El centro ofrece un programa de psicoprofilaxis quirúrgica a los pacientes pediátricos y sus familiares

El General incorpora la atención psicológica preoperatoria en Pediatría
El servicio es multidisciplinar y cuenta con la ayuda de psicólogos, anestesistas y cirujanos pediátricos.


2 nov. 2017 16:40H
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El Hospital Universitario General de Cataluña ha incorporado a su cartera un programa de psicoprofilaxis quirúrgica pediátrica, un servicio que tiene como objetivo prevenir, atenuar o disminuir el impacto emocional negativo de la cirugía pediátrica entre los pacientes, o lo que es lo mismo, prevenir psicológicamente al niño y su familia para mejorar la forma de afrontar una intervención.

Destinada a la población pediátrica ambulatoria, a partir de los 3 años con intervención quirúrgica programada por patología habitual (urológica, abdominal, otorrinolaringológica…), la psicoprofilaxis quirúrgica pediátrica que se realiza en el centro cuenta con la colaboración de los servicios de Cirugía Pediátrica, Anestesiología, Pediatría y Psicología, entre otros.

Estrategias de afrontamiento

Para la preparación de los pacientes, se analiza su expresión mediante dibujos o juegos y el uso de cuentos o material audiovisual protagonizado por personajes infantiles que atraviesan satisfactoriamente un proceso quirúrgico. Además, se suele familiarizar al paciente con elementos vinculados a la práctica quirúrgica tales como gorros, batas, máscaras quirúrgicas, cánulas, sueros, máscaras... Y con el quirófano al que se realiza con los niños una visita guiada por profesionales de la salud en los que se les explica detalladamente el espacio. Dentro del juego y según la edad, se emplean muñecos a los que los niños, caracterizados como doctores, les intervienen o curan.

También han demostrado su utilidad las llamadas “estrategias de afrontamiento” tales como respiraciones profundas, auto-instrucciones (“todo va a salir bien”) y los pensamientos agradables en los que se visualizan escenas placenteras).

La psicoprofilaxis produce una disminución de la ansiedad en niños y padres, aminora el estrés quirúrgico (menor frecuencia cardíaca y tensión arterial pre-anestésica en niños preparados), facilita el despertar anestésico, la recuperación postoperatoria (ingesta, reposo, etc.), acorta la estancia hospitalaria, reduce la necesidad de analgésicos y las “llamadas a las enfermeras” para que les atiendan.

Se ha estimado que la psicoprofilaxis quirúrgica es especialmente útil en aquellos niños con mala experiencia quirúrgica previa (complicaciones psíquicas o físicas) o en caso de familias de riesgo (crisis familiares, maltrato, violencia, adicciones...). También se recomienda cuando la zona del cuerpo a operar es significativa para el reconocimiento de la propia identidad (cara, genitales, manos) o se trata de cirugía mutilante. Asimismo, es recomendable cuando hay llamativa ausencia de ansiedad preoperatoria o fobia al entorno sanitario.
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