Redacción. Bilbao
El lehendakari Íñigo Urkullu ha visitado este miércoles junto al consejero de Salud, Jon Darpón, el nuevo equipo de resonancia magnética instalado en el ambulatorio Doctor Areilza. El equipo, que está dotado con la última tecnología, ha requerido una inversión cercana al millón de euros.
El lehendakari, Íñigo Urkullu. |
El paso del antiguo equipamiento por este nuevo dispositivo ha sido calificado por el lehendakari como un “salto cualitativo” en la calidad de los estudios que se pueden realizar, con la consiguiente garantía de ofrecer a los pacientes los mejores medios disponibles en este campo. Se trata de una renovación enmarcada en el proceso constante de actualización emprendido por Osakidetza que llevará a renovar otro equipo de estas características en la Unidad de Donostia.
El nuevo equipo, denominado ‘Magnetom Essenza’ y fabricado por Siemens, va a cubrir las necesidades diagnósticas de parte de los pacientes ambulantes e ingresados del área de influencia de los hospitales de Basurto, en Bilbao, y Cruces y San Eloy, en Barakaldo. Por este nuevo equipo, a la semana pasarán cerca de 280 pacientes ya que la unidad de resonancia trabaja los siete días de la semana con horario ininterrumpido de 7 de la mañana a 10:30 de la noche y cuenta con una plantilla de cuatro médicos especialistas en Radiodiagnóstico, además de varios técnicos en radiología y personal.
El nuevo equipo permitirá el estudio de cualquier órgano de cabeza a pies, gracias a un extenso equipamiento adicional de antenas de cráneo y cuello, columna, cuerpo, extremidades y rodilla, además de sofisticadas antenas para angiología periférica, estudios de alta resolución de muñeca, tobillos y de mama. Dispone del software necesario para las técnicas más complejas que actualmente se utilizan como estudios de difusión o perfusión, angiografía a tiempo real y estudios dinámicos con medios de contraste que se suman a una mejora considerable en la calidad de imagen en estudios rutinarios.
Así mismo, su túnel ultracorto de paciente de sólo 147 cm y bordes abiertos minimiza la sensación de claustrofobia, permitiendo realizar muchos de los estudios con la cabeza fuera del imán.