Sede del CSIC en Madrid.
Un informe redactado por miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) apunta a que el
virus SARS-Cov-2, causante de la enfermedad por
coronavirus Covid-19, puede permanecer activo en el aire "más de 3 horas".
Se trata de una de las conclusiones de un trabajo de
análisis sobre la emisión y
transmisión del coronavirus a través de aire, en el que se presenta también un sistema no homologado que establece los requisitos de una mascarilla para resultar efectiva.
El informe, redactado por María Cruz Minguillón, investigadora del Grupo de Geoquímica Ambiental e Investigación Atmosférica (EGAR), del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), asegura que
"el SARS-Cov-2 puede permanecer activo en suspensión en el aire más de tres horas".
“El documento indica que el
SARS-CoV-2,
de un tamaño de unos
100 nanómetros, viaja por el aire formando parte de partículas de diversos tamaños, como gotas y aerosoles, que también contienen sales y proteínas presentes en las mucosas del sistema respiratorio humano.
Diversos estudios muestran que estas partículas que se emiten al
respirar, vocalizar, toser y estornudar son inicialmente similares”, señala Minguillón. No obstante, “al emitirse al aire se hacen más pequeñas cuando se evapora el agua que contienen.
Las partículas gruesas tienden a depositarse con rapidez, pero
las partículas más finas permanecen en suspensión durante horas o incluso días”, añade la investigadora.
El análisis considera también la localización como factor a tener en cuenta en lo relativo a la
concentración de virus en el ambiente. En ese sentido señala a un estudio realizado en Japón, basado en el seguimiento de contactos, cuya conclusión indica que
el contagio es 19 veces más probable en espacios interiores que exteriores.
Criterios de eficacia de las mascarillas
Ante una situación como la descrita, el papel de las mascarillas como elemento protector se antoja especialmente relevante.
En ese sentido, desde el CSIC se indica que la
eficacia de los dispositivos de protección depende de tres factores: la eficiencia de filtración del material; el ajuste del dispositivo al rostro; y el objetivo de la filtración, ya sea filtrar la emisión de partículas de una persona enferma, o filtrar partículas del aire ambiente inhalado por una persona sana.
Ante la incapacidad de fabricación de suficiente material homologado, los investigadores del IDAEA-CSIC han diseñado un
sistema no homologado para determinar la capacidad de filtración de materiales que puedan ser candidatos para la fabricación de mascarillas o medias máscaras filtrantes.
"Este sistema no pretende ser una alternativa a los protocolos de certificación
ni una réplica de los sistemas normalizados, sino que se ha diseñado con base en los conocimientos científicos y técnicos sobre filtración de partículas y el SARS-CoV-2 y considerando la
viabilidad de los medios de los que se dispone", señalan los autores antes de destacar su potencial utilidad "tanto para la administración como para los laboratorios".
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