La caída de la Agencia de Salud Pública y las 3 vías para su 'renacimiento'

A medida que avanzaba el pleno del Congreso de este jueves, la inquietud inicial que cundía en el equipo de Mónica García daba paso a una cierta preocupación, y esta, a la consternación final. Minutos antes de la votación se confirmaron los malos presagios: ni PP ni Junts iban a apoyar la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública, que estaba sentenciada. Los motivos de ese rechazo no radican en el contenido de la propuesta, sino en la deriva de las negociaciones relacionadas con otro proyecto legislativo y el malestar de estas formaciones por las “formas” del Gobierno central. Poco importaba: el Ministerio de Sanidad necesitaba buscar rápidamente un ‘plan B’, y ha encontrado tres posibles alternativas, según ha podido saber Redacción Médica. Salvo sorpresa, la decisión trascenderá este mismo viernes.

La primera sorprendida por el rechazo del Congreso a la Agencia Estatal de Salud Pública era la propia García, quien reconocía su frustración en los pasillos de la Cámara Baja. De hecho, se había mostrado convencida durante su intervención en el pleno de que el proyecto vería la luz en un nuevo día "histórico". “Estoy decepcionada, no han aprendido nada de la pandemia”, resumía la mandataria progresista, quien había hecho ‘suya’ esta iniciativa dirigida reforzar la capacidad de vigilancia de España frente a amenazas sanitarias como el Covid-19 y a mejorar a cooperación entre comunidades autónomas. La tramitación de la Ley no había sido fácil (el plazo para presentar enmiendas se había ampliado más de una veintena de veces), pero parecía que los partidos del Congreso habían alcanzado un acuerdo de mínimos para hacer cristalizar la Agencia, que era, por otro lado, uno de los mandatos de la Comisión de Reconstrucción impulsada tras la pandemia.

Desde el primer instante, García ha dejado claro que su Ministerio no cejará en su empeño de aprobar la creación de este centro, cuyo impulso ampara la Ley general de salud pública de 2011. Lo cierto es que el Reglamento del Congreso no prevé un mecanismo específico para 'resucitar' los proyectos normativos que hayan sido rechazados por el pleno. Fuentes del departamento de Sanidad han indicado a este medio que en estos momentos tienen tres opciones sobre la mesa: la primera de ellas pasa por volver a registrar el proyecto como Real Decreto. La segunda posibilidad es que PSOE y Sumar presenten una Proposición de Ley conjunta en la Cámara Baja. Si no fuera posible por cualquier motivo, al gabinete de Mónica García aún le quedaría la carta de volver a la casilla de salida y registrar un nuevo Proyecto de Ley que pase por cada uno de los procedimientos consecuentes. Si todo marcha según lo esperado, la decisión se conocerá este viernes.

Según Roberto Luis Blanco Valdés, catedrático en Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela, el camino a transitar con estas dos últimas opciones es prácticamente el mismo, si bien la Proposición de Ley tiene una ventaja para agilizar su tramitación: "No necesita el dictamen de los órganos de control".

La vía "más fácil" es la del Real Decreto, porque, al ser "una norma del Gobierno", basta con ser aprobada en el Consejo de Ministros y publicarse en el Boletín Oficial del Estado (BOE) para entrar en vigor. Eso sí, en el plazo de un mes como máximo habría de someterse a votación en el pleno del Congreso para ser convalidado. "Si no obtiene la mayoría necesaria, quedaría derogado", indica Blanco Valdés.

Tensión con el PP en el debate de la Agencia de Salud Pública

Antes incluso de que diera comienzo la sesión plenaria de este jueves, no obstante, comenzaban a llegar noticias de un cierto malestar de los populares con las “formas de actuar” del Gobierno. Esa sensación se confirmó nada más tomar asiento los diputados: el portavoz del PP, Miguel Tellado, exigía un cambio en el orden del día de la sesión y denunciaba la “mutilación”, por parte del Ejecutivo, de una serie de enmiendas que se habían aprobado previamente en el Senado, donde la formación conservadora tiene mayoría.

Tellado se ha referido, en concreto, a la Ley de prevención de pérdidas y el desperdicio alimentario, que regresaba al Congreso tras superar la debida tramitación parlamentaria en el Senado. Según los populares, el Gobierno había anulado deforma unilateral algunas de las enmiendas que habían pactado con Junts. Otras fuentes del PP apuntan que otro factor que ha ‘dinamitado’ su apoyo a la Agencia de Salud Pública: la intervención de la ministra, que tildan de “impresentable”. Tampoco ha sido amable el 'recibimiento' de los de Alberto Núñez Feijóo cuando la ministra ha subido al atril, momento en el que, a modo de protesta, han comenzado a dar palmadas en sus escaños y han interrumpido el debate en más de una ocasión.   

En efecto, no han sentado bien en la bancada popular las declaraciones de García en la tribuna del hemiciclo, desde donde ha acusado a algunas formaciones de “invisibilizar” al ciencia mediante “arrebatos”. “A pesar de la fealdad de los momentos que hemos vivido hoy aquí, debería ser un día de júbilo”, ha manifestado una Mónica García que, por cierto, se ha ‘enfrentado’ casi en soledad con la bancada del PP: ningún otro ministro ni tampoco el presidente del Gobierno estaban presentes al inicio de la comparecencia de la dirigente progresista, que era la única que ocupaba su escaño de todos los asientos reservados para los miembros del Ejecutivo. Al término de la sesión sí ha podido dirigirse hacia la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, con la que se la ha visto compartir algún gesto cariñoso; y Alda Recas, portavoz de Sanidad de Sumar, y el resto de sus compañeros de grupo. 

También ha habido críticas directas, tanto el PP como de Vox, a la labor desempeñada durante la crisis sanitaria del coronavirus por el epidemiólogo y director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes) Fernando Simón, presente en la sesión del Congreso junto a miembros del Ministerio de Sanidad como Pedro Gullón, director general de Salud Pública y Equidad en Salud; o Héctor Tejero, asesor de Salud y Camio Climático.

Desde Vox incluso se ha calificado la Agencia de Salud Pública como una "agencia de colocación" al deslizar que uno de los objetivos del Gobierno era poner al frente del órgano a Simón. Lo cierto es que, la semana pasada, en el acto celebrado junto a la Mónica García coincidiendo con el quinto aniversario de la pandemia, el propio Simón dejó en el aire la posibilidad de concurrir al concurso público que habría de celebrarse para nombrar al director de la Agencia, de haberse aprobado la ley. El pasado verano, fuentes del Ccaes ya trasladaron a este medio que el epidemiólogo rechazaría una elección discrecional para el cargo.
  

Para el PP es una nueva "derrota" del Gobierno

Desde el seno de la formación popular consideran además que el rechazo de la Cámara a la Agencia de Salud Pública es un síntoma más de la debilidad del Gobierno de Pedro Sánchez. “No pasa una semana sin que el Gobierno se rompa en las votaciones o encaje una nueva derrota parlamentaria, como ha ocurrido hoy”, sostienen fuentes del partido.

Sumar y PSOE, sorprendidos ante el cambio de postura

Por su parte, los dos partidos del Gobierno aseguran que el voto negativo de PP y de Junts les ha pillado por sorpresa. "Lo podíamos intuir por los movimientos que han ido haciendo durante el pleno, pero no han avisado. Se han enfadado por lo que ha pasado con la ley alimentaria", señalan fuentes de Sumar a Redacción Médica.

En la misma línea, desde el PSOE indican que, hasta que no se ha reflejado el resultado de la votación en el panel del hemiciclo, desconocían que el sentido del voto de populares y nacionalistas catalanes iba a ser distinto al de la Comisión de Sanidad que dio luz verde al dictamen de la ley la semana pasada.