El fundador de la Clínica Cemtro y referente mundial de la Traumatología, Pedro Guillén
Todos los niños quieren parecerse a alguien, pero no todos tienen el arrojo o la oportunidad de lograrlo. Nacido en un pueblo Murcia en 1938,
Pedro Guillén eligió como modelo a Don Pedro, el médico de su Archena natal. Considerado como uno los referentes de la traumatología a nivel mundial, Guillén es el fundador de la prestigiosa
Clínica Cemtro y
por sus manos han pasado futbolistas como Maradona y personalidades como el expresidente José María Aznar o el ganador del Premio Nobel Camilo José Cela. En una entrevisa para LA REVISTA de Redacción Médica, Guillén nos descubre otras facetas de su vida, como su pasión por el teatro y cómo utiliza fragmentos de La venganza de Don Mendo para entretenerse en quirófano.
¿Cómo le entró el gusanillo de la medicina?
Yo hacía bachiller libre en el pueblo donde nací (Archena, Murcia) y fui a examinarme a la capital un día de junio de todas las asignaturas. Me formaba en el colegio con el maestro que había y con el médico del pueblo, al que veía pasar y todo el mundo le llamaba ”Don Pedro”.
Hoy los niños son de Messi o de Ronaldo. Yo veía a aquel hombre muy importante, muy bien vestido, mejor que el resto porque era un médico. Entonces dices: “¡anda! le llaman todos Don Pedro, le saludan con cariño y va muy bien vestido!" Igual que puede ser ahora de Rafa Nadal o del otro que te gusta, pues yo era de él. Era otra época. Y cuando pasaba por casa decía: "¿ya ha venido Don Pedro?" "¡No, hombre! Don Pedro no viene, Don Pedro viene si está alguien enfermo".
Por sus manos han pasado deportistas de élite mundial súper reconocidos ¿lleva la cuenta?
No, no llevo la cuenta, pero todos forman parte de un negativo, como en las fotos, de mi vida. Continuamente siguen viniendo y llegando de todos los sitios de España, de Portugal, de Argelia…
pero a mí no me ha preocupado ese “más que usted”, todos igual, en eso he tenido las ideas claras.
Para mí el 'Pepe José' de turno me preocupa igual, pero ellos son hombres que dan grandes prestaciones (deportivas) y que para mantenerlas necesitan tener un aparato locomotor muy bueno. La enfermedad de un deportista puede que para usted no signifique nada, puede seguir siendo el mejor periodista del mundo, pero él no puede ser futbolista. La lesión depende del lugar donde asienta. Asienta en este importante o en este menos importante el deporte o lo que sea, tú luego tendrás que actuar sobre ella de una forma determinada. El deportista de élite no es una máquina, pero hay que cuidarlo como si lo fuera.
Pedro Guillén atiende a LA REVISTA de Redacción Médica.
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¿Hay algún deporte en el que las lesiones sean más difíciles de recuperar?
Tiene más gravedad el deporte de contacto que aquel en el que no hay mucho porque en este último no te vas a hacer ninguna lesión de forma insospechada, eres tú el que vas dando tu nivel y te puedes lesionar al dar mucha prestación.
Yo digo que el esquí es un asesino de la rodilla. No lo fue antes, antes se rompían el tobillo porque era la bota baja. Entonces, subieron la bota y se rompieron la pierna, y volvieron a subirla y se rompen las rodillas ahora. Es posible que operemos más de 20 a la semana de ligamentos de rodilla en esta casa. El año pasado se hicieron más de 1.300 ligamentos cruzados: en los meses de diciembre, enero, febrero y marzo hay muchas de esquí.
De entre los futbolistas que han pasado por sus manos, ¿de cuál guardas un mejor recuerdo?
De los que están en activo no hablaré nunca.
Tengo un gran recuerdo de Michel, de Butragueño, de Donato. Donato es ejemplar. Ese jugó lesionado muchas veces porque era un bravo con sus piernas arqueadas.
Si pienso en una mujer fue una que tuvo una luxación de rodilla en un salto. Fue campeona de España de esquí, una chica colombiana que tuvo una luxación de rodilla muy grave y pudo seguir saltando.
Luego, de deportistas que han marcado época porque hemos ensayado en ellos tecnología punta que hoy están aplicándose, por ejemplo, Arconada. Y esos son los que yo tengo más en la mente, pero porque han supuesto un paso adelante, me da lo mismo que hubieran sido más o menos simpáticos conmigo. Otro de una gran mejoría por una lesión, Schuster.
¿Cómo le hace eso sentir a usted? El verlos por la televisión y decir: “están ahí haciendo eso gracias a nosotros”.
La artroscopia se introduce en España y la hago yo. Eso fue muy criticado, un maestro mío me dijo: “Pedro,
¿por qué te empeñas en mirar por el ojo de la cerradura si puedes abrir la puerta?” en referencia a la cirugía abierta que se hacía antes. Con la artroscopia al día siguiente (el paciente) se va andando, y si tú abres la rodilla, se pasa una semana en el hospital.
Imagen de un momento de la entrevista.
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Gordillo jugó el día diez u once, no me acuerdo, después de una operación de rodilla. Pero claro, es que Gordillo es un ganador, a ver si me entiendes, y dentro de los que operas tienes ganadores y no ganadores. Por eso no lo tomes como que yo lo he hecho mejor que aquel que ha durado dos meses, es que el de dos meses cualquier cosita que siente parece que se ha roto, y el otro no, por eso no tiene valor decir que se recuperó antes o después, si no que se recuperó.
Ha tratado a José María Aznar, por ejemplo, ¿cómo es?
Un señor.
Aunque a Aznar también se le puede considerar un deportista...
Lo es, no te explico más. Cuanto más inviertas en tu trabajo, cuanto más prepares las cosas, luego lo improvisas todo mejor. Es un hombre trabajador.
Hubiera triunfado en cualquier cosa de la vida, en mi opinión. No estoy hablando como político, yo estoy hablando como don José María, ese es un señor.
También ha operado a otras personalidades…
Uno muy importante vino a que le operara una rodilla para una prótesis y le dije: mire, a usted no hay que operarle, usted no lo necesita. “¿Cómo que no lo necesito?”. Su rodilla está bien. Está con artrosis, también tiene arrugas usted y tiene canas y no operamos ni arrugas, ni las canas, y le pregunto: “¿toma usted calmantes?” y me dice: “¡no!”, “¿hace usted su vida normal?” y me dice: “prácticamente sí” y le digo: “¡pues ya está!” y se fue.
"Me negué a ponerle una prótesis de rodilla a Camilo José Cela".
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Luego, otro día, me dijo: “Doctor, quiero que tú me trates”, y le digo: “Yo de lo que tiene no sé” y dice: “Tú te ocupas de mí”. Entró, lo atendí y un día me llama y me dice: “Doctor, lea usted en el ABC, en la tercera página, los colores de la mañana”, él escribía en la tercera página del ABC y era el que más cobraba en este país por hacer ese artículo, y lo que dijo allí de mí fue lo siguiente:
“raro avis es este Doctor, que voy a que me pongan la prótesis y no me la puso la prótesis”.
Es un premio Nobel… (se refiere a Camilo José Cela).
¿Cuántas horas le dedica usted a su trabajo?
¿Con exactitud? Yo estaba a las siete ya trabajando aquí aunque a las siete de la mañana muchos días estoy con mi profesor de inglés.
En los últimos 10 años, a las nueve y media o diez de la noche termino y me voy, pero eso no era mi vida antes, que trabajaba hasta las 2 y las 3 de la mañana, pero ahora en los últimos años hago eso.
¿Y cuando tiene el tiempo libre a qué lo dedica?
¡Al teatro!
¿Tiene alguna obra predilecta, un referente, es fan de alguien?
Tengo tres hijas y de pequeñas un día fuimos a ver una gran obra: 'La venganza de don Mendo', de Don Pedro Muñoz Seca, una obra que yo recomiendo y con la que e
n broma examino a los míos si quieren trabajar conmigo y les pregunto trozos. Yo soy muy aficionado al teatro.
¿Les examina con la venganza de Don Mendo?
Pues hombre, eso no es así verdad, verdad, verdad, pero ¡casi!
En corto
Un libro de cabecera.
El Quijote.
Una película.
Una que me haga reír.
Una canción.
Si me dejan escogerla, casi siempre voy a poner algo de lírica, de zarzuela, por ejemplo.
Una ciudad para vivir.
Yo estoy a gusto en Madrid.
Una ciudad para viajar.
Una ciudad que me ha sorprendido, Shangai.
Un objeto imprescindible.
Un bolígrafo y papel.
Un personaje de tu vida.
Mi mujer y mis hijas. Y mis padres.
Un personaje histórico.
Jesucristo.
Equipo de fútbol.
Aquel en el que haya 11 jugadores. Pero la selección española.
Un lema.
"El que cada día no es mejor pronto deja de ser bueno".
¿Qué le hace feliz?
La vida misma, el trabajo, el levantarme cada día con ilusión.
Póngame un ejemplo.
Vicente Concejero López, jefe de Traumatología de esta casa o Joaquín Martínez Ibañez. Estamos operando y yo digo, ¿por qué llegan tarde? Y digo: "ha un rato que te espero Vicente (en lugar de Mendo) amado, por qué estás callado” y enseguida el otro continua.
Estamos operando y es una distracción, es una afición al teatro, a la lectura del teatro. El teatro más que la novela. Persistir un teatro en siglos es difícil, la novela puede persistir más.
De no haber sido médico ¿a qué se hubiese dedicado usted?
Eso hubiera sido diferente en las etapas de la vida, el ser humano tiene muchas actividades que va frenando. Los años 30, 40… no tienen nada que ver a la cascada de los 50, 60, 70… uno tiene que saber que en esa edad eres diferente, tú puedes permitirte el lujo de decir:
"yo a los 20 quería ser futbolista" pero a los 30 no hubiera dicho eso nunca. Y a los 40 otra cosas y a los 50 otra, es decir, el hombre pese a que tenga un ideal muy determinado, su cascada vital...
El ser humano debe tener un guión adaptado, una norma, nadie se quiere salir de la norma, pero tampoco me quiero morir en la norma.
Usted es el dueño de su propia obra de teatro...
¡Totalmente!
¿Qué considera que es lo mejor y lo peor de su profesión?
El fracaso de no curar a un enfermo para mí es lo peor que tiene. En la Medicina no hay cosa peor que ver que yo no puedo mejorar a un paciente, que no tiene remedio. He virado hacia dedicar varias horas al día a la investigación porque he visto que debo hacer las cosas mejor y que hacía lo que estaba escrito, pero yo quería añadir algo. Entonces, tengo un grupo de biólogos en investigación para mejorar, porque lo que a mí me dejaba sin dormir era el que no se curaba.
¿Y lo mejor?
Eso casi me lo enseñó mi madre.
La mirada agradecida de aquel al que le has resuelto un problema. No hay que hablar. Es decir, el enfermo que viene mal, y va mal y viene y se cura, me da la mano y adiós.
Si usted fuese presidente del Gobierno, ¿que sería lo primero que haría?
Las hipótesis (ríe) son para decir tonterías y cuanto más grande eres en edad la tontería puede resultar hasta mejor.
Si yo tuviera que decir algo a mi pueblo: ¡que trabaje! Al buen hacer nunca le falta el apremio, se lo digo yo. Puede que no lo vean hoy o mañana, pero al tercer día lo verán. El trabajo nunca engaña a nadie aunque pueden que nunca sepan la medida de tu trabajo.
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