El equipo del hospital encargado del estudio.
Un trabajo de
Cardiología y Farmacia del Hospital Gregorio Marañón ha permitido reducir en un
30 por ciento los sangrados de los pacientes que sufrían un
infarto. El estudio, además, ha permitido el ahorro de
95.000 euros anuales desde 2011 que empezó, gracias a la
prevención de los sangrados.
El centro añade que las medidas son sencillas de instalar y, por ello,
extrapolabes a otros centros sanitarios sin una gran inversión. El estudio conlleva una serie de acciones encaminadas a reducir estos sangrados basadas en tres aspectos: reducir las sobredosificaciones de fármacos antitrombóticos; aumentar el empleo de fármacos más seguros en cuanto al desarrollo de sangrados; y reducir el uso de combinaciones de fármacos antitrombóticos de mayor riesgo hemorrágico. Comenzó en 2011 y ha
incluido a 677 pacientes.
La cardiopatía isquémica es una de las
principales causas de mortalidad, morbilidad y coste sanitario en España y en Estados Unidos; se ha estimado que casi la mitad de los varones y un tercio de las mujeres de mediana edad sufrirán alguna manifestación de cardiopatía isquémica. Los fármacos que actúan contra el trombo que origina el síndrome coronario agudo constituyen el pilar fundamental del tratamiento, pero su empleo lleva asociado un riesgo de aparición de sangrados.
En este sentido, los pacientes con síndrome coronario agudo constituyen
uno de los grupos con mayor riesgo de desarrollar hemorragias debido, principalmente, a la necesidad de una terapia antitrombótica muy agresiva en las etapas iniciales de la enfermedad. Estos sangrados no sólo se relacionan con un peor pronóstico sino que también suponen un aumento del gasto sanitario.
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