Cartel de acceso al servicio de Urgencias.
Si algo nos ha enseñado internet, es que cuando
las opiniones negativas se suceden en avalancha, significa que hay algo más allá de algún usuario insatisfecho y que el
problema es mucho más profundo. Es lo que sucede con el madrileño hospital
Nuestra Señora de América, perteneciente al grupo
Vithas.
Este hospital, en la zona de Arturo Soria, encabeza los peores rankings de
opiniones negativas en el
servicio de reseñas de Google. De 255 críticas recibidas,
la inmensa mayoría son negativas y la puntuación que asignan los usuarios generalmente no llega al aprobado. La nota media es de
2,1 estrellas sobre cinco. “Es lo que se dice
un hospital en decadencia, poco personal, sin experiencia”, señala un usuario que se identifica como Manuel Ferreiro y que apunta de “antes era un hospital muy bueno, hasta que cambió la administración”.
Observando las reseñas del último mes,
la mayoría de usuarios se quejan de la espera, bien para ser citados, bien para ser atendidos, algo que
les hace preguntarse para qué están pagando un seguro de salud privado. “
Masificado. Estoy segura que
en urgencias de la seguridad social hubiera esperado menos. Tres horas y aún sin ser vista por un médico”, reza una de las últimas opiniones.
“El servicio de urgencias es
nefasto. Ayer llevé a mi hija y después de estar
dos horas esperando a que la viera un facultativo, tuve que solicitar el alta voluntaria y marcharme a otro hospital porque nadie la atendió”, señala otro usuario, que se identifica como Pres Altazco y que apostilla que “el servicio de urgencias de este hospital es para las cosas no urgentes”.
Los usuarios se quejan de “haber experimentado
la falta de material y mantenimiento de equipos”, de haber sido
“estafados” al habérsele
facturado una cita después de haber sido anulada o del servicio de atención telefónica, cuya espera excesiva, sospechan muchos usuarios, es para conseguir
abultar los ingresos de la línea 902.
De las nefastas valoraciones cosechadas por el
Nuestra Señora de América solamente se salvan, en parte los profesionales. Pero solo en parte, ya que otra usuaria puntualiza que
“están bastante quemados y eso se nota en el trato”. Según otro comentario, “la mayoría de los empleados está amargada pagándolo con los pacientes. Ante todas estas quejas negativas, la administración del centro
responde con un formulario tipo en el que piden a los usuarios que se expresen a través del servicio de atención al paciente, que no parece ser muy efectivo.
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