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15 ene. 2019 13:13H
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MADRID, 15 (EUROPA PRESS)

El cirujano y jefe de servicio de Cirugía de Mano y Muñeca del Hospital La Luz (Madrid), el doctor Francisco Piñal, ha cuestionado la existencia del síndrome de Südeck o síndrome del dolor regional complejo, también conocido como distrofia simpática refleja, y presentará un estudio que muestra la curación de la enfermedad, en principio incurable.

El doctor Piñal, que considera que detrás del diagnóstico del síndrome se encuentran errores y falta de conocimiento sobre una patología oculta, presentará el estudio en la Sociedad Americana de la Mano como ponente extranjero invitado. La investigación está compuesta por 100 casos y demuestra que si se asigna a cada paciente en su patología y se trata "apropiadamente", la enfermedad se cura.

"He atendido a numerosísimos pacientes etiquetados como enfermos de distrofia simpática refleja o enfermedad de Südeck y hemos sido capaces de hallar y tratar su verdadera patología. Las fracturas intervenidas de forma inadecuada en el área de la muñeca están en el origen de muchos de estos diagnósticos", ha indicado el doctor Piñal.

"Estaban enmascarando casos de artritis reumatoide, fracturas de metacarpiano, maluniones tras fracturas de radio o prótesis colocadas de forma deficiente, sin olvidar el porcentaje de estos casos que pueden ser abordados como neuroestenalgias, dolor continuo en el nervio, y cuadros de compresión dinámica del nervio mediano", ha agregado el cirujano.

De hecho, el doctor ha establecido que dos de cada diez pacientes diagnosticados con distrofia simpática refleja se manifiesta un cuadro clínico idéntico a los pacientes con neuroestalgia del nervio mediano. "Si corriges el daño en el nervio afectado, se curan. Mediante un procedimiento mínimamente invasivo restauras la funcionalidad de la mano de la paciente y eliminas el dolor", ha agregado el experto.

Un ejemplo lo constituye una paciente de 46 años, Camelia, que describe los síntomas que padeció tras una operación que le habían realizado de liberación del túnel del carpo hacía ocho meses.

"No podía cerrar la mano, me dolía muchísimo. Tenía las manos hinchadísimas y los médicos me mandaban medicinas para la cabeza fármacos analgésicos y neuromoduladores para reducir el dolor; entre estos últimos, algunos empleados en cuadros psiquiátricos o de epilepsia", ha explicado la paciente.

Sin embargo, el doctor Piñal apuntó a que se trataba de una compresión secundaria dinámica del nervio mediano no detectada con anterioridad.

"Mis investigaciones me llevan a considerar a la enfermedad de Südeck como una patología inexistente que, en realidad enmascara el verdadero origen del problema. Así, su abordaje, en el caso de Camelia, pasa por un correcto diagnóstico y el diseño de un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo para su curación", ha resumido el doctor Piñal.

En algunos casos los resultados son inmediatos y permiten observar ya mejoras de movilidad sobre la propia mesa de operaciones. Gracias al procedimiento, la paciente recupera la movilidad en su mano y suspende la ingesta de fármacos contra el dolor al desaparecer el mismo.

CRÓNICA Y MUY DOLOROSA

La patología, osteomuscular, crónica y muy dolorosa, afecta a las manos, antebrazos, pies y piernas. Produce rigidez de las articulaciones, con escasa movilidad, sensación de quemazón acompañado de una hipersensibilidad cutánea, una fuerte inflamación debido a la acumulación anormal de líquido en los tejidos, enrojecimiento y sudoración.

Sus causas se desconocen y pueden tener consecuencias graves. Puede producirse a cualquier edad pero es más frecuente en mujeres entre los 40 y los 60 años, aunque cada vez se diagnostica más entre los jóvenes.

La describió el cirujano Paul Südeck en 1900 y cada año aparecen 15.000 nuevos casos. Se atribuye a una disfunción del sistema nervioso central o periférico. Suele aparecer en pacientes que han sufrido previamente algún tipo de traumatismo o fractura, una intervención quirúrgica o una patología infecciosa.

El doctor Piñal ha valorado que la distrofia simpática refleja ha sido un "obstáculo para el avance de la investigación médica, además de una forma de abandono a pacientes para los que existen soluciones reales".

"De hecho, en las decenas de casos en los que he podido descartar la enfermedad de Südeck, hallando las causas reales subyacentes, uno de los mayores retos ha sido conseguir que el paciente abandone una medicación que no era necesaria y que le había creado adicción", ha agregado.

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