MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Investigadores de la Universidad de Jyväskylä en Finlandia han observado que mantener la masa muscular beneficia a la salud arterial de las mujeres desde la juventud hasta la mediana edad, tras observar que las mujeres con mayor masa muscular tenían menor rigidez arterial.
El estudio también reveló que la hipertensión era el factor predictivo más importante de la rigidez arterial independientemente de la edad, y que incluso una buena forma física aeróbica no protege necesariamente contra la rigidez arterial inducida por la edad.
La pared arterial compatible es un requisito previo para el funcionamiento normal de las arterias y de todo el sistema circulatorio. La elasticidad de las arterias se reduce gradualmente con el envejecimiento. Sin embargo, diversos factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares pueden acelerar el envejecimiento arterial y predisponer a la rigidez arterial desde la infancia.
Los investigadores, que han publicado su estudio en 'Scientific Reports', recuerdan que el aumento de la rigidez arterial predice el desarrollo de enfermedades cardiovasculares como la enfermedad arterial coronaria y la enfermedad cerebrovascular.
El estudio examinó la importancia de la aptitud aeróbica, el porcentaje de grasa corporal, la masa muscular y la presión arterial para la rigidez arterial en mujeres de 16 a 58 años. Según los resultados, solo una mayor masa muscular y una presión arterial más baja se asociaron con una menor rigidez arterial, independientemente de los años.
Mientras que una mejor condición física aeróbica y un menor porcentaje de grasa corporal también se relacionaron con una mejor salud arterial, pero la edad explicó estas asociaciones.
"Si bien la edad fue el factor más importante para explicar la rigidez arterial, mantener suficiente masa muscular y controlar la presión arterial puede proteger contra los efectos adversos del envejecimiento en la salud arterial", explica el doctor Eero Haapala de la Facultad de Ciencias del Deporte y la Salud de la Universidad de Jyväskylä.
El estudio incluyó a 146 mujeres de 16 a 58 años. El consumo máximo de oxígeno como medida de la durabilidad se midió utilizando una prueba de bicicleta ergométrica máxima o cinta ergométrica. Además midieron la composición corporal con el dispositivo InBody o DXA y la rigidez arterial mediante el análisis de la velocidad de la onda del pulso.