Manuel Silvestre, Alicia González, Laura Martínez, María Guillén y Raquel Montesinos.
Dejarlo todo atrás y hacer las maletas para
empezar de cero en otro país es una decisión, cuanto menos, complicada que muchos
sanitarios toman en busca de
condiciones laborales más atractivas que las del
Sistema Nacional de Salud (SNS). La formación universitaria en
Ciencias de la Salud ofertada en nuestro país es vista con buenos ojos fuera de nuestras fronteras... O eso es, al menos, lo que nos cuentan. Pero, ¿hasta qué punto es cierto? ¿Tienen esta sensación los
médicos y enferemeras españoles que emigran? ¿O se han encontrado con una realidad diferente a la que imaginaban?
Formación médica estricta en Suiza
Manuel Silvestre reconoce haber sentido "cierto miedo" tras hablar con otros
médicos españoles que trabajaban en Suiza, país que eligió para hacer el
MIR en Cirugía Torácica y Traumatología. En concreto, sus compatriotas le habían dicho que los suizos "tenían muy buena formación, sobre todo los
estudiantes de Medicina, y que podían gestionar a un paciente sin ningín tipo de ayuda ni explicación". Ante esta información, este médico se sintió "un poco angustiado", pero al mismo tiempo confiaba en que sus nuevos compañeros tuvieran en cuenta su
formación y valía profesional.
Manuel Silvestre: "En Suiza los estudiantes de Medicina pueden gestionar a un paciente sin ningún tipo de ayuda ni explicación"
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Durante los primeros meses de su nueva vida, Silvestre sí que notó diferencias en el trato que le brindaban sus compañeros. "
Al principio sí que han dudado de mí, porque no estaba acostumbrado ni tenía los conocimientos necesarios para
diagnosticar patologías más concretas y difíciles", explica.
No obstante, considera que su nacionalidad en sí misma nunca ha sido un punto a valorar este sentido, sino la formación que ha recibido. "Aquí hay un sistema de
prácticas universitarias bastante potente en el que
dejan al estudiante realizar el trabajo del propio médico y coger la rutina de un médico sin serlo", detalla. Por otro lado, considera que el
plan de estudios español es muy
completo en el plano teórico, pero no tanto en las prácticas. Ha observado que en Suiza ven a España como "un país bastante potente con buenos
profesionales sanitarios y mucho recorrido histórico", aunque el punto a mejorar es la investigación.
Sanidad 'multicultural' en Reino Unido
La experiencia de
Alicia González en
Reino Unido es parecida a la de Silvestre, ya que al igual que él está
cursando la especialidad en su país de destino en vez de formarse en España a través del sistema
MIR. Graduada en
Medicina por la Universidad de Alicante, esta futura
médica de Familia ya había pasado varios años de su
formación en el extranjero, y ese es precisamente el motivo por el que cree que nunca le han visto como alguien diferente.
Ella misma añade otro factor a tener en cuenta: la
diversidad cultural que caracteriza a Londres, ciudad en la que está asentada. "La gente está muy
acostumbrada a que los médicos sean de todas partes del mundo: India, Pakistán, Canadá... Así que no he recibido diferencias en el trato por este motivo",
explica
.También recalca que al pasar los mismos
exámenes para obtener la especialidad que sus compañeros británicos, estos no dudan de su profesionalidad. "Nunca han dudado de mí por mi nacionalidad, no creo que pase si eres bueno en lo que haces", agrega.
Alicia González: "En Londres la gente está muy acostumbrada a que los médicos sean de todas las partes del mundo"
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Por este mismo motivo sostiene que el país de procedencia tampoco importa necesariamente a la hora de contratar, sino que es una cuestión genérica de
déficit de profesionales.
"No les importa de qué país seas, sino que hayas hecho las cosas bien y que tu
currículum sea bueno. Tenemos una buena formación, pero fuera
no nos contratan por ser españoles", concluye.
Así ven los suecos a los médicos españoles
Laura Martínez confiaba en que, al demandar un perfil como el suyo desde
Suecia, valorarían su formación una vez que se incorporarse a su puesto de trabajo. Pero la realidad que encontró fue muy diferente. Salvando las diferencias entre las diferentes regiones del país, encontró que en la suya -pese a ser especialista en
Medicina de Familia- tuvo que
cursar dos años de MIR con
remuneración de residente para que el país diese luz verde a su bagaje médico. "En esta región nos han dejado claro desde el principio que
nuestra formación no era suficiente viniendo de España, y que no nos equiparábamos para nada a un especialista sueco", expone.
Laura Martínez: "En algunas regiones de Suecia creen que nuestra formación no es suficiente viniendo de España y que no nos equiparamos a un especialista sueco"
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No obstante, sí que ha notado que los
médicos y enfermeras espaloles brindan una imagen positiva en algunos aspectos para los
sanitarios suecos. "Notan que hemos trabajado mucho, que es un país en el que
es duro sacarse la residencia, con turnos muy duros y muchas guardias en
Urgencias y horarios que no se pueden ni imaginar", detalla. De hecho, asegura que sus compañeros se sienten "perplejos" cuando les explica los
horarios de trabajo que debe seguir un MIR en el SNS."Nos ven como gente muy trabajadora", añade.
Pese a que la propia Martínez no ha vivido episodios de racismo en su puesto de trabajo, sí que tiene constancia de que "
algunos pacientes suecos exigen que les atienda un médico de su nacionalidad" en los centros de salud. "Cuando ven que el apellido de su médico no es sueco reaccionan mal, porque
cada vez hay más médicos extranjeros aquí", agrega.
Necesidad de enfermeros extranjeros en Noruega
María Guilén volvió a España hace un par de meses, tras pasar un año y medio trabajando como
enfermera en Noruega. Tal y como ha observado la
Enfermería no está valorada en este país, puesto que "mientras en el resto de profesiones los sueldos son de más de 3500 euros mensuales, una enfermera sin antigüedad ni trienios cobra 2700 o 2800 euros", expone.
La contratación de
sanitarios extranjeros funciona mediante Empresas de Trabajo Temporal, por lo que la estabilidad tampoco es un atractivo para quienes emigren a territorio noruego."Somos enfermeros externos, no del centro sanitario, y
no por ser españoles estamos más valorados", argumenta. La cantidad de población envejecida hace que
este país necesite muchos profesionales sanitarios, especialmente para las residencias de ancianos. Un trabajo que, según ha observado la propia Guillén, "no quieren hacer los noruegos".
María Guillén: "En Noruega los enfermeros no estamos mejor valorados por ser españoles"
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En cuanto al trato que ha recibido como
enfermera extranjera, nota diferencias dependiendo de la zona en la que se trabaje. "En el norte de Noruega la gente suele ser muy abierta y valoran mucho a los que venimos de fuera, pero en Bergen
he visto mucho racismo y por no hablar bien noruego
los pacientes o los propios compañeros no se han portado bien", relata. Esta última fue precisamente la localidad en la que vivió un episodio discriminatorio, ya que tanto a ella como a un compañero procedente de Chile les prohibieron hablar "lenguas exóticas" -refiriéndose al castellano.
Holanda demanda sanitarios españoles
Raquel Montesinos partió a
Holanda pensando que, al tener un
Grado de Enfermería, su formación se valoraría "de manera positiva". Tras años asentada en Países Bajos, confirma que "así fue". Allí, todos sus compañeros vieron desde el primer momento que como
sanitaria española contaba con un buen bagaje en general. "Notan que
tenemos buena formación y nos atrevemos con todo. Aquí hay muchísimas especialidades que una
enfermera generalista haría en España y eso se valora", detalla.
Raquel Montesinos: "En Holanda notan que los españoles tenemos buena formación y nos atrevemos con todo"
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Aunque hay excepciones. El reparto de tareas es diferente al del
SNS y, por tanto, hay ámbitos en los que Montesinos llegó 'desentrenada' a su nuevo trabajo. "El aseo se realiza por parte de enfermera y
TCAE a la vez, y en España solo lo hacen TCAE. Al no tener experiencia en ello sí que
se valoró negativamente al principio", confiesa.
También reconoce haber vivido
situaciones desagradables por su nacionalidad. "Se me ha discriminado
por no hablar bien el idioma y tener acento, pero cuanto más aprendes menos sucede y hace años que no he vivido una situación así", explica. Pero estos incidentes han ocurrido siempre por parte de pacientes, ya que
sus compañeros siempre le han acogido como a una más: "Me arroparon, ayudaron y cambiaron de paciente para asegurarse de que estuviera a gusto".
Al comparar el bagaje académico de ambos países, esta enfermera sostiene que
en Holanda la formación de los sanitarios españoles "se valora y está demandada". Una de las ventajas que identifica en el SNS es que su profesión tiene
"mucha formación en áreas especializadas" en comparación con la que ofrece el modelo holandés
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