Antonio López Andrés, director general de Salud en Navarra

El gabinete de María Chivite continúa confeccionando el organigrama del Departamento de Salud navarro, a cuyo cargo estará la próxima legislatura Fernando Domínguez. Según han confirmado a Redacción Médica fuentes del Gobierno autonómico, en próximos días se hará efectiva una nueva designación, la de Antonio López Andrés, que ejercerá como director general de Salud.

Fernando Domínguez ha confiado en un hombre ‘de la casa’ esta dirección general, dado que López ejercía desde 2015 y hasta la fecha como subdirector de Farmacia y Prestaciones. En el pasado fue también subdirector de Atención Primaria en la zona norte del Servicio Navarro de Salud.

De forma paralela, el Departamento de Salud autonómico concederá a Inés Royo la jefatura del gabinete. Se trata de un perfil con experiencia en este apartado, pues ya ostentó este mismo cargo durante el Gobierno de la riojana Concha Andreu.

Ambos nombramientos, deslizan fuentes gubernamentales, se harán efectivos el próximo miércoles, 30 de agosto. Será entonces cuando se conozca el nombre del resto de directores generales de la nueva estructura de la sanidad navarra. Tal y como avanzó el gabinete de Chivite, la Consejería estará compuesta por esta Dirección General de Salud, así como por SNS-Osasunbidea y el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra.

La sanidad navarra, en manos de Geroa Bai

El pasado viernes tomaba posesión del cargo el nuevo responsable del Departamento de Salud, el médico (especialista en Cirugía General y Aparato Digestivo) Fernando Domínguez, quien sustituye a Santos Induráin al frente de la Sanidad autonómica.

Un departamento que, tal y como estaba acordado, estará ‘comandado’ por Geroa Bai. La formación nacionalista dispondrá además de otras tres consejerías (Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Desarrollo Económico y Empresarial y Relaciones Ciudadanas), mientras que Vivienda será gestionada por Contigo Navarra. El PSN mantendrá las competencias sobre el resto de carteras.

No obstante, Chivite dejó claras sus intenciones de dejar ‘huella’ en el apartado sanitario durante la próxima legislatura. En su sesión de investidura, la dirigente socialista aseveró que esta sería una “cuestión nuclear” en su segundo mandato: "La pandemia del Covid-19 ha hecho aflorar con más crudeza las debilidades que ya se venían viendo y arrastrando de nuestro sistema sanitario público y nos ha recordado la urgencia de actuar para reimpulsar ese sistema y hacerlo, además, desde el prisma de la modernización y adaptación al siglo XXI", aseveró.

En el acuerdo del Gobierno tripartito está la aprobación de una ley foral de salud, que según especifican, se basará en "un sistema universal, equitativo, solidario e igualitario en el acceso de sus prestaciones". En ella se abordará la problemática de las listas de espera; el uso "racional de los servicios";  la evaluación centrada en los resultados; la salud mental, especialmente en el ámbito infanto juvenil; la atención integral y sociosanitaria; la reforma y el refuerzo de la Atención Primaria; la organización hospitalaria centrada en la persona; y el impulso de la investigación y la medicina personalizada.