La importancia de la adquisición de destreza práctica en la realización de dichos procedimientos ha sido convenientemente enfatizada con la realización de prácticas reales sobre pacientes



26 sept. 2014 18:08H
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Redacción. Madrid
Durante décadas, el abordaje del dolor orofacial ha estado prácticamente centrado en el tratamiento oclusal y en el empleo de férulas oclusales. Pero recientemente esta especialidad ha empezado a despertar un gran interés dentro de la Odontoestomatología comprometiendo, además, a otras disciplinas como Neurología, Rehabilitación, Cirugía Maxilofacial, Medicina del Dolor, etc.

Foto de familia de los profesores y alumnos del curso.


Según ha explicado Pedro Fernández, director de la Clínica Universitaria Odontológica CEU-HM y jefe de servicio de Odontología de HM Madrid, HM Montepríncipe y HM Torrelodones, durante un curso sobre técnicas infiltrativas para el diagnóstico y tratamiento de estas patologías, “la infiltración de los puntos gatillo miofasciales, tanto desde la perspectiva de la fisioterapia con la punción seca,  como desde la perspectiva médico-odontológica con la infiltración anestésica, han demostrado ser tremendamente eficaces en el manejo del dolor”.

El encuentro, destinado  a profesionales interesados en la materia y a alumnos de 4º y 5º curso, contó con 90 asistentes en la parte teórica y con 23 en la práctica, que han valorado de forma muy positiva el curso. Además, contó con ponentes de primer nivel como Jennifer Bassiur, profesora asociada de Medicina Oral en Columbia University Medical Center; Antonio Romero García y José Manuel Torres Hortelano, miembros de la Sociedad Española de Disfunción Craneomandibular y Dolor Orofacial (Sedcydo), y Javier Hidalgo Tallón, miembro especialista de la Sociedad Española de Periodoncia.

Infiltraciones y uso de bótox

Por otro lado, el uso de toxina botulínica (bótox) en patologías como bruxismo incontrolado, disquinesias y distonías orofaciales, etc., desempeña un papel que merece ser discutido y tratado en profundidad debido a la demanda de formación específica que se requiere en esta área.

El experto añade que la terapia infiltrativa articular se viene realizando de modo sistemático en Traumatología para la eliminación o atenuación de los dolores intracapsulares: “La infiltración de corticoides o ácido hialurónico necesitan de un entrenamiento especial del odontoestomatólogo encargado del manejo de los trastornos temporomandibulares”.

Dependiendo de cada caso, estos tratamientos infiltrativos se realizan en 2 ó 3 sesiones separadas en varias semanas, y normalmente pueden repetirse de forma continua varias veces en la vida ya que en muchas ocasiones están dirigidos a procesos de degeneración crónicos.

“Durante el curso, la importancia de la adquisición de destreza práctica en la realización de dichos procedimientos fue convenientemente enfatizada con la realización de prácticas reales sobre pacientes, de asistencia limitada, donde los ponentes realizaron su función docente y de apoyo a los diferentes profesionales interesados en el mismo”, ha señalado Fernández Domínguez.

Y es que desde la perspectiva científica se considera que para poder ofrecer una atención personalizada de elevada calidad, el odontólogo especialista en dolor orofacial, al igual que el odontólogo general,  deben de  ser capaces  de trasladar los resultados de la investigación científica a la práctica profesional, y ser capaces de mostrar un espíritu crítico que le lleve a la toma de decisiones apropiadas.

“En este sentido la terapia infiltrativa se convierte en un aliado importante del odontólogo general para el diagnóstico y del especialista para el tratamiento de los problemas de dolor orofacial complejo, quedando su empleo ampliamente refrendado por la literatura científica disponible al respecto”, ha concluido.
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