MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Los ojos parpadean unas 22 veces por minuto en circunstancias normales, pero delante de una pantalla de móvil u ordenador esta cifra se reduce hasta aproximadamente siete, reduciendo así la humedad del globo ocular e incrementando el riesgo de ojo seco, según han destacado expertos de la Sociedad Española de Superficie Ocular y Córnea (SESOC).
El síndrome del ojo seco (SOS) es una dolencia crónica de la superficie ocular que sufren más de 5 millones de españoles, constituyendo la enfermedad más frecuente de los ojos. Este trastorno se produce por un descenso en la producción de lágrimas o por una excesiva evaporación de las mismas, principalmente por la obstrucción en los conductos de las glándulas de Meibomio, encargadas de producir una capa de grasa que protege la película lagrimal.
Esta enfermedad muestra picos de prevalencia en adultos a partir de los 69 años y, en general, afecta más a las mujeres, aunque en los últimos años se ha detectado una incidencia creciente entre los jóvenes por el actual estilo de vida, como los grandes periodos de tiempo delante de pantallas, contaminación, ambientes secos producidos por la climatización (aire acondicionado, calefacción por aire, etc.) y dieta, con más presencia de carnes rojas (Omega 6) que pescados o verduras (Omega 3).
Además de estos hábitos, cualquier actividad que implique estar expuesto a contaminantes o la reducción de la frecuencia de parpadeo (como la lectura), así como el envejecimiento, las cirugías del ojo y algunos medicamentos (antihistamínicos orales, antihipertensivos arteriales, benzodiazepinas, antidepresivos, ácido 13cis-retinoico, etcétera) son factores de riesgo del SOS. Llevar gafas, por ejemplo, aumenta un 40 por ciento la evaporación lagrimal, clave en el ojo seco.
Con el objetivo de concienciar sobre la prevención de esta enfermedad y reducir su incidencia, la SESOC ha puesto en marcha, en colaboración con Johnson & Johnson Vision, la campaña '#SOSParpadea', que busca llamar la atención de los ciudadanos animándoles a tomarse en serio "unhábito tan natural como descuidado, el parpadeo".
"Por ejemplo, cuando miramos fijamente una pantalla, nuestros parpadeos se reducen considerablemente, desde los 22 por minuto habituales a una media de 7, y la mayoría de ellos se hacen parciales, sin terminar de cerrar el ojo por completo", ha comentado el presidente de SESOC, Jesús Merayo, durante la presentación de esta iniciativa, que coincide con la XVII Reunión Anual de esta sociedad científica.
RETIRAR LA VISTA CADA 20 MINUTOS
Por ello, este especialista recomienda retirar la vista de la pantalla cada 20 minutos para ayudar a prevenir la enfermedad, dentro de lo que se conoce en el mundo anglosajón como la regla 20-20: apartar la vista cada 20 minutos a una distancia de 20 pies (6 metros). "Durante el tiempo de descanso, la frecuencia y la calidad del parpadeo aumentan, ayudando a extender la lágrima repleta de nutrientes esenciales, sobre toda la superficie ocular y evitando su evaporación", ha detallado.
Y es que el ojo seco, como ha recordado el vicepresidente de SESOC, José Manuel Benítez del Castillo, "afecta mucho a la calidad de vida de los pacientes, ya que se sienten incomprendidos". Por ejemplo, tienen que pagar muchos los tratamientos, como las lágrimas artificiales, que no están financiadas en la sanidad pública. Cuando llegan a casa después de un día delante de la pantalla, tienen la necesidad de dejar cerrados los ojos y no hacer ningún tipo de actividad", ha explicado.
De acuerdo con estos especialistas, la calidad de vida de un paciente con ojo seco moderado o severo es "equiparable a la de uno con una angina de pecho moderada o severa". Entre sus síntomas, destacan la fatiga ocular, la incomodidad visual, la sensación de arenilla o de un objeto extraño dentro del ojo, el ardor o escozor, la sensación de sequedad, la mala visión fluctuante y la necesidad de cerrar los ojos más a menudo, principalmente a última hora del día.
La mayoría de tratamientos se centran en ofrecer un alivio temporal, como las lágrimas artificiales, o no son accesibles para todos los pacientes, ya que algunos, como la ciclosporina, son de prescripción hospitalaria y otros, como el suero autólogo, pueden alcanzar "un coste elevado".
Los expertos de SESOC añaden que la introducción de tecnología ha permitido desarrollar tratamientos más novedosos, como los tratamientos de termoexpresión, eficaces contra el ojo seco evaporativo producido por la disfunción de las glándulas de Meibomio, es decir, aquellos en los que las lágrimas se evaporan más rápidamente.
Estos tratamientos se basan en la aplicación de calor y presión en el interior de los párpados, limpiando dichas glándulas y eliminando sus posibles obstrucciones. De esta manera, se restaura la función de estas glándulas recuperando su estructura y mejorando la capa de grasa que producen.