El síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C, por sus siglas en inglés) es una
afección hiperinflamatoria rara pero grave en niños y adolescentes que generalmente ocurre de dos a seis semanas después de padecer una infección aguda por SARS-CoV-2.1.
El MIS-C se describió por primera vez en Europa en abril de 2020 y puede afectar a múltiples sistemas orgánicos, incluidos el cardiaco, gastrointestinal, hematológico, dermatológico y a los sistemas neurológico, respiratorio y renal. Ahora, investigadores han identificado
características demográficas y clínicas clave que se asociaron con resultados graves de este síndrome.
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Los investigadores del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades e Atlanta (EEUU) incluyeron 1080 pacientes de los cuales 602 (56 por ciento) pacientes eran varones. Vieron que la media de edad fue de ocho años, 724 (77 por ciento) de 945 pacientes eran hispanos o negros no hispanos, y 286 (26 por ciento) tenían obesidad.
Además, 648 (60 por ciento) pacientes ingresaron en una UCI, de los cuales 431 (67 por ciento) ingresaron en esta unidad el mismo día del ingreso hospitalario y 217 (33 por ciento) en una fecha posterior. Para esos 217 pacientes, la media de tiempo entre el ingreso hospitalario y el ingreso a la UCI fue de
cuatro días.
Unos 303 pacientes (28 por ciento) tenían función cardiaca disminuida, 185 (17 por ciento) tenían una
anomalía de la arteria coronaria, 392 (36 por ciento) tenían
shock, 192 (18 por ciento) padecían
miocarditis y 18 (dos por ciento) fallecieron.
Los resultados "pueden tener una utilidad clínica importante"
Los investigadores explican que
tener más de cinco años se asoció con resultados más severos, "y los niños negros no hispanos también parecen verse más afectados que los niños blancos no hispanos".
Las asociaciones entre los posibles factores explicativos y la función cardiaca disminuida, el shock y la miocarditis fueron similares a las asociaciones para la admisión en la UCI. "La edad avanzada generalmente aumenta las probabilidades de estos resultados. En comparación con los pacientes de 0 a 5 años,
los pacientes de 6 a 12 años tenían mayores probabilidades de shock y función cardiaca disminuida y, a su vez, los pacientes de 13 a 20 años tenían probabilidades sustancialmente más altas.
Los pacientes que informaron dificultad para respirar o dolor abdominal tenían más probabilidades de ser ingresados en una UCI, en comparación con aquellos sin estos síntomas. "En consonancia con los pacientes con sepsis no relacionada con el SARS-CoV-2,
el aumento de las concentraciones de troponina, BNP y proBNP fueron muy indicativos de ingreso en la UCI. Los valores altos de dímero D, proteína C reactiva y ferritina también aumentaron las probabilidades de estos resultados", indican. También los recuentos reducidos de plaquetas y linfocitos se asociaron con la admisión en la UCI y el shock.
"Estos resultados pueden tener una utilidad clínica importante para identificar qué pacientes que se presentan en urgencias o ingresados en la sala general tienen probabilidades de tener resultados graves durante su ingreso. Tomar mediciones de laboratorio repetidas durante el curso de la enfermedad podría ser útil para identificar a los pacientes en riesgo y, especialmente, entre los niños mayores de cinco años", prosiguen.
"Sin embargo -indican-,
se desconoce si la identificación temprana y, a su vez, el tratamiento temprano de los pacientes con mayor riesgo de resultados graves conduce a mejores resultados. Una mayor investigación utilizando asociaciones temporales entre los marcadores de laboratorio y los resultados podría ayudar a aclarar el potencial predictivo de los marcadores", afirman los autores de este trabajo, cuyos resultados se han publicado en
The Lancet.
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