Así que a ver si podemos, los médicos, hacer acopio de humildad y, aunque sea en nuestro endogámico gremio, asumimos que quizás, sólo quizás, hay gente por ahí que curra más, sabe más medicina, es más lista, y hace mejores exámenes. Porque el mundo está lleno de esas personas.
— Kermir (@PsiKermir) February 7, 2022
Yo sí que quiero abrir un melón en medicina: el mundo no se para por, aun esforzándote, tener un resultado mediocre. Ni por fracasar.
— Kermir (@PsiKermir) February 7, 2022
Estamos acostumbrados a que todo el mundo nos haga la ola porque siempre hemos arrastrado un gran éxito académico... hasta que llega el MIR. https://t.co/NKOCovncFq
Aquí ya no importan capacidades como la inteligencia, la constancia, la gestión del estrés, o la madurez de cada uno, ahora sólo hay azar, el tiempo que haga ese día o de la alineación de los astros. Y, ¡eh!, el examen no tiene nada que ver con cómo de bien se te dé la medicina.
— Kermir (@PsiKermir) February 7, 2022
Cuando competimos con quienes nos igualan en esas competencias y en, ojo, situación socioeconómica (la mayoría venimos de familias de clases medias o altas) ya nada de esto cuenta.
— Kermir (@PsiKermir) February 7, 2022
¿Que hay azar? Muchísimo, pero los «numerazos» siguen teniendo un gran mérito, no se lo quitéis.
Aclaro por supuesto que todas las plazas son dignas, y que enfrentarse a una oposición y dejarse la piel en ella (que no la salud mental) merece todo el respeto y es completamente loable independientemente del resultado, pero sin pecar de hipócritas. Al César lo que es del César.
— Kermir (@PsiKermir) February 7, 2022