Enrique Pita / Imagen: Pablo Eguizábal. Madrid
Un año después de la primera ‘Carta Abierta por la Ciencia’, el colectivo ha vuelto a llamar la atención sobre la “parálisis absoluta” en la que está sumergido el Sistema de I+D+i español y han pedido al Gobierno que rectifique en su política científica, pues si se incide en la senda actual, recuperar el tejido investigador español será una labor de décadas. La tragedia, en opinión de los firmantes de la segunda carta por la ciencia, es que no se saldrá de la crisis sin un buen sistema de investigación y desarrollo. Para mostrar su disconformidad han recogido más de 37.000 firmas en su nueva iniciativa, ‘Salvemos la Investigación’, que entregarán el próximo viernes en el Ministerio de Economía y Competitividad como colofón a una marcha que partirá del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y finalizará en el citado ministerio.
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“La realidad ha sido mucho más dura de lo que preveíamos”, ha asegurado Emilio Criado, uno de los miembros de este colectivo. Así, ha asegurado que no se está cumpliendo ni con la tasa de reposición del 10 por ciento que se acordó el año pasado. “Tenemos un colapso en la entrada de investigadores al sistema” y un vaciado por arriba, con numerosas jubilaciones que no encuentran sustitución. Lo cierto, según han explicado, es que no hay oferta pública de empleo, se pierde personal, no ha habido ninguna convocatoria, ni siquiera del Plan Nacional. En este sentido, el presidente de la Confederación Española de Sociedades Científicas (Cosce), Carlos Andradas, ha explicado que “se anunció que mayo sería un mes clave, pero estamos en junio y aún no tenemos un horizonte claro”.
El panorama que describen los integrantes de este colectivo ‘Carta Abierta por la Ciencia’ es desolador. “Los jóvenes están cayendo, pero luego vendrá el resto de los investigadores, los planes nacionales, etc. La sangría es continua, pero es una hemorragia que no sabemos si se detendrá”, ha asegurado José Manuel Fernández, de la Federación de Jóvenes Investigadores.
El cúmulo de circunstancias están llevando al Sistema a una parálisis total de la que será difícil salir. Hay convocatorias pendientes de resolución desde 2012, y otras, de 2013, sin convocar o esperando resolución. “Hay muchos proyectos en los que los investigadores están aportando sus propios fondos”, ha asegurado Andradas, que ha definido la situación como “economía de supervivencia”. La sensación, además, es que este año está perdido. Según señalaba José Luis de Pablos, del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), “nos estamos jugando el tipo de modelo de I+D+i que tendremos en el futuro”. La fuga de cerebros, que en boca del Gobierno casi parece una anécdota, “está aumentando”. En este sentido, Criado ha asegurado que se palpa el desánimo entre los investigadores, “faltan expectativas, pero también le falta credibilidad al Gobierno”.
De izquierda a derecha: Emilio Criado; Amaya Moro Martín, de la Plataforma por una Investigación Digna; José Manuel Fernández, de la Federación de Jóvenes Investigadores; Carlos Andradas; Salce Elvira, de CCOO; Patxi San Juan, de UGT, y José Luis de Pablos, del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat). |
“La tragedia es que no se saldrá de la crisis sin un sistema de I+D+i”, ha explicado Salce Elvira, de CCOO. “El balance es demoledor”, ha continuado, “con un descenso del 40 por ciento en los Presupuestos Generales del Estado desde 2009, pero, además, no se ejecuta la parte que incluyen dedicada a crédito”. “No tiene sentido un presupuesto tan reducido y que lo que no se ejecute, se pierda”.
En este punto, lo que se pide es el mínimo para poder seguir con el trabajo de investigación. “Si perdemos más generaciones de científicos, tardaremos en recuperarnos más de una década”, ha asegurado Amaya Moro Martín, de la Plataforma por una Investigación Digna.