José María Fernández y Julio Armas.
Hay pacientes sin ningún tipo de formación sanitaria que
no están de acuerdo con el diagnóstico que les ha indicado su médico y toman la decisión de
rebatir sus conclusiones. Una situación que no es agradable, pero que se acentúa si el que está poniendo en duda el trabajo del profesional
es un compañero del propio sector sanitario. Y es que, a pesar de que es algo que no ocurre con frecuencia, es un momento incómodo para el facultativo, quien tiene que
armarse de paciencia e intentar conseguir que la persona a la que está atendiendo entre en razón.
Esta experiencia la ha vivido, más de una vez,
José María Fernández. Este especialista de Medicina Preventiva reconoce a
Redacción Médica que se ha encontrado casos donde compañeros de trabajo han llegado a su consulta por algún tipo de problema, y
han puesto en duda la relevancia de su diagnóstico, la terapia e, incluso, la periodicidad con que tienen que volver a revisión. “Menos mal que tengo bastante paciencia”, ha señalado.
Según explica Fernández, se ha encontrado con
dos tipos de situaciones distintas. La primera, cuando en la consulta un sanitario le rebate el diagnóstico pero que, tras
explicarle los motivos, algunos acaban entrando en razón. Y luego están aquellos que no vienen como pacientes,
sino como sus acompañantes, y que realizan determinados comentarios sobre su forma de trabajar. “En estos casos tengo que decirles que, por favor,
traten de evitar cualquier tipo de mensaje sobre lo que estoy haciendo”, ha subrayado. Aún así, este especialista resalta que no es lo normal encontrarse estos perfiles e indica que
tiene una “relación extraordinaria” con todos ellos. “Pero existe de todo en la viña del señor”, aclara riéndose.
Médicos a los que les rebaten el diagnóstico compañeros del sector
Pasar por un momento así no es plato de buen gusto y, cuando eso ocurre, Fernández se queda en un primer momento “un poco parado”. “Pero
reaccionas rápido e intentas convencerle con argumentos. Y si la situación se encona, buscas la manera de hacer que el otro sanitario se ponga en tu lugar y que reflexione sobre cómo le sentaría que un compañero discuta con él sobre un tema que domina", ha explicado.
Julio Armas, médico de Urgencias, también ha vivido situaciones similares con sanitarios del sector. Según su experiencia, ha atendido casos de especialistas que llegan a su consulta afirmando que tienen una patología y que, cuando se les realiza toda la secuencia diagnóstica, resulta que es diferente a la hipótesis inicial. “Es algo complejo porque es un compañero y la ética te dice que cuando vas como paciente, tienes que adoptar este rol, aunque nunca vas a dejar de ser médico”, ha explicado.
"Cuando los médicos actuamos como pacientes y cuestionamos el diagnóstico del compañero que nos atiende, es justo lo que no nos justa que nos hagan a nosotros. No nos ponemos en el lugar del otro"
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En este sentido, Armas ha puesto el ejemplo de un facultativo que llega a la consulta de otro profesional asegurando que tiene un
cólico renal, sin querer pasar por una revisión previa, y quizás lo que realmente tiene es otro tipo de patología, y hay que hacerle cambiar de idea. “Entonces, cuando los médicos actuamos como pacientes y cuestionamos a la persona que nos atiende,
es justo lo que no nos gusta que nos hagan a nosotros. No nos ponemos en el lugar del otro”, ha concluido.
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