Jesús Alonso, Mónica López y David Palacios.
La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid está poniendo en marcha un programa piloto en el Servicio Madrileño de Salud (
Sermas) con el que tratar de dotar al
médico de Familia de más ‘poder prescriptor’. Es decir, que desde las consultas de los centros de salud los especialistas de la Primaria podrán
solicitar directamente pruebas diagnósticas sin tener que derivar al paciente al hospital para que sea el facultativo hospitalario quien pida dicha prueba. Desde el colectivo profesional, por su parte, confían en que esta medida
afecte positivamente a las listas de espera, reduciendo las demoras, y señalan la posibilidad de que esta nueva competencia acelere la
integración comunicativa entre Primaria y hospital.
“Es una de las demandas de hace mucho tiempo del sector. (...) Nosotros, en estos momentos, no podemos pedir tomografías computarizadas (
TAC), por ejemplo. Enviamos al paciente al especialista hospitalario y es él quien le pide la prueba, por lo que hacemos
esperar más al paciente”, recalca en una conversación con este diario
Jesús Alonso, presidente de la agrupación madrileña de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (
SEMG). Con la estrategia puesta en marcha por la Consejería, Alonso considera que “se agilizará la atención”, por lo que la medida será bienvenida en la
Atención Primaria: “Todo lo que sea
aumentar la capacidad resolutiva del médico de Familia es adecuado y positivo”.
Y es que el hecho de que desde el primer nivel asistencial puedan solicitarse ese tipo de pruebas se traduciría en una
“disminución del número de consultas” después en el complejo hospitalario. No obstante, sin informe o estudio que suscriba dicho efecto, Alonso confía en que la política llevada a cabo por el Ejecutivo madrileño “mejore las
listas de espera”. “Si tenemos que derivar al paciente al hospital para que le pidan la prueba ahí en lugar de pedirla nosotros, es tiempo que el paciente tiene que esperar para una
segunda consulta. En teoría ese tiempo disminuye, y en teoría debería
mejorar las listas de espera”, indica Alonso.
“Se trata de pacientes cuyas enfermedades pueden ser diagnosticadas y tratadas perfectamente por el
médico de Familia”, añade
David Palacios, presidente de la agrupación madrileña de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (
Semergen). Esta situación supone “una enorme demora” para el paciente, “totalmente innecesaria”, que acabaría con “permitir” al propio médico de Familia “realizar su trabajo”, según Palacios.
Segundo intento de Madrid de disminuir demoras
Tal y como recuerda el especialista, es una medida similar a la que ya la Consejería puso en marcha en verano del 2023, con la intención de
reducir las listas de espera hospitalarias. “La Comunidad de Madrid vuelve a errar en el diagnóstico”, lamenta Palacios, añadiendo que en verano pasado el
Gobierno autonómico ya permitió al médico de Familia solicitar las pruebas complementarias necesarias como paso previo a la derivación, aunque fuera el facultativo hospitalario quien terminara diagnosticando y tratando al paciente.
Es por ello que, por no repetir los errores del pasado, Palacios urge a que se dote el
primer nivel asistencial madrileño con las capacidades suficientes y necesarias para que los profesionales sanitarios puedan ejercer sus labores. “Gran parte del retraso del diagnóstico y de las listas de espera hospitalarias disminuirían muy significativamente si se permitiese a los médicos de Familia acceder a las
pruebas complementarias que precisan para diagnosticar y tratar a sus pacientes”, zanja el presidente de Semergen Madrid.
Y es que esa sería, justamente, la medida “más eficiente y más coste-efectiva” para todo el
sistema sanitario madrileño, pues se lograría una “optimización” del acceso a dichas pruebas y a los tratamientos más adecuados a cada paciente “en el menor tiempo posible”, reduciendo, así, la
presión asistencial hospitalaria. “Mejora la calidad de la asistencia prestada y optimiza el
gasto sanitario. Por todo ello, refuerza y asegura el sistema sanitario”, argumenta.
Interna apoya que Familia pida pruebas
Desde la parte hospitalaria también confían en que esta medida impulsada por el Ejecutivo madrileño sirva para “evitar tiempos” de espera y que “solucionaría gran parte de esa demora”. “En términos generales es beneficioso porque la opinión y el criterio del médico de Familia, como médico generalista, es válido para dilucidar si el paciente necesita pruebas como el TAC o alguna resonancia”, coincide
Mónica López, jefa de Sección de Medicina Interna del Hospital Universitario Ramón y Cajal (Madrid).
En ese sentido, las pruebas que desde el primer nivel asistencial podrían pedir serían, según López,
TACs de tórax para la disnea inexplicada o para la patología tumoral, así como alguna
prueba de imagen en casos de fiebre prolongada tras análisis. Pero tal y como enfatiza la internista, desde el centro de salud también deberían tener capacidad para pedir ciertas
resonancias, argumentando que “agilizaría” gran parte del trabajo, a pesar de que la petición de este tipo de pruebas no supone una gran carga laboral para los internistas, según la jefa de Sección del Ramón y Cajal.
Transversalizar la comunicación sanitaria
Otro de los puntos beneficiosos de esta estrategia sería la
profundización comunicativa que se daría entre ambas especialidades. Y es que López señala que Medicina Interna tiene “una relación creciente y muy beneficiosa” con el especialista de Primaria gracias a la
consulta electrónica, y considera que “debería ampliarse al resto del territorio nacional”. “Que viaje la información y no el paciente”, incide, prosiguiendo que también agilizaría la posible resolución de las dudas que podrían presentar los profesionales sanitarios de Atención Primaria. “El médico de Interna es el canal más accesible para el médico de Familia en los casos complejos”, apunta, para lo que considera importante profundizar en la comunicación de ambas especialidades.
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