Redacción. Pamplona
El Real Decreto de Receta Médica, en vigor desde el 18 de enero de 2011, estableció un plazo de dos años de convivencia para adaptarse a la nueva legislación; sólo desde enero de 2013 deben formalizarse todas las recetas (públicas y privadas) de acuerdo con lo que establece el Real Decreto. Pero las recetas públicas están prácticamente adaptadas al cien por cien, o bien porque en las autonomías con un amplio desarrollo de la receta electrónica el sistema sólo admite las recetas acordes a su nuevo formato o porque los protocolos establecidos por los servicios sanitarios regionales con colegios de médicos y servicios de Atención Primaria han sido adaptados rápidamente.
Pilar Gracía, presidenta COF.
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Sin embargo, no ocurre lo mismo con las recetas privadas, que, aunque no están significando un problema grave para el sistema o las oficinas de farmacias, siguen llegando a estas últimas en un número significativo con el modelo antiguo o con exigencias del Real Decreto incompletas, según un sondeo realizado por el Colegio de Farmacéuticos (COF).
Los errores más frecuentes son: la prescripción de más de un medicamento en la misma receta; la prescripción de un número de envases superior al permitido; recetas en las que figura una duración de tratamiento superior a la permitida y recetas sin fecha de prescripción o sin los datos del paciente.
Tanto los Colegios de Farmacéuticos como los colegios de médicos han instruido a sus colegiados sobre las nuevas recetas y, cuando se detectan problemas, en la mayoría de los casos las relaciones directas entre los ambas instituciones resuelven estos problemas.
Pero, además, existen problemas técnicos. En concreto, la Organización Médica Colegial creó una plataforma electrónica para gestionar la nueva receta privada, pero algunos colegios provinciales no se han adherido a ella, aunque esta plataforma ha gestionado ya 20.053.039 de recetas de 50.944 colegiados, según ha citado el Colegio de Farmacéuticos en una nota de prensa.
La extensión de la receta electrónica es un instrumento eficaz para homogeneizar los sistemas de prescripción, detectar los problemas que ocasionan los medicamentos, facilitar la colaboración entre médicos y farmacéuticos y solucionar problemas de los pacientes con sus tratamientos. Sin embargo, el hecho de que la receta privada no pase por este sistema electrónico hace que algunos de los problemas persistan, como la dificultad de establecer un registro integral de actos médicos y farmacéuticos de cada paciente.
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