Josep Mercadé.
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Redacción. Tarragona
El gerente de la Región Sanitaria del Camp de Tarragona, Josep Mercadé, ha admitido que si la Unidad de Hemodinámica del Hospital Joan XXIII de Tarragona hubiera estado abierta se habría atendido “mejor y más rápido” al paciente que falleció de un infarto al ser trasladado al Hospital de Bellvitge de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona).
En declaraciones a Europa Press, Mercadé ha explicado que el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) ha abierto un expediente informativo para “tener toda la información sobre qué se hizo, cómo se hizo y en qué tiempos”, y ha concretado que se prevé que en diez días se presenten las conclusiones.
La víctima, un farmacéutico de Tarragona, acudió a las 19.07 horas del 25 de diciembre al hospital, desde el que los sanitarios del Servicio de Urgencias lo derivaron a Barcelona porque la Unidad de Hemodinámica del centro cerraba a las 20 horas.
El hombre falleció durante el trayecto en una ambulancia medicalizada, cuando habían transcurrido 15 minutos de la salida, a la altura de El Vendrell, sin que el personal médico del vehículo pudiera hacer nada para reanimarle. “Parece que todo se hizo bien y que no ha habido error humano”, ha destacado Mercadé, que ha destacado que los infartos son a veces difíciles de prever y que cada paciente reacciona de un modo distinto.
Ha recordado que el compromiso de la Consejería de Salud de la Generalitat es implantar un horario ininterrumpido en la Unidad de Hemodinámica del centro antes de que acabe este año, y ha recordado que en 2012 ya se amplió hasta las 20 horas (antes acababa a las 17).
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