Javier y María fueron víctima del comportamiento agresivo de los pacientes y piden denunciar cualquier caso de violencia

Puñetazos, mordiscos... el drama enfermero tras una agresión: "Toqué fondo"
Las agresiones a enfermeras se han disparado el último año en España.


4 oct. 2024 7:00H
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Javier trabaja como enfermero de Atención Primaria en Zaragoza. Su misión radica en garantizar la asistencia sanitaria a los centenares de pacientes que acuden a su servicio a diario. Una jornada que transcurre entre el tratamiento de heridas y el seguimiento de las terapias farmacológicas de los visitantes al centro de salud. Lo que nunca se espera es acabar el día lleno de magulladuras y con la intervención de la Policía. Ningún profesional prevé que al final de su turno va a ser víctima de una agresión. 

En su caso, el incidente ocurrió en la sala de extracciones del centro de salud en el que labora. El perpetrador fue el acompañante del paciente. Este se puso violento y atacó a Javier, además de a una médica y una fisioterapeuta presentes en el lugar. "A raíz de la agresión, yo resulté herido con dos mordeduras a un gemelo", ha relatado. Su compañera facultativa acabó con un esguince de tobillo y rodilla y la experta en lesiones musculo-esqueléticas con una lesión en la muñeca y la rotura de la cápsula de uno de los dedos de la mano. Una situación difícil de olvidar.

Tampoco fue fácil para María -nombre ficticio por temor a represalias-, enfermera en el Servicio Canario de la Salud (SCS). La sanitaria recibió una golpiza al tratar de defender a un colega del comportamiento violento de un paciente. El agresor se abalanzó sobre ella con la mano cerrada y la empujó contra un ropero. Allí, le proporcionó varios puñetazos en la cabeza. Pero, no fue lo único. "Cuando mi compañero me lo quitó de encima, todavía me cogió del moño y me arrastró hacia la puerta. Fue cuando pude soltarme", ha explicado la profesional. El suceso se saldó con un hematoma en el brazo izquierdo, un esguince cervical y dolor de cabeza permanente durante un mes. 


Más allá de las secuelas físicas


Este tipo de experiencias no solo dañan el cuerpo de sus víctimas, sino también sus mentes. María temía que le fuese a suceder lo mismo una vez más, lo que hizo que no tuviera fuerzas ni para enfrentarse a su rutina enfermera. "Al principio de la agresión todo parecía ir bien, estuve de baja y a los pocos días fui a trabajar. Pero, a los seis meses toqué fondo. Empecé a tener miedo de salir de casa, sufrí impotencia y no tenía ganas de ir a trabajar. Tuve que ser atendida por profesionales de Psiquiatría", ha revelado. 

Desde el Consejo General de Enfermería (CGE) advierten que la violencia contra las profesionales que representan diezma su motivación y genera preocupación y frustración. Muchas creen que no han realizado bien su trabajo, lo que provoca sus dudas sobre su calidad asistencial. La ansiedad y la depresión pueden aparecer, incluso el agotamiento laboral -el conocido como 'burnout'. En última instancia, la sanitaria puede optar por abandonar su puesto. 


"A los seis meses toqué fondo tras la agresión qu sufrí", ha resaltado María



Un final preocupante, ya que el organismo colegial señala que buena parte de las agresiones a enfermeras vienen provocadas precisamente por su escasez en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Y es que su carencia aumenta los tiempos de espera y la demora en la atención y por ende la irascibilidad de los pacientes. Motivo por el que el CGE demanda que aumente la contratación de este perfil sanitario. En concreto, 100.000 empleadas más para poder equiparse a los países europeos con mejor ratio por habitante.


Siempre hay que denunciar


Ambos sucesos acabaron en los tribunales. En el caso de Javier, el proceso judicial está cerca de su fin, con concurso penal y económico para el agresor. Por su parte, María ya no tiene que acudir a los tribunales. "La agresión fue denunciada a la Guardia Civil, se dio paso a un juicio rápido y ganamos. El paciente fue condenado a prisión", ha afirmado.

Los dos enfermeros concuerdan en que cualquier agresión, ya sea verbal y física, debe ser llevada por la vía judicial. "Todas ellas son completamente denunciables y tienen que tener un resultado penal, ya que lo único que estamos realizado son nuestras labores de trabajo", ha aseverado el enfermero de Zaragoza. Es más, el CGE anima a que todos los profesionales que vivan una situación similar no duden en acudir a las fuerzas del orden. Y es que muchas sanitarias no lo hacen cuando se trata únicamente de insultos y amenazas, lo que hace que el recuento que realiza el Observatorio de Agresiones de la entidad no sea del todo exacto.


"Todas las agresiones son denunciables y tienen que tener un resultado penal, ya solo estamos haciendo nuestro trabajo", ha explicado Javier



Pese a todo, el organismo ha registrado en su último informe que las conductas violentas contra enfermeras han aumentado un 10 por ciento en 2023, hasta las 2.840. Precisamente, Aragón y Canarias son algunas de las comunidades autónomas donde más se ha incrementado el volumen de agresiones. Una subida producida por la mayor notificación por parte de las instituciones colegiales y gubernamentales de la comunidad autónoma, pero también por un mayor impulso denunciante. "Ahora estoy más fuerte que nunca e invito a mis compañeras a hacer valer nuestra profesión y también a nosotras mismas como personas", ha sentenciado la sanitaria canaria. Para que la jornada laboral sea eso, simplemente un día de trabajo más.
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