muy menospreciada”.
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