Los laboratorios españoles de Farmaindustria se plantean crear su propia patronal

Eduardo Ortega Socorro. Madrid

Humberto Arnés, director general de Farmaindustria.

Los malos tiempos por los que atraviesa la industria farmacéutica están dejando ver grietas entre sus principales órganos empresariales. Y es que, según ha podido saber Redacción Médica, el descontento sobre la labor de representación de la patronal Farmaindustria cunde entre los laboratorios españoles.

Dichas compañías indican que la labor de defensa de los intereses del sector se está centrando, principalmente, en los de las multinacionales. De hecho, entre las compañías se ha llegado a acariciar la idea de crear una patronal solo con aquellas cuya base principal esté en España.

La raíz del problema está en que cuestiones como la innovación galénica o las aportaciones al PIB por actividades de I+D nacional, dos de los valores que aportan las compañías innovadoras españolas, no se encuentran entre los principales factores a tener en cuenta a la hora de decidir financiación y precio público defendidos por Farmaindustria en sus encuentros periódicos con las autoridades del Ministerio de Sanidad.

De hecho, la propia Administración ha hecho llegar esta sensación a los responsables de las compañías nacionales y ha hecho la sugerencia de que defiendan sus intereses por su cuenta. Es más, el propio Carlos Lens, subdirector general de Calidad del Medicamento y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad, ha indicado en varias ocasiones que el departamento que dirige Ana Mato tiene en cuenta la aportación de estos laboratorios y sus esfuerzos: “Son aplaudidos desde la Administración, porque son de compañías españolas que contribuyen, además de a la innovación, a la riqueza nacional”.

Más agresividad

Con todo, coincidiendo precisamente con las más duras medidas de recorte del gasto farmacéutico por parte de las administraciones públicas, en general los miembros de Farmaindustria han exigido a la patronal un perfil más incisivo en sus reclamaciones.

Jordi Ramentol.

Precisamente, fue durante el mandato del grupo 'español', en su momento presidido por Jordi Ramentol, director general de Ferrer y actualmente presidente de Anefp (la patronal del autocuidado), cuando Farmaindustria se tuvo que enfrentar a algunos de sus mayores retos. La suma de las medidas de origen autonómico a las decisiones de recorte del gasto farmacéutico estatal dieron fruto a una crisis sin precedentes en el sector. Ello generó que los laboratorios reclamaran a los responsables de la patronal posturas más agresivas en sus encuentros con los responsables sanitarios, sobre todo respecto a medidas de índole estatal como las centrales de compras o el omnipresente RDL 16/2012.

Y el futuro tampoco es halagüeño. Aunque la firma del 'Protocolo de Colaboración entre el Ministerio de Sanidad y Farmaindustria' parecía sentar las bases de una calma tensa entre ambas partes, lo cierto es que la Administración prepara una nueva ofensiva: a la reducción en más de 500 millones de euros del mercado farmacéutico que se espera por la aplicación de los nuevos precios de referencia hay que sumar los recortes que podrían llegar en el capítulo del medicamento hospitalario, una iniciativa que la industria lleva temiendo desde hace tiempo (particularmente, desde que se está poniendo en marcha un sistema para poder calcular el gasto en farmacia hospitalaria a escala nacional).

Además, hay que recordar que Sanidad se dispone a abrir el temido 'melón' de la tarifa plana de medicamentos innovadores, a través de acuerdos con dos laboratorios que obtendrían la exclusividad de las indicaciones terapéuticas correspondientes.

La próxima presidencia de Farmaindustria, que es rotatoria, queda en manos del grupo de laboratorios españoles. ¿Logrará el representante que corresponda, ante el horizonte que se presenta, cumplir las reclamaciones de las compañías nacionales? En octubre se comenzará a contestar esta incógnita.

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