Los médicos Julio Castro, José María Fernández y Omar Suarez.
La mayoría de los médicos coinciden en un aspecto relacionado con las
guardias de 24 horas: son peligrosas para los pacientes. Y es que el
cansancio y el estrés generado por estas jornadas pueden llegar a comprometer la atención de las personas que asisten a los hospitales. Pero, ¿también suponen un
riesgo en la vida de los propios facultativos?
Julio Castro, médico de
Urgencias, recuerda que, tras una guardia de 24 horas
sin apenas dormir, volvió a su casa en coche y se
quedó dormido durante el trayecto, teniendo que dar un "
volantazo" para no estrellarse en
mitad de la carretera. "También me he tenido que
parar en una gasolinera a descansar para luego poder llegar a mi domicilio", ha detallado a
Redacción Médica.
Pero no solo la
integridad física del propio médico corre
peligro tras realizarlas, sino también su
salud mental, ya que generan "desórdenes emocionales" al estropearles el ciclo del sueño. "Durante las últimas horas estás muy estresado intentando poner toda la atención a los pacientes porque sabes que estás cansado", ha indicado.
Uno de los
episodios más alarmantes que Castro recuerda ocurrió mientras ejercía como médico en una
Uvi móvil. Justo iba a terminar una guardia de 24 horas, pero tuvo el aviso de un
accidente grave con víctimas que tenía que atender junto a sus compañeros.
Consecuencias negativas de las guardias
"Toda esa actuación fue completamente
'zombie' porque estaba muy cansado por haber dormido pocas horas. De hecho, cuando llegué a la base,
no tenía fuerzas para coger mi coche y me quedé durmiendo allí un rato. Luego, al llegar a casa,
estuve recapitulando lo que había hecho en ese aviso para confirmar que no había cometido ningún error. Afortunadamente todo salió bien, pero es una situación peligrosa", ha explicado.
A pesar de que la vida de
José María Fernández no ha llegado a peligrar por las guardias, este especialista de
Medicina Interna afirma que una de las “peores sensaciones” de su vida ocurre cuando lleva
dormido entre 45 minutos y 2 horas durante una de estas jornadas y le
llaman al busca para atender a un paciente “Tienes una sensación de taquicardia, malestar general,
nauseas…Te cuesta incluso recuperarte y llevar a cabo la función para la que te avisan y reaccionar”, ha lamentado.
""Cuando llevas descansando entre 45 y 2 horas durante una guardia y te llaman al busca, es una de las peores sensaciones en la vida"
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Medicina Interna "pivota" las guardias de los hospitales
La rama de Medicina Interna, según reconoce Fernández, es la que "pivota" las guardias de los servicios médicos de los hospitales, tanto grandes como pequeños, dando
el 19 por ciento del total de las altas en España. "En el centro donde trabajo ahora, en Asturias, solo hacen guardias los profesionales de mi disciplina sanitaria, lo que significa que cualquier problema médico que haya cae sobre nosotros.
Son muy duras", ha subrayado.
La
consecuencia de ello es el cansancio que acumulan estos especialistas tras estar trabajando tantas horas seguidas, generándoles
dificultades para concentrarse en cuestiones "aparentemente claras" “Si ese mismo problema te lo planteas tras descansar, es facilísimo, pero en esos momentos
no tienes esa capacidad”, ha lamentado.
Tensión alta y taquicardias: consecuencias de las guardias
Asimismo, también reconoce que, en ocasiones, cuando comprueba
su tensión la tiene "más alta", tiene taquicardias y, debido a la fatiga acumulada, se vuelve "repetitivo" con los pacientes a la hora de preguntarles sobre sus síntomas.
Omar Suarez,
pediatra, también ha sufrido los
efectos del cansancio generado por las guardias de 24 horas. En este sentido, recuerda que, durante una madrugada, ingresó en su hospital un paciente grave al que había que
intubarlo, sedarlo y trasladarlo a la UCI de otro centro. Debido al agotamiento acumulado, un momento de esta magnitud lo considera "extremo" por el estrés y la hora a la que lo atendió, pudiendo ser peligroso para la persona atendida.
Peligro en la carretera tras guardias de 24 horas
Otro de los factores negativos que Suarez resalta coincide con el de sus compañeros, y es el peligro de
tener que coger el coche tras estas jornadas. En esta línea, explica que la “"alta de atención" que los médicos sufren en ese momento por el agotamiento puede suponer "un riesgo" para sus vidas.
Para concluir y como anécdota, este especialista explica estar tan cansado tras una guardia que
no recordaba dónde había aparcado su coche y estuvo a punto de
llamar a la policía. “Estuve media hora buscándolo y, ya preocupado, iba a denunciarlo porque creía que
me lo habían robado. Pues resulta que lo había dejado en el parking de otro hospital cercano”, ha detallado entre risas.
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