Eduardo Zabala, líder de la Plataforma de Accionistas del Igualatorio (PAI).
Hace una semana, el
Igualatorio Médico-Quirúrgico vivió la que probablemente haya sido
su Junta General de Accionistas más tensa. El grupo clínico se encuentra sumergido en una 'guerra civil' entre los afines a las posturas del Consejo de Administración, y los
accionistas 'indignados' de la
Plataforma de Accionistas del Igualatorio (PAI). El centro de la disputa está en la reclamación por parte de la PAI de "mayor libertad y flexibilidad" para vender sus acciones, que tendrían "un
valor mucho mayor del que ofrece IMQ" y de una actitud más "democrática" por parte del Consejo de Administración.
Redacción Médica se ha puesto en contacto con el líder de la PAI,
Eduardo Zabala, para que ponga sobre la mesa la situación que se vive actualmente dentro de IMQ.
¿Qué lleva a Eduardo Zabala a fundar la PAI?
Realmente la
PAI es la evolución de otra asociación de accionistas que creamos hace dos años para dar a conocer a nuestros compañeros diversos aspectos relativos al funcionamiento del IMQ que considerábamos mejorables.
En aquella asociación ya denunciábamos especialmente la tremenda injusticia que se cometía en la valoración de nuestras acciones del IMQ, que se realiza bajo criterios totalmente subjetivos y no ajustados a la realidad. Es lo que se llama el “valor razonable” de las acciones, que es el único que se emplea para la
transferencia de acciones entre los médicos y en los procedimientos de retracto recogidos en los estatutos del IMQ.
¿Qué no funciona en IMQ?
"La influencia del médico ha ido menguando en favor de la del gestor"
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El IMQ nació hace 85 años de la asociación de un grupo de médicos que, con un carácter social e innovador, hacen llegar la medicina elitista de la época a una gran parte de la sociedad. Gracias al trabajo de estos fundadores el IMQ se va desarrollando hasta convertirse en la gran empresa que es hoy en día.
Pero a medida que la sociedad IMQ crece, la influencia del médico va menguando y es sustituida por la del
gestor, que comienza a marcar las pautas con una visión exclusivamente empresarial. De esta forma se produce la gran paradoja de que el
médico propietario es a la vez trabajador de la empresa, con la consecuente merma de su poder económico en favor de la compañía. Así el médico, en su actividad privada se convierte en asalariado de un intermediario. Por su lado, el gestor, ejerce funcionalmente de propietario.
¿Cómo calificaría la actitud y las decisiones del Consejo de Administración de IMQ?
Algo que ejemplifica bien la actitud y las intenciones del Consejo es lo que ocurrió el otro día en la Junta General de Accionistas del IMQ. Enterada la cúpula gestora del IMQ de la creación de la PAI y ante el temor de perder el control de la situación decide, con posterioridad a la publicación del orden del día, introducir por petición de 92 accionistas un
nuevo punto en dicho orden. Ese punto hacía referencia a las mayorías necesarias para el cambio de estatutos, que pasarían a ser del 80 por ciento en primera convocatoria y del 75 por ciento en segunda con una presencia del 25 por ciento del accionariado.
"El Consejo de Administración de IMQ quería blindar el criterio del 20% de accionistas frente al del 80%"
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Esta modificación se intenta presentar por parte del Consejo como una protección del 80 por ciento de los accionistas contra aventuras no razonadas del 20 por ciento restante. Sin embargo, es justamente lo contrario: la aprobación de dicho punto hubiera supuesto realmente el blindaje del 20 por ciento de los accionistas frente a las intenciones del 80 por ciento restante, pues en el momento actual hay dentro del IMQ un 45 por ciento de accionistas jubilados y un 25
por ciento de prejubilados que serían en su gran mayoría favorables a un cambio de estatutos que dejasen libertad en la gestión de las acciones.
Dicho esto, finalmente el citado punto del orden del día fue retirado por los promotores como “señal de buena voluntad”. Pero la realidad es que de haberse producido la votación los miembros de la PAI y otros muchos independientes que acudieron ese día habrían rechazado ese punto, además de
censurar las maniobras nada claras de la cúpula gestora en este asunto. Para nosotros, ha sido sin duda una victoria moral que refuerza que estamos en el camino adecuado y con cada vez más apoyos.
¿Qué supondría la modificación en los estatutos que ustedes proponen?
"Querer asustar a los accionistas con que se va a vender el grupo a un inversor especulador carece de todo sentido"
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Básicamente libertad para los accionistas en la
gestión de sus títulos del IMQ. Ya veríamos si eso puede desembocar en el futuro en una potencial venta de las acciones sindicadas del IMQ, pero en todo caso eso no pondría en peligro a los médicos, los puestos de trabajo se conservarían en las mismas condiciones y se seguiría manteniendo nuestra Entidad de Previsión Social Voluntaria (EPSV) en las condiciones actuales. Una potencial venta solamente pondría en peligro los puestos de los gestores, ya que es posible que un hipotético comprador mayoritario pudiera sustituir al actual equipo gestor.
Por otro lado, querer asustar a los accionistas con que esa venta podría producirse a un
inversor especulador carece de todo sentido. Lo primero porque en la fase en la que estamos la venta ni siquiera se ha planteado y lo segundo porque una empresa de este tipo, por sus particularidades, solamente es interesante para otra aseguradora sanitaria.
¿Cuáles van a ser los próximos pasos de la PAI?
Ahora mismo lo importante es que el apoyo que estamos obteniendo de muchos accionistas se formalice con la
firma del acuerdo de sindicación por parte de todos ellos, que es lo que realmente nos proveerá de mecanismos para hacer que las cosas cambien. Desde aquí, vuelvo a reiterar a todos los accionistas que se sindiquen: la unión hace la fuerza y es la única manera que tenemos de cambiar las cosas.
¿Cuentan con el apoyo suficiente por parte de los accionistas para llevar a cabo sus planes?
Acabamos de nacer pero nuestros apoyos están creciendo día a día. El crecimiento lo estamos haciendo de forma eficaz y ordenada, con un
acuerdo de sindicación de acciones, que es lo que verdaderamente nos va a otorgar fuerza para revertir una situación que no beneficia a casi ningún accionista. Si los plazos que nos hemos marcado se cumplen en mayo de 2020 habrá acabado el proceso, dando cumplida satisfacción a todos los compañeros que nos reunamos entorno a la PAI.
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