Margaret Chan. |
Redacción. Madrid
Por primera vez, los países de la UE tienen más población mayor de 65 años que menor de 15 años, ésta tendencia observada en gran parte del mundo ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a pedir que se aumente la investigación farmacéutica enfocada al desarrollo de nuevos tratamientos que se ajusten a este cambio demográfico.
"A pesar del aumento de tres veces más del gasto en investigación y desarrollo farmacéutico en Europa desde 1990, existe un desfase cada vez mayor entre las necesidades de la población real y la innovación farmacéutica", ha señalado Nina Sautenkova, responsable de Tecnologías de la Salud y Productos Farmacéuticos de la OMS para la Región de Europa.
Por ello, "debemos asegurarnos de que la industria desarrolle medicamentos seguros, eficaces, asequibles y adecuados para satisfacer las necesidades de salud en el futuro", ha añadido durante la presentación del informe 'Medicamentos prioritarios para Europa y actualización mundial 2013'.
Haciéndose eco de esta predisposición de la población, que afecta también a países de medios y bajos ingresos, el informe hace hincapié en que este cambio en los países de la UE es "una llamada a tiempo" para el resto del mundo, para que sean conscientes de que la población va a envejecer y en el futuro tendrán también que hacer frente a los desafíos similares sobre su salud.
Desde el punto de vista de la salud pública, el envejecimiento de la población provoca una mayor prevalencia de enfermedades cardiacas, accidentes cerebrovasculares, así como un aumento de casos de cáncer, diabetes, osteoartritis, dolores articulares, pérdida de audición y de demencias, como la enfermedad de Alzheimer.
"En combinación con la promoción de la salud e iniciativas de prevención, estas enfermedades también requieren una mayor inversión en investigación e innovación para superar las brechas farmacéuticas", señala el informe, que se centra en las laguna farmacológicas, es decir en aquellos tratamientos que pueden convertirse en ineficaces, ya que no serán apropiados para el grupo diana de pacientes, o que son inexistentes, o no son suficientemente eficaces para esta población.
Además de las condiciones relacionadas con el envejecimiento, el informe identifica una serie de otros temas importantes para el futuro de la investigación farmacéutica y la incorporación de medicamentos. De este modo, observa que, desde la primera edición de este informe publicado en 2004, ha habido un progreso desigual.
Este informe es una actualización de la versión 2004 y es un producto de la colaboración de los expertos de la OMS, los Estados miembros de la UE, la industria farmacéutica, y asociaciones academias y pacientes.
Progreso desigual desde 2004
Por otra parte, la OMS recuerda que los pacientes, y en particular las personas de mayor edad, a menudo requieren medicación para múltiples enfermedades crónicas. Sin embargo, las directrices de la investigación y el tratamiento tienden a ser impulsados más por la enfermedad que centradas en el paciente.
"Se han realizado varios ensayos a pequeña escala de terapias de combinación, pero no se han iniciado estudios a gran escala. Un ejemplo de ello se el establecimiento de la polipíldora para tratar una isquémica", ha explicado Kees De Joncheere, director de la OMS de Medicamentos Esenciales y el departamento de productos.
En este sentido, se ha quejado de que, pese a que los resultados de estos ensayos han sido "prometedores", no hay inversión para realizar estudios a gran escala y tener la evidencia de sus beneficios, así como "para hacer las formulaciones correctas que en la práctica salven más vidas".
Otro motivo de preocupación del informe es la necesidad de desarrollar medicamentos que no requieran almacenamiento refrigerado, y pone de ejemplo el desarrollo de la insulina estable al calor para la diabetes y la oxitocina para el parto. "Esto proporcionaría un beneficio importante para mejorar los servicios de salud en los países que no tienen acceso constante a la refrigeración", explican.
Por otra parte, comparte con el informe de 2004, la necesidad urgente no sólo para conservar los medicamentos actuales, sino también para desarrollar nuevas opciones; más ante el aumento de la resistencia de los microbios comunes a los medicamentos utilizados para tratarlas, que "amenaza con hacer muchas intervenciones de salud en la actualidad imposibles".
Otros puntos destacados del informe son los factores críticos que afectan a la innovación farmacéutica, tales como la optimización de los sistemas de reglamentación para la autorización de comercialización; la adopción de políticas de reembolso de precios o la creación de incentivos; y los caducos registros electrónicos de salud existentes para obtener datos valiosos para mejorar la seguridad y la eficacia de la medicina.