El cansacio de la guardia hace a los médicos tomar decisiones precipitadas.
El cansancio acumulado tras una
guardia médica de 24 horas hace que muchos profesionales se permitan algún que otro capricho al terminar estas jornadas de trabajo a modo de recompensa. Una
buena 'comilona', compras compulsivas o
reservar viajes pueden pasarse por la cabeza a modo de pensamiento intrusivo que, debido al agotamiento, se hace realidad.
Una vez que han conseguido descansar, muchos de estos facultativos se arrepienten de estas decisiones, que no siempre se toman en plenas facultades. Pero ni el tiempo ni el dinero dan marcha atrás, y es en esos momentos cuando
estos sanitarios tienen que ser conscientes de sus actos.
Compras compulsivas tras las guardias médicas
Esto es lo que ha ilustrado en
X (antiguo Twitter) la usuaria Laura García, quien propone en tono satírico tipificar este comportamiento como un trastorno, al que ella misma denomina como
"Desfrontalización postguardia" o "
Síndrome me lo merezco". Ha imaginado incluso una sintomatología acorde a esta 'enfermedad', que incluye signos como " alta ingesta calórica de carbohidratos, necesidad imperiosa de tomarse una cerveza bien fría,
aumento de la líbido o del gasto económico en objetos innecesarios y
trastornos del sueño".
Ella misma define a su vez estos 'episodios' de autocuidado como la
máxima expresión del hedonismo, que lo llevan ni más ni menos que a "niveles estratosféricos". Pero no es la única que se ha concedido estas
licencias en un día de saliente, ya que en las respuestas a su
post otros compañeros de profesión han apoyado este mensaje.
No obstante, hay quienes aunque en un primer momento puedan arrepentirse de los gastos realizados, finalmente se consuelan a sí mismos manteniendo que, si en un
momento de vulnerabilidad y cansancio tomaron esa decisión, es porque realmente querían hacerlo y no se atrevían al estar más despejados. Tal y como responde otra usuaria: "En el fondo sabes que te lo mereces todo".
¿Salir de una guardia médica y comprarse un coche?
Esta tendencia
"hedonista" post jornada de 24 horas es habitual entre los profesionales y en algunas ocasiones las comparten a modo de desahogo. Hace unos meses, un residente explicaba que, tras cuatro guardias en ocho días, se había apuntado en la autoescuela para sacarse el carnet de moto, una decisión vinculada a la compra de un
vehículo que no se puede "permitir" y tomada como un impulso. Este MIR aprovechaba su mensaje para aconsejar a sus compañeros
evitar "tomar grandes decisiones" estando de saliente.
Más allá de estos 'caprichos', en otras ocasiones son los propios profesionales los que avisan del peligro que supone coger el coche una vez que han terminado de trabajar en estas jornadas. Sobre todo, porque hay veces en las que de saliente se decide hasta emprender un viaje de cientos de kilómetros. Un residente de primer año lanzó hace escasos meses una consulta dirigida a la Guardia Civil comparando
ponerse el volante después de 24 horas sin dormir con hacerlo
bajo el consumo de alcohol.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.