29 may. 2017 12:00H
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Entre un 2 y 5% de los recién nacidos son pequeños para la edad gestacional que tienen y, de estos, hasta un 15% no experimentan un crecimiento recuperador en sus primeros años de vida y deben recibir tratamiento con hormonas humanas de crecimiento para solucionar este problema.
Se considera que un niño nace con una talla baja para su edad gestacional cuando nace con un peso o longitud inferior a 2 puntos SDS (desviación estándar de la media) y que, al alcanzar la edad de 4 años, siguen con talla baja importante (inferior a -2,5 SDS) porque no han experimentado un crecimiento recuperador. Estos casos son relativamente frecuentes, según ha reconocido el jefe de Servicio de Pediatría del Hospital Infantil Universitario Miguel Servet de Zaragoza, José Ignacio Labarta-Aizpún, con motivo del 30 aniversario de la aprobación en España de la primera hormona humana de crecimiento recombinante, comercializada por Pfizer como 'Genotonorm'.
"Si no se les trata acaban en una talla adulta baja e inferior a su talla genética", según ha reconocido este experto, que recuerda que el uso de este compuesto para esta indicación fue aprobada en 2004 tras demostrarse su beneficio a largo plazo por mejorar la talla adulta con ausencia de complicaciones.
La jefa del Servicio de Endocrinología Pediátrica del Hospital Universitario La Paz de Madrid, Isabel González señala al pediatra y al endocrino pediátrico como clave ante una sospecha que el menor puede tener un déficit de crecimiento. "Lo primero que debe hacer es reconstruir la gráfica de crecimiento para comprobar desde cuándo tiene retraso de talla y cómo ha ido creciendo", apunta González.
Conocimiento para el diagnóstico
La realización de pruebas y la obtención de datos son cruciales para conocer la situación que atraviesa el recién nacido. "Es importante conocer los antecedentes familiares, ver cómo es la talla de los padres, cómo ha sido la pubertad en otros miembros de la familia o/y otras enfermedades importantes", indica esta doctora. Asimismo, también es necesario hacer una anamnesis y una exploración completa del menor para descartar otras causas que pueden producir retraso de crecimiento como malnutrición, enfermedades digestivas, hipotiroidismo, carencias afectivas, infecciones, medicación que interfiere el crecimiento.
Ambos endocrinólogos pediátricos lanzan además un mensaje de tranquilidad a los padres que tienen un hijo con un problema de este tipo ya que la causa más frecuente de talla baja suele ser variante de la normalidad, bien por una talla baja familiar o por un retraso de la pubertad o ambas.
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