Acto inaugural de la IV Revisión anual de Esteve.
Aunque el aumento de la
presión dentro del ojo (presión intraocular) es la principal causa de
glaucoma, unos índices de presión arterial demasiado bajos también constituyen un factor de riesgo en el desarrollo de esta
patología, principal causa de
ceguera irreversible en mayores de 40 años. Así lo explican los expertos asistentes a la
IV Revisión anual de Esteve en Madrid. En la reunión, también han abordado los principales avances en superficie ocular y córnea, cirugía, retina, inflamación ocular y oculoplástica presentados durante este último año en los congresos internacionales más importantes de la especialidad.
“La hipotensión influye en la irrigación del cerebro y del nervio óptico. Y es más probable, incluso con presiones intraoculares no muy altas o normales, llegar a desarrollar un glaucoma”, ha explicado Julián García Feijoo,
Jefe de servicio de oftalmología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. En el glaucoma intervienen factores como la vulnerabilidad del nervio óptico de cada persona, la presión intraocular, la presión arterial e incluso la presión intracraneal, “porque de todo esto depende la irrigación del nervio óptico. Hay pacientes que no tienen una presión intraocular elevada y desarrollan glaucoma, un 10% aproximadamente, pero es porque los otros factores tienen un mayor peso”.
Nuevas terapias con mayor adherencia
En la revisión también se ha hablado de las nuevas terapias, con sistemas de liberación prolongada de los fármacos (anillos de silicona, por ejemplo), que contribuyen a mejorar la adherencia terapéutica. “La mitad de los pacientes no cumple el
tratamiento prescrito. Básicamente por olvidos o por despistes y, en enfermos mayores, porque
tienen dificultades a la hora de administrarse el tratamiento”.
En este apartado se han dado a conocer los resultados del Estudio Eagle, que aporta las primeras
evidencias sobre la idoneidad de extraer el cristalino en pacientes con glaucoma de ángulo estrecho, incluso cuando éste está en perfectas condiciones, un debate que en los últimos años ha estado encima de la mesa. “En este tipo concreto de glaucoma, el iris bloquea el drenaje del líquido del ojo, como si fuera un tapón. Quitando el cristalino, ganamos espacio y la zona queda más abierta, de modo que el drenaje es más fácil. Es el primer estudio que justifica el coste beneficio de este procedimiento, demostrando que la evolución del glaucoma es mejor”.
Alimentación pobre en ácidos grasos omega 3 aumenta ojo seco
En la mesa de superficie ocular y córnea, se ha hablado de la mayor frecuencia del ojo seco
–afecta al 15 por ciento de los mayores de 55 años- debido a distintos factores, entre los que se incluye el tipo de alimentación. Según José Manuel Benítez del Castillo, catedrático de Oftalmología de la Universidad Complutense de Madrid, “ahora comemos más carne, rica en omega 6, y menos verduras, frutas y pescado azul, ricos en omega 3, con lo cual favorecemos el ojo seco. Es cierto que cada vez más gente toma suplementos de omega 3, pero la cantidad en general es muy poca”.
En cuanto a los trasplantes de córnea, “antes se realizaban de todo el espesor corneal, de la córnea entera. Pero ahora son trasplantes lamelares, sustituyendo sólo la capa dañada de la córnea, y con nuevas técnicas, como Dsaek, DMEK o DALK”. Las ventajas son importantes: un único donante puede servir para dos receptores y, al trasplantar una menor cantidad de tejido, se traduce en un menor riesgo de rechazo, “algo fundamental si tenemos en cuenta que el 10% de los pacientes necesitan más de un trasplante y que cuantos más trasplantes, mayor es el riesgo de rechazo”.
En el campo de la cirugía de la catarata y de la miopía
En ese apartado se ha destacado la
evolución de las lentes intraoculares que sustituirán al cristalino tras la cirugía de cataratas que, como las trifocales, permiten ver en distancia de lejos, intermedia (distancia de ordenador) y de cerca (distancia de lectura). También se han presentado nuevas lentes con profundidad de foco que permiten una visión continua sin interrupciones o saltos en la agudeza visual. “Se buscan nuevos materiales de estas lentes que disminuyan la opacificación de la cápsula posterior, para evitar tener que solventar este problema a posteriori con láser”.
Las inyecciones en Dmae: el debate sigue abierto
Otro foco de interés en Revisión han sido las
patologías relacionadas con la retina, más teniendo en cuenta que algunas patologías asociadas a esta parte posterior del ojo son las principales causas de ceguera, como la degeneración macular asociada a la edad (Dmae) –en mayores de 50 años- o la retinopatía diabética –en menores de 50 años y la maculopatía miópica-.
En la edición 2017, Revisión Anual ha incorporado un nuevo tema a su programa:
la inflamación ocular, disciplina de máxima actualidad. En este apartado, los expertos han analizado la repercusión de la infección por el virus zika y por el virus del ébola en el ojo, presentando la experiencia de varios países.
Una parte de la mesa de oculoplástica se ha dedicado al estudio de la parálisis facial y a las distintas técnicas para su tratamiento. También se han abordado las novedades más recientes en la terapia del carcinoma de la glándula lagrimal, un tumor en las glándulas que segregan las lágrimas, y una patología de gran complejidad.
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