Un médico con el estado de ánimo bajo.
En el cuerpo humano existen unos ‘relojes internos’ que
controlan el sueño y la alimentación, y alterarlos puede provocar cambios dentro del organismo que
erosionen la salud a lo largo del tiempo. De esta forma, los facultativos tienen que v
ariar su horario de rutina para
adaptarse a las guardias hospitalarias de 24 horas y, según varios estudios, son los residentes “de primer año” l
os que más sufren de sus efectos negativos. Para evitar este impacto perjudicial a largo plazo, es necesario
encontrar medidas que eviten el ‘jet lag’ producido por estas jornadas para mantener su
salud mental y física.
Para paliar los efectos indeseados por las guardias, el psicólogo sanitario de Emergencias
Jesús Linares ha detallado a
Redacción Médica una
serie de consejos para sobrellevar estas jornadas, resaltando la importancia de mantener las "rutinas habituales" que tiene cada facultativo para que se alteren "lo menos posible" durante el trabajo.
Así, el especialista ha recomendado
no ingerir comidas "copiosas" durante la jornada y sustituirlas por alimentos "más ligeros" y, si es posible,
aumentar sus tomas durante la noche. "Además, es importante tener a mano agua o algún snack que permita recargar e hidratarse en cualquier momento que el cuerpo lo pida", ha incidido.
Dormir 20 o 30 minutos cada ciertas horas
Los
pequeños descansos durante las guardias son fundamentales para
la salud del médico, por esta razón el psicólogo ha resaltado la necesidad de
dormir "20 o 30 minutos cada ciertas horas" para ayudar a descansar el cuerpo y la mente de los especialistas que trabajen por la noche.
Si por cualquier motivo, el facultativo experimenta una
sensación de agobio al
estar tantas horas despierto, lo más recomendable es hacer una "pequeña tarea de concentración" y
despejar la mente con cosas tan
banales como centrarse en la
temperatura del agua o el olor del jabón.
Tras terminar la guardia, Linares ha subrayado la importancia de descansar, al menos "un día y medio", pero sin que eso signifique dormir "durante todo el día" porque puede ser contraproducente. Para evitarlo, tras el descanso lo más recomendable es salir e intentar retomar la r
utina con actividades "placenteras" que
no tengan que ver con el trabajo, dejando de lado también las actividades físicas o psíquicas que sean especialmente cansadas.
Evitar consumir cafeína las cuatro últimas horas antes de irse a dormir
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El uso de
gafas de sol al
acabar la jornada es otra medida que la psicóloga del Colegio Oficial de La Rioja
Elena Angujano ha resaltado para evitar los efectos negativos tras las guardias, ya que su uso
evita que la luz solar afecte "negativamente" a la
producción de melatonina y a la
conciliación del sueño del facultativo.
Otra medida más específica que ha abordado Anguiano es
evitar consumir cafeína en las
últimas cuatro horas antes de irse a dormir. A pesar de estos consejos, la especialista ha incidido en que cada caso hay que tratarlo “de manera individualizada” porque
no todos son iguales ni todas las especialidades llevan las guardias de la misma forma.
Programas para aumentar las emociones positivas
Este tipo de jornadas laborales pueden crear un
gran estrés en el facultativo. Para intentar evitarlo, la especialista ha abogado por implantar programas centrados en aumentar las emociones positivas para prevenir la sintomatología ansioso depresiva y el síndrome de ‘burnout’ que pueden llevar al "abandono profesional".
Por esta razón, la profesional ha trasladado la importancia de
analizar las estrategias que utiliza cada facultativo para
evitar los efectos negativos del ‘jet lag’ tras las guardias. Es el ejemplo de un caso que ya contamos en este periódico sobre un médico y R2 de Endocrinología y Nutrición que recomendó en sus redes sociales que para
aguantar guardias de 24 horas, lo mejor era dormir “una hora más al día durante seis días antes de una noche sin dormir”, porque a él le resultaba eficaz.
Peligros por las guardias de 24 horas
Estos
desajustes en nuestro
reloj biológico pueden provocar “graves peligros”, ya sean
laborales o extralaborales, que provoquen la privación del sueño, el
descenso del nivel de alerta y la alteración en el tiempo de reacción.
Entre ellos, los más preocupantes, en palabras de la psicóloga, son “los aumentos de tentativas de suicidio” por la
dificultad en la aceptación que puede tener en la vida de un médico este tipo de cambios de horario constantes.
Después, y más comunes, algunos autores han encontrado que dentro del ámbito laboral hay un “aumento de errores en la prescripción farmacológica”, y fuera del ambiente laboral, problemas como los
accidentes de tráfico. “Son un peligro verdadero y claro en los que hay que incidir”, ha concluido.
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