El presidente de la Fundación SECO, Felipe de la Cruz, y el especialista en Cirugía General, Ramón Vilallonga.
4 nov. 2016 12:00H
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Los cirujanos se muestran partidarios de la cirugía para atajar la obesidad infantil o adolescente severa, ya que, pese a tratarse de una solución drástica, reporta importantes beneficios para la salud de los menores.
Tal es la conclusión de un estudio elaborado por la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad y de las Enfermedades Metabólicas (SECO), en colaboración con otras ocho sociedades científicas relacionadas con el abordaje de la obesidad infanto-juvenil. El informe lleva por título Initial approach to childhood obesity in Spain, y en él, en efecto, se defiende el uso de la cirugía en niños y adolescentes con obesidad severa “que hayan completado su desarrollo”.
El objetivo del trabajo, que ha contado con la participación de 60 expertos y en el que se ha seguido el método ‘Delphi’, de elaboración y medición de encuestas para delimitar el estado actual de la cirugía de la obesidad en niños y adolescentes con edades comprendidas entre los seis y los 18 años, ha sido analizar los posibles tratamientos de la obesidad infantil ante el aumento de casos que tiene lugar en los últimos años tanto en España como en Europa.
Y es que, según la Encuesta Nacional de Salud 2011-12 del Instituto Nacional de Estadística, un 25 por ciento de los jóvenes en España padece sobrepeso y un 15 por ciento, obesidad, lo que supone que, de cada diez niños y adolescentes de dos a 17 años, dos padecen sobrepeso y uno obesidad.
Además, tal y como ha recordado el pediatra José Manuel Moreno, España ocupa los primeros lugares de Europa en incidencia de obesidad infanto-juvenil, siendo Canarias y Andalucía las comunidades donde más casos se registran.
El aumento de los índices de sobrepeso y obesidad se debe a que, en la sociedad actual, existe “demasiada oferta” de alimentos ricos en grasas y azúcares, se han producido cambios en las conductas familiares y se hace poca actividad física.
“Estamos ante un problema muy alarmante y por eso queremos concienciar a la sociedad y a las administraciones de la importancia que tiene que tengan en cuenta las recomendaciones que el panel de expertos ha reflejado en el informe”, ha apostillado el presidente de la SECO, Juan Carlos Ruiz de Adana.
En este sentido, el especialista en Pediatría y Endocrinología, Metabolismo y Nutrición, Diego Yeste, ha comentado que la obesidad, en estas etapas, constituye un factor de riesgo importante en la aparición de complicaciones metabólicas y cardiovasculares, y, además, provoca que hasta un 25 por ciento padezca prediabetes y que muchos sufran trastornos de la conducta como, por ejemplo, pérdida de autoestima, depresión, situaciones de acoso escolar o aislamiento.
Intervención en el ambiente familiar
“El tratamiento de la obesidad en estas edades sigue siendo uno de los problemas más difíciles a los que se enfrentan los endocrinos y pediatras porque la terapia debe ir dirigida a la prevención con el fin de no interferir en el proceso normal de crecimiento de estos niños. No obstante, en los casos de obesidad grave, estos menores deben ser tratados por un equipo multidisciplinar compuesto por endocrinos, nutricionistas, psicólogos y pediatras en el que se baraje la posibilidad de una intervención quirúrgica”, ha enfatizado Yeste, para recordar que también se debe intervenir en su entorno familiar y educativo.
En concreto, en el trabajo, pionero en España y dirigido por el especialista en Cirugía General y Digestiva, Ramón Vilallonga, se avisa de que la edad no debe ser un condicionante para realizar una intervención quirúrgica si se cumplen los criterios de selección y el caso reviste de la suficiente gravedad; y se recuerda que la cirugía de la obesidad podría desempeñar un papel importante en el tratamiento de adolescentes con obesidad severa.
Del mismo modo, los expertos aseguran que la cirugía puede tener un rol relevante en el manejo de estos pacientes por su seguridad y eficacia, si bien advierten de que su utilización debe estar vinculada a centros acreditados y con experiencia y de que la evaluación psiquiátrica o psicológica debe ser “obligatoria” en el preoperatorio.
Otras recomendaciones incluidas en el estudio apuntan que no se debe intervenir quirúrgicamente a aquellos con un índice de masa corporal inferior a 40 kilogramos por metro cuadrado, y que la derivación biliopancreática no debe ser el tratamiento primario.
“La cirugía es la última opción posible y razonable que podemos ofrecer a los niños y adolescentes con obesidad severa porque ha demostrado que reduce las morbimortalidad e, incluso, la mortalidad”, ha explicado Vilallonga.
Menos complicaciones que en adultos
Estas declaraciones han sido corroboradas por el presidente de la Fundación SECO, Felipe de la Cruz Vigo, quien ha señalado que las complicaciones de esta cirugía en niños son menores que la de los adultos, que permite una pérdida del 80 por ciento de peso a los dos años y que la salud física y mental del paciente mejora.
Por último, los especialistas han insistido en la importancia de la prevención para evitar la cirugía y han solicitado al nuevo Gobierno que invierta más en programas de prevención porque, sólo así, se ahorrarán los elevados costes sanitarios derivados del abordaje de la obesidad y sus complicaciones.
El resto de sociedades científicas que han participado en el informe son: la Asociación Española de Pediatría, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, la Asociación Española de Cirugía, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, la Sociedad Española de Patología Digestiva, el Consejo General de la Psicología de España, la Sociedad Española de Cirugía Pediátrica y la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica.
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