Santiago Muñoz Fernandez, presidente de la SER, asegura que el médico es el único que tiene la responsabilidad para prescribir el mejor tratamiento posible, a partir de la mejor evidencia científica y teniendo en cuenta las características de cada paciente y las alternativas terapéuticas disponibles



17 jun. 2013 12:45H
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Santiago Muñoz Fernández.

Redacción. Madrid
La Sociedad Española de Reumatología también ha dejado ver su desagrado por la cada vez mayor proliferación de los equivalentes terapéuticos. En un comunicado, “se suma al reciente manifiesto de la Organización Médica Colegial (OMC) que busca preservar la actuación profesional y el deber deontológico que tiene el médico ante el cuidado de la salud de su paciente, frente a la regulación de las alternativas terapéuticas  que se está preparando desde diferentes administraciones sanitarias autonómicas”.

De esta manera, la sociedad científica afirma que “defiende la libertad de prescripción de medicamentos por parte de los profesionales sanitarios, teniendo siempre en cuenta  las características y circunstancias del paciente, sin olvidar los aspectos económicos derivados de dicha actuación”.

Santiago Muñoz Fernandez, presidente de la SER, asegura que “el médico es el único que tiene la responsabilidad para prescribir el mejor tratamiento posible, a partir de la mejor evidencia científica y teniendo en cuenta las características de cada paciente y las alternativas terapéuticas disponibles”. No obstante, -añade- “en este proceso también se debería implicar al paciente, quien debe jugar un papel esencial en el momento de tomar una decisión terapéutica”.

En su comunicado, asegura que para “facilitar este objetivo, existen guías de práctica clínica, documentos de consenso y recomendaciones por parte de las sociedades científicas y otros organismos internacionales, convenientemente avalados,  y que sirven para orientar a los profesionales  y garantizar de este modo la terapia más adecuada”.

Asimismo, recalca que “el hecho de que un determinado número de medicamentos se clasifiquen en un mismo grupo terapéutico o compartan una misma indicación terapéutica no supone que se puedan considerar alternativas terapéuticas equivalentes ni de eficacia o seguridad similares en el paciente individual. Al igual que precisa el manifiesto de la OMC, la SER considera que estas declaraciones de equivalencia deberían estar basadas en ensayos clínicos diseñados con esta finalidad, de acuerdo con directrices internacionales aplicables a nuestro país, en las que debería participar la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps)”.

Optimización y uso racional de los medicamentos

Con todo, Muñoz Fernández declara: “los profesionales sanitarios nos ponemos a disposición de las administraciones públicas con el objetivo de promover el uso más racional de los medicamentos y la mejor optimización terapéutica. De hecho, los reumatólogos españoles han sido pioneros en la optimización de las terapias biológicas con diversas estrategias que han desembocado en ahorros económicos considerables, sin que ello fuera en detrimento de optar por el medicamento más adecuado a las necesidades de cada paciente. En este sentido, ya aplicamos desde hace tiempo criterios de coste-efectividad a la hora de implementar los tratamientos”.

“No obstante, -añade- no es posible hablar de supuesta equivalencia terapéutica entre fármacos que tienen diferente estructura química, forma de administración, farmacocinética, y resultados diferentes de eficacia y seguridad”.

A juicio del Dr. Muñoz Fernández, “tener que prescribir el medicamento más barato, sin considerar la mejor opción individualizada para cada paciente, a la larga con seguridad repercutirá en un peor resultado en términos de salud del paciente y en un aumento del gasto farmacéutico y hospitalario, ya que este tratamiento puede no ser el más eficiente, por lo que se necesitarán más recursos (pruebas, ingresos hospitalarios, otras terapias, etc.) hasta lograr la mejora del enfermo”.

Finalmente, la SER expresa su temor ante la posible inequidad al acceso de los medicamentos por parte de algunos ciudadanos dentro del propio Sistema Nacional de Salud (SNS). “No se debería permitir que un paciente que viva en una determinada comunidad autónoma no tenga la posibilidad de ser tratado con  todos los medicamentos autorizados. Hay que evitar que se vulneren los derechos de los pacientes y luchar contra la discriminación de los pacientes, y a favor de la cohesión del SNS”, concluye el presidente de la SER.
 

 

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