Javier Barbado. Madrid
El gasto hospitalario aumentó el 1 por ciento en el periodo comprendido entre 2009 y 2011, y, en cambio, se redujo de forma considerable el atribuible a la farmacia y, de forma más discreta, el generado por la Atención Primaria, según se deduce de una infografía comentada que acaba de publicar la consultora Antares Consulting.
Fuente: Antares Consulting. |
Sus portavoces denuncian con ella, de hecho, que el ahorro derivado de la política económica de austeridad en el campo de la salud no se lleva a cabo de forma equitativa en los distintos niveles y prestaciones asistenciales, lo cual apunta a que, en lugar de reformas sistémicas que hagan sostenible la sanidad en el futuro, se ha optado por “capear el temporal” con reducciones drásticas en algunas parcelas como la farmacia, en expresión utilizada por el propio presidente de la compañía, Eduard Portella.
El estudio de Antares Consulting revela que, en ese intervalo de tiempo, el primer nivel asistencial disminuyó su gasto el 5,7 por ciento, y, en el campo de la farmacia, la consultora calcula un ahorro acumulado por el Estado de 552 millones de euros tras la implantación del nuevo copago con la aprobación del Real Decreto Ley 16/2012 y la consecuente caída de la demanda.
Los autores de la infografía concluyen que el gasto sanitario en España entre 2009 y 2011 se ha reducido el 1,94 por ciento y eso ha supuesto un ahorro de 2.817 millones de euros, pero, si se analiza con detalle este logro, se observa que “la farmacia es el primer contribuyente a la disminución de la factura sanitaria” y, por otro lado, crece el gasto hospitalario (representa el 56 por ciento del total). Según la compañía, la contención del gasto farmacéutico se debe a que el financiador es en parte el usuario en lugar del Estado (copago) “y no a un ahorro neto del sistema”. Y, con respecto al gasto de los hospitales, critica que no se haya reducido esa partida “pues todavía tienen mucho margen de mejora en su eficiencia”.
Crisis con tres variantes
Portella, por su parte, ahonda en que la sanidad afronta una crisis con tres variantes: “Una crisis subyacente, cronificada, motivada por la evolución de los costes sanitarios por encima del crecimiento de la economía medida con el producto interior bruto; (…) una larga crisis del modelo asistencial condicionada por el cambio de paradigma en el modelo epidemiológico, el cambio sociológico en los usuarios del sistema y la irrupción de las nuevas tecnologías de la comunicación (…); y una crisis aguda de financiación a corto plazo consecuencia de la crisis económica”. Y advierte acto seguido de que conviene distinguir los tres contratiempos y tomar medidas que no solo equilibren los presupuestos, sino que también renueven el modelo sanitario para que no genere más costes en el futuro.