Clotilde Vázquez, jefa del Departamento de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz.
3 may. 2023 19:55H
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“Los progresos en el conocimiento del protagonismo de la microbiota en la salud y la enfermedad están siendo fascinantes, y las evidencias científicas experimentales son abrumadoras. Sin embargo, la brecha entre dicho conocimiento y la traslación a la clínica sigue siendo enorme”, afirma con convicción Clotilde Vázquez, jefa del Departamento de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz.
Esta es la razón por la que los Servicios de Nefrología y Endocrinología del hospital madrileño, ambos con proyección en investigación, organizaron recientemente la jornada 'La microbiota en la medicina actual', que perseguía actualizar, compartir el conocimiento y analizar las alteraciones de este conjunto de microorganismos que reside en nuestro cuerpo en algunas de las múltiples y frecuentes patologías en las que se ve implicada, y cuya resolución afecta a varias especialidades, tal y como pone de manifiesto la nota de prensa de la propia Jiménez Díaz.
Como apunta Emilio González, jefe asociado del Servicio de Nefrología de la Fundación Jiménez Díaz y co-organizador del encuentro -celebrado en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid, y que contó con más de 15 ponencias y la asistencia de más de 250 profesionales- “cumplimos el objetivo de dar el primer paso en el intercambio científico multiprofesional de un área tan innovadora y tan necesaria, sobre la que ya tenemos acumulada una cierta experiencia”.
Conocimientos, métodos y patologías
Como es sabido, en términos médicos, la microbiota se refiere a la población de microorganismos que habitan en el cuerpo humano, principalmente en el tracto gastrointestinal, pero también en otros lugares como la piel, la boca y las vías respiratorias. Estos microorganismos incluyen bacterias, virus, hongos y otros organismos microscópicos, y pueden desempeñar un papel importante en la digestión, la inmunidad y otras funciones corporales.
En este contexto, los organizadores de la jornada se propusieron, y lograron, reunir a un buen número de especialistas que pusieran sobre la mesa los estudios más recientes sobre la cuestión y los distribuyeron en tres grupos de presentaciones.
El primero de ellos expuso el perseguía exponer el conocimiento de la microbiota en la persona sana, sus localizaciones, los métodos de estudio y determinación, y la modulación del hospedador por productos de la microbiota.
Un segundo grupo de ponencias analizó los posibles métodos para controlar la disbiosis -es decir, los desequilibrios en la composición de la microbiota normal del cuerpo-, con especial importancia de la dieta, especialmente la mediterránea, y el uso de prebióticos (ingredientes no digestibles de los alimentos que afectan beneficiosamente al huésped estimulando selectivamente el crecimiento y/o la actividad de una de las especies de bacterias que están ya establecidas en el colon, o de un número limitado de ellas, y por consiguiente mejoran de hecho la salud del huésped), probióticos (microorganismo vivo que, cuando se administra en cantidades adecuadas, confiere un beneficio a la salud del consumidor), simbióticos (mezcla de probióticos y prebióticos que afecta beneficiosamente al huésped mejorando la supervivencia y la implantación de suplementos dietéticos a base de microbios vivos en el aparato digestivo del huésped) y postbióticos (compuestos bioactivos producidos por microorganismos de grado alimentario, durante el proceso de fermentación. Incluyen células microbianas, constituyentes celulares y metabolitos). También se abordó la relación de la microbiota y el sistema inmune.
En un tercer bloque de ponencias se abordaron, por especialidades, las principales patologías relacionadas con la microbiota, con la participación de varios expertos que estudian estas alteraciones en gran variedad de enfermedades.
Experiencias muy prometedoras
El formato de la jornada se basó en analizar los estudios recientes que aporten una mejoría notable en el conocimiento de la relación de la disbiosis con diferentes patologías, y cómo tratarlo. Para González, “los resultados con probióticos son complicados de analizar, pero la experiencia de cada grupo en un área de conocimiento está siendo muy prometedora, y así lo pusieron de manifiesto las ponencias presentadas”.
En este sentido, los organizadores del encuentro han remarcado en el hecho de que varios grupos de la Fundación Jiménez Díaz se encuentran en la actualidad investigando la microbiota sana y sus alteraciones en la enfermedad, tratando de determinar su importancia y, sobre todo, su control. La Vázquez lo resume: “En nuestro hospital hemos incorporado el análisis metagenómico y el uso de probióticos específicos en algunas patologías”.
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