La encuesta PaRIS está diseñada para conocer la calidad y salud de la Atención Primaria.
El
Ministerio de Sanidad se ha embarcado en la realización de
una de las mayores encuestas realizadas en el Sistema Nacional de Salud (SNS) para conocer el nivel de calidad que presenta la
Atención Primaria, pero se ha topado con un problema añadido.
La falta de respuesta de los profesionales al sondeo debido a su alta carga de trabajo se ha convertido en una “limitación metodológica” para obtener las conclusiones, aunque sus impulsores ya preparan una estrategia de difusión para garantizar la presencia de la muestra necesaria.
Un informe publicado en la
Revista Española de la Salud Pública ha analizado los pormenores de
la encuesta PaRIS, una iniciativa liderada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en un total de
21 países. Los autores del texto han reconocido la dificultad para contactar con todos los profesionales sanitarios en el panorama nacional, lo que representa un
“riesgo de acometer ciertos sesgos clásicos” en la investigación.
El documento ha identificado principalmente el problema en la participación de los
directores de los centros de Atención Primaria como consecuencia de su alto volumen de tareas en su trabajo. Por eso, han solicitado tanto al Comité Regional de PaRIS como a las sociedades científicas su
“apoyo” para dar difusión a la iniciativa, así como “fomentar el interés” necesario.
Para agilizar el proceso también se ha facilitado la
realización online del cuestionario de preguntas, lo que permite encontrar más huecos a los profesionales sanitarios en su agenda para sumarse al sondeo. “Facilita su cumplimentación en los momentos de menor carga o una vez concluida su jornada laboral”, reza el informe.
Además de este hándicap, los autores del artículo también han identificado
la selección de los pacientes como otro de los posibles sesgos en la investigación, ya que se puede dejar fuera, por ejemplo, a aquellos que no disponen de
teléfono para contactar. Aunque se trata de un “porcentaje bajo” porque el Instituto Nacional de Estadística (INE) cifra los hogares con algún tipo de teléfono en un
99,9 por ciento.
La ventaja que sí que presenta
España es que dispone de la base de datos de la tarjeta sanitaria, que posee el 98 pro ciento de la población, lo que permitirá contar con unos datos representativos. Aunque los autores dudan de que este resultado vaya a ser posible en todos los países llamados por la OCDE a participar. “El reto de PaRIS es alcanzar el equilibrio óptimo entre la necesidad de permitir la c
omparabilidad entre países y la adaptación/aplicación de la encuesta a los matices locales dentro de cada país”, han apuntado.
La mayor encuesta de Atención Primaria
La encuesta tiene como objetivo “e
valuar los resultados de salud y las experiencias de la atención recibida” en Primaria. Una información que los investigadores consideran “esencial” para ayudar a los responsables políticos a entender mejor cómo funciona el sistema sanitario y de qué manera puede mejorarse.
La atención de los pacientes crónicos y la información sobre otros países juega un rol clave en este sentido.
Para lograrlo, los impulsores han dividido la población del estudio tanto en los
profesionales de los centros de Atención Primaria como en los pacientes que disponen de la tarjeta sanitaria individual. Se les ofrecen cuestionarios con
51 preguntas divididas en diferentes secciones (características del centro, organización de la atención, gestión de la atención al paciente crónico, perfil del profesional). “Los profesionales no proporcionan datos clínicos de pacientes”, han aclarado los autores.
“Este estudio explora los resultados y las experiencias referidas por los pacientes según diferentes características como
el grupo de edad, el sexo, el nivel educativo, la situación laboral, las conductas de riesgo para la salud, el nivel de multimorbilidad, el grado de enfermedad y la confianza en la autogestión de los cuidados”, reza el artículo.
La encuesta cuenta de
tres fases. La primera (2020-2021) sirvió para establecer la metodología en el caso español. En la segunda (junio-noviembre de 2022) se realizó la prueba piloto. Mientras que la tercera comprende el desarrollo del estudio principal a lo largo de los dos semestres de 2023.
El objetivo es que entre enero y julio de 2024 se puedan publicar los resultados definitivos.
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