El primer NeumoSEMG se ha celebrado en Valencia.
26 oct. 2016 13:10H
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“El médico de familia tiene un importante papel en el abordaje de la patología respiratoria, más allá de la detección temprana y el seguimiento y control de patologías crónicas como el asma o la EPOC”, ha afirmado Juan Antonio Trigueros, responsable del Área de Respiratorio de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). “Desde Atención Primaria queda aún mucho recorrido que se podría explorar”, ha añadido. Un recorrido que los miembros del Area de Respiratorio de la SEMG tienen presente, como ha quedado reflejado en el programa de NeumoSEMG, el primer encuentro sobre avances en Neumología para médicos de Atención Primaria que se ha celebrado recientemente en Valencia.
En esta reunión se han diseccionado de manera crítica algunos de los últimos estudios en el ámbito y se han celebrado sesiones “sobe temas de gran interés para nuestra área que no siempre tienen cabida en el marco de congresos más genéricos”, ha explicado Trigueros, como una propuesta de programa de control del síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS) en Atención Primaria, el control de calidad en la atención al asma e, incluso, las interacciones medicamentosas en los tratamientos de la EPOC. “Sesiones críticas y muy interactivas que han sido valoradas muy positivamente por docentes y asistentes”, en palabras de Mercedes Otero, miembro del Comité Organizador de este encuentro.
Los tratamientos inhalados también presentan interacciones
“Los tratamientos inhalados también presentan interacciones que pueden ser potencialmente mortales, pero es curioso que casi nunca se hable de ello y apenas se mencione en las guías de práctica clínica”, ha explicado Mario Bárcena, miembro del Área de Respiratorio de la SEMG y ponente en este encuentro. “Es más curioso aún si tenemos en cuenta que en los pacientes con EPOC la comorbilidad es un hecho habitual. Parece que como los tratamientos inhalados tienen una menor absorción sistémica no vayan a tener interacciones, pero las hay, y pueden ser importantes”, ha argumentado Bárcena, quien ha hecho un repaso de las más frecuentes y ha puesto el foco de atención en las más peligrosas. “Por ejemplo, los broncodilatadores anticolinérgicos con fármacos tan habituales como la buscapina o algunos tratamientos para el párkinson o para la incontinencia urinaria. O especial relevancia tiene la suma de fármacos que disminuye el potasio y, por tanto, pueden provocar arritmias, aumentar el intervalo QT y podría ser mortal, como sucede con la combinación de broncodilatadores betaadrenérgicos con algunos diuréticos o antibióticos como las quinolonas y los macrólidos”, ha detallado.
También es interesante la interacción de los broncodilatadores betaadrenérgicos inhalados con los betabloqueantes, importante solo en el caso de los betabloqueantes no cardioselectivos. “Sobre betabloqueantes y EPOC sí que hay muchos estudios y la tendencia es a no utilizarlos, dejando al paciente EPOC con poco margen para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca, cuando se podría usar un betabloqueante cardioselectivo sin que presentara interacciones relevantes y sí un beneficio en términos de mortalidad para los pacientes con EPOC e insuficiencia cardiaca. Hay que prestar mucha atención a las interacciones porque se producen aunque al ser inhalados se absorban menos”, ha concluido Bárcena.
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