Marciano Gómez, consejero de Sanidad valenciano, avanza que llevará a cabo "cambios importantes" en el departamento

 Marciano Gómez, consejero de Sanidad valenciano, afirma que el plan de 35 horas del Botánico agrava el déficit de personal.
Marciano Gómez, consejero de Sanidad valenciano.


7 oct. 2023 18:15H
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Marciano Gómez comienza a dejar su impronta en la sanidad valenciana para ‘desatarla’, dice, de las “grandes ineficiencias” que dejó la administración de Ximo Puig. “Vamos a hacer cambios estructurales”, avanza a Redacción Médica el Consejero de Sanidad autonómico, que avanza por un inicio de legislatura pedregoso en el que, entre otras cuestiones, deberá dar respuesta a las incertidumbres sobre la reversión de los hospitales de Dénia y Manises y a la estrategia del anterior Ejecutivo para instaurar en las plantillas de salud una jornada de 35 horas semanales. 

Cumplidos sus primeros tres primeros meses en el cargo, ¿qué ‘radiografía’ extrae de la sanidad valenciana? ¿Qué debilidades y fortalezas ha detectado?

Reconozco que el panorama que nos hemos encontrado es bastante preocupante. Aunque estamos realizando una auditoría para conocer al detalle la situación real de todos los departamentos de salud, ya hemos podido constatar que la gestión que el Botánico llevó a cabo en la sanidad valenciana dejó importantes lagunas y grandes ineficiencias. Nos hemos encontrado con problemas derivados de la propia idiosincrasia de lo que es un gobierno de coalición con mestizaje y de enfrentamientos personales de integrantes del mismo partido que lo que han hecho ha sido ralentizar extraordinariamente la puesta en marcha del servicio público para el que estamos aquí.

Durante su ‘estreno’ en Les Corts se refirió a la necesidad de impulsar un cambio de paradigma sanitario. ¿A qué se refiere? ¿Cómo es la sanidad que ambiciona para la Comunitat Valenciana?

Queremos introducir una nueva dinámica en la Consejería de Sanidad. Durante los próximos cuatro años  trabajaremos para conseguir una transformación global del modelo sanitario en el que el principal objetivo va a ser proporcionar salud a los valencianos. Me refiero a la salud entendida de forma global, promoviendo iniciativas proactivas de prevención y previsión. Los resultados no van a estar de hoy para mañana, puesto que los cambios estructurales requieren un tiempo de adaptación; pero el cambio de modelo es una realidad que ya hemos iniciado. Aspiramos a conseguir un sistema sanitario de calidad, más capaz, más eficiente, económicamente sostenible y en una búsqueda permanente de la excelencia.


"El panorama que nos hemos encontrado al llegar a la Generalitat es preocupante. El Botánico dejó importantes lagunas e ineficiencias en sanidad"



¿Cuáles son, a grandes rasgos, sus principales objetivos para este primer tramo de la legislatura?

Vamos a empezar descentralizando de nuevo el CICU (el centro de Información y Coordinación de Urgencias), y para eso hemos puesto en marcha el proceso para que este centro vuelva a Alicante y Castellón. También estamos reactivando obras paralizadas por la mala gestión del Botánico, como las actuaciones pendientes en los hospitales de Elche, San Juan, Ontinyent o del centro sanitario Roís de Corella de Gandia, y mejorando otras como la ampliación del Clínico, donde no se llegó a licitar la tercera fase, y donde no estaban resueltas las conexiones entre edificios ni se había tenido en cuenta habilitar un espacio con dimensiones adecuadas para las ambulancias. También queremos reducir las demoras, especialmente diagnósticas, impulsar la Atención Primaria, para lo que se ha creado una dirección general, desarrollar un plan de salud mental y tratar de fidelizar y captar profesionales sanitarios son otros de los objetivos.

A través de una u otra fórmula, son muchas las comunidades que se están apoyando en la sanidad privada para, por ejemplo, agilizar las listas de espera o las pruebas diagnósticas. ¿Hasta qué punto es esta colaboración necesaria para sostener la sanidad pública? ¿Se trata de una corriente ‘pasajera' o viene para quedarse?

Vamos a ver: la colaboración público-privada no es que sea necesaria, es imprescindible. La prueba evidente es que todos los gobiernos han tenido relación con la sanidad privada porque, al final, no se trata de si sanidad pública o privada, sino de sanidad bien gestionada o mal gestionada. Y hay que decirlo sin ambages y no con la boca pequeña. El Gobierno, en la legislatura que acaba de terminar, ha invertido entre 300 y 400 millones de euros en clínicas privadas, bastante más de lo que se había gastado anteriormente. A mí me parece bien si hace falta. Tenemos que utilizar todos los recursos sanitarios y hay que ponerlos a disposición del ciudadano. Para eso estamos aquí, no para marcar sectarismos ideológicos. Mientras yo esté aquí no va a haber ninguna decisión por motivos ideológicos, sino decisiones por motivos de eficiencia, eficacia y servicio al ciudadano.

El Ministerio de Sanidad incrementó la oferta MIR de Medicina de Familia para el próximo año, aunque muchas comunidades denuncian que las plazas siguen siendo insuficientes. Sin embargo, muchas se quedan vacantes cada año. ¿Cuál debe ser la respuesta a esta problemática?

Está mencionando dos problemas muy importantes en el ámbito del personal sanitario que tenemos que abordar de una manera firme y decidida. Son problemas cuya solución no se puede demorar más y que los gobiernos nacional y autonómico no han querido o podido resolver en los últimos años. En lo relativo a los MIR, no podemos seguir con un aumento tan limitado del número de plazas porque se ha demostrado que no es la solución. Hay que ser más ambiciosos. Feijóo se comprometió con poner en marcha un plan de choque de Atención Primaria que incluía 1.000 plazas MIR adicionales de medicina de familia y comunitaria en el primer año y así todos los años hasta solucionar el déficit de plazas. A eso me refiero a ser ambicioso y no excusarse, como hizo el ministro Miñones, en que los resultados de una decisión así solo se verían pasados seis años. Respecto a las plazas que quedan vacantes, se han planteado distintas iniciativas en gobiernos anteriores que han resuelto el tema parcialmente pero que se han quedado cortas. Buscaremos mecanismos de gestión que permitan resolver esa ineficiencia.


"El idioma valenciano puede ser un mérito, pero jamás un requisito para ejercer en sanidad. Quiero a los mejores médicos"



¿Está la solución en el ‘fichaje’ de médicos extranjeros? ¿De qué manera se haría? Madrid, por ejemplo, ha eximido a los facultativos del requisito de nacionalidad.

Este tipo de ideas van en la línea de afrontar los problemas de la sanidad pública con valentía y sin complejos. Vamos a poner en marcha un marco normativo específico para los Departamentos de Salud con problemas de difícil cobertura que incluya mejoras retributivas y curriculares para los profesionales. Y también medidas organizativas que conllevan una reordenación del mapa sanitario. Y si aun así persisten estos problemas, no podemos descartar medidas adicionales como la contratación de médicos extranjeros con titulaciones homologables.

A la hora de buscar talento médico, ¿es la lengua valenciana un obstáculo? ¿De qué forma se va a baremar en próximas OPE?

Siempre he dicho que quiero a los mejores. Y en Sanidad quiero a los mejores médicos y no encontrarme con sesgos en los servicios porque el mejor médico, el mejor cirujano o el mejor enfermero no sepa tal o cual idioma. Entiendo que el idioma puede ser un mérito, pero jamás un requisito. Cuando a un ciudadano lo tienen que operar, pregunta qué experiencia tiene el cirujano y en qué consiste la cirugía pero no en qué idioma habla. Y eso me vale para cualquier atención sanitaria. No puede ser que el valenciano puntúe lo mismo que un doctorado y eso ocurrió con el Gobierno del PSPV y Compromís en la Comunitat Valenciana. Hay dos lenguas cooficiales y, por tanto, incorporaremos el valenciano como mérito, pero en su justa medida y, por supuesto, por debajo del conocimiento y la experiencia. Nos cuesta mucho trabajo que vengan médicos y lo que tenemos que hacer es poner facilidades y no trabas.

“Todas las posibilidades están encima de la mesa”, dijo sobre el futuro de los departamentos de Denia y Manises. ¿Por qué lado se está inclinando la balanza? ¿Cuál es la situación?

La balanza se va a inclinar del lado de la eficiencia, de la atención sanitaria, de la excelencia del servicio público y de la mejor respuesta a las necesidades de la población y de los profesionales. Esto es lo que queremos no solo para los departamentos de Denia y Manises, sino para toda la Comunitat Valenciana. Por ese motivo, estamos haciendo una auditoría de todo el sistema sanitario valenciano que nos dará respuestas respecto a la dirección hacia la que tiene que caminar nuestra gestión. Y en el caso de los departamentos gestionados por una concesión administrativa, nos indicará si es más beneficioso que se prorrogue el contrato o que se asuma la gestión de forma directa. No vamos a tomar decisiones marcadas por la política, sino por criterios objetivo de calidad en el servicio público. Tal es así que cabe la posibilidad de que sean decisiones diferentes si los indicadores nos marcan caminos distintos.

¿Qué características tienen los pliegos de condiciones que se están preparando para los nuevos contratos? ¿Qué puede saberse?

Lo que estamos haciendo es planificar ambos escenarios para poder actuar con rapidez cuando tengamos los datos objetivos de la auditoria que he comentado antes. Porque si la decisión es prorrogar el contrato, se comunica, se llega a un acuerdo con la concesionaria y se continúa. Pero si decidimos que hay que gestionarlo de manera directa desde la Conselleria, tenemos que haber avanzado antes en la planificación de todos los contratos que conlleva la gestión sanitaria pública (mantenimiento, electricidad, alimentación de pacientes, seguridad, etc). Y en eso estamos trabajando, para que sea cual sea la fórmula de gestión utilizada, los ciudadanos de los departamentos de Denia y Manises tengan el 31 de enero y el 7 de mayo, respectivamente, una sanidad de la máxima calidad. 

En pocas semanas tendrá lugar una Mesa Sectorial en la que se abordará la implantación de las 35 horas en la sanidad. ¿No cuenta con suficientes garantías el acuerdo del anterior Ejecutivo con los sindicatos?

El acuerdo del anterior Consell con los sindicatos se firmó en plena época preelectoral, en una vorágine de promesas, planes y compromisos que inició Ximo Puig en diciembre de 2022 para intentar tapar una gestión sanitaria carente de nuevas iniciativas en los siete años y medio anteriores. Hemos realizado una ronda de contactos con todas las fuerzas sindicales de la Comunitat Valenciana para explicarles nuestra postura y, por supuesto, debatiremos este tema y muchos otros en la Mesa Sectorial que se convocará próximamente y en el que queremos escuchar, proponer y llegar a los mayores acuerdos posibles.

¿Son las 35 horas una quimera dada la actual situación de las plantillas médicas? ¿Qué viabilidad tiene ese modelo de 35 horas semanales?

En este tema hay bastantes inexactitudes empezando por denominar al acuerdo “de la jornada laboral de 35 horas”, porque lo que realmente se acordó fue la reducción paulatina de las jornadas anuales hasta el año 2025, en el que cada profesional tendría 11 jornadas menos. Pero era un cómputo anual global y no una reducción de la jornada a 35 horas semanales de lunes a viernes con los objetivos de conciliación familiar y descansar 48 horas a la semana, que es el punto de partida sobre el que tendríamos que negociar. La aplicación del acuerdo tal y como está firmado genera un déficit clarísimo de personal cuando en estos momentos hay 750 plazas presupuestadas que no podemos cubrir y un déficit de la asistencia sanitaria que se vería agravado.

En las últimas semanas se han conformado los equipos directivos de algunos de los principales hospitales del territorio. ¿En qué se han basado a la hora de configurar las nuevas jefaturas? En declaraciones anteriores hizo hincapié en la experiencia de los dirigentes.

Todos los nombramientos que hemos realizado en la Conselleria de Sanidad, desde los altos cargos a los responsables de los distintos departamentos sanitarios y sus equipos, han respondido a un mismo criterio: que el profesional escogido conociera de primera mano el ámbito de gestión que iba a tener a su cargo y que hubiera vivido, sobre el terreno, los problemas que ahora tiene la responsabilidad de resolver. En el caso de los equipos directivos de los departamentos de salud se le añade la importancia de conocer el funcionamiento interno de un hospital y las particularidades que tiene cada territorio dentro de la Comunitat Valenciana. En resumen, he intentado escoger a los mejores profesionales para la mejor sanidad.
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