El Govern aprueba el Pacte de Salut Mental y empieza su implantación

El Govern de Cataluña ha aprobado el Pacte Nacional de Salut Mental y la creación del programa para su desarrollo. Una nueva estrategia de país que trabajará para cambiar el enfoque y tratamiento de la salud mental en el territorio. De esta manera, el Govern de Salvador Illa coge el testigo del anterior gobierno y da continuidad a un proyecto que comenzó ahora hace tres años y en el cual se han implicado más de un centenar de organismos e instituciones.

El nuevo modelo que propone el Pacte Nacional de Salut Mental es un modelo propio basado en la prevención, atención y recuperación biosicosocial que tiene en cuenta los diversos factores (biológicos, psicológicos y sociales) que influyen en el bienestar de una persona, garantizando en todo momento los derechos de las personas.

Propone un salto adelante para dejar de tratar a las personas afectadas con un problema de salud mental como pacientes para convertirlas en parte activa de todo el proceso y hacer posible una verdadera integración en la sociedad. Todos estos cambios irán acompañados de una mejora de la coordinación entre todos los agentes implicados, desde las administraciones hasta las entidades especializadas y las asociaciones de familiares.

El documento de consenso que se validó durante el encuentro de la Taula del Pacte de Salut Mental el pasado 5 de julio de 2024 cuenta con seis líneas estratégicas, 25 objetivos estratégicos y 80 objetivos operativos.

Líneas estratégicas

La primera línea estratégica es la participación y empoderamiento de la persona que sufre un problema de salud mental. La segunda es la protección y promoción del bienestar emocional en todas las edades de la vida y transiciones de la persona, así como la contribución del sector de la salud mental en la gestión y abordaje del impacto de los determinantes estructurales y sociales que afectan la salud mental y el bienestar emocional.

La tercera línea estratégica es la prestación de unos servicios de salud mental equitativos, accesibles y de calidad, además de servicios integrales, integrados, multisectoriales y adaptables en entornos comunitarios y con una oferta o cartera de servicios que dé respuesta a las necesidades de forma efectiva y eficiente.

Finalmente, el liderazgo y gobernanza eficaces en el ámbito de la salud mental, con una financiación suficiente; y el refuerzo de los sistemas de información, los datos científicos, la innovación y la investigación sobre la salud mental, con orientación a futuro.