"Enfermería no necesita ser coordinada por la FP sociosanitaria"

Para la Asociación EIR, la solución para que los cuidados estén asegurados en los centros sociosanitarios no radica en la creación de una Formación Profesional en ‘Supervisión a la Atención sociosanitaria a la persona usuaria’, sino en gestionar mejor los recursos humanos existentes. Así lo aseguran los fundadores de la plataforma a Redacción Médica, quienes señalan que esta nueva cualificación propuesta desde el Ministerio de Educación es “solo un parche para no contratar enfermeras en las residencias”. Además, destacan que la sobrecarga laboral de los y las enfermeras en estos centros es “inhumana”. "Casi de manera literal huimos de las residencias", lamentan.

En concreto, según Victoria Velasco, secretaria de la Asociación EIR, la solución ante los problemas de coordinación en estos centros pasa por la contratación de más enfermeras especialistas en Geriatría. Una situación con la que, continúa, “nuevamente” se constata la importancia del reconocimiento EIR y lo necesarias que son las enfermeras especialistas.

De hecho, uno de los principales alegatos de la Enfermería española en contra de esta formación es que defienden que los y las sanitarias están “perfectamente cualificadas” para acometer sus funciones en las residencias de mayores “sin necesidad alguna de que su labor profesional haya de ser coordinada, supervisada o tutelada por un profesional de inferior cualificación”.

“Se deben mejorar las condiciones laborales y aumentar la retribución económica de las profesionales”, reivindica Velasco, coincidiendo con el punto de vista del presidente de la plataforma EIR, Guillermo Vera.

El papel de Enfermería en las residencias

El presidente de la asociación considera que, especialmente a la raíz de la pandemia por Covid-19, las residencias no son los centros ‘idóneos’ para el desarrollo de las y los profesionales de Enfermería, dado que la sobrecarga laboral es “inhumana”.

“Es lógico que si una enfermera puede elegir entre trabajar en la pública cobrando 1.400 euros al mes a 35 horas semanales y trabajar en una residencia con una cantidad indecente de personas a su cargo por 1.000 euros mesuales, va a elegir lo primero”, explica el enfermero, que subraya que esta decisión no solo se debe por las condiciones de trabajo, sino por el objeto propio del trabajo y la ética profesional.

“En estos lugares no suele haber tiempo ni medios para dar unos cuidados óptimos. Por norma general, la enfermera que trabaja en una residencia lo hace porque no hay otra cosa. Por norma general, insisto. Y esto es porque la sobrecarga laboral en las residencias es inhumana; se abusa sobremanera del personal de Enfermería, así que, si hay otra opción, la cogemos casi sin preguntar, y casi de manera literal huimos de las residencias”, lamenta el presidente de la plataforma.

Para la Asociación EIR, la solución que ha propuesto el Gobierno ha sido la de “inventarse” una FP “supuestamente a medias entre Enfermería y TCAE”, pero “solo es un parche para no contratar enfermeras en las residencias”.

Por ello, la plataforma que agrupa a las enfermeras especialistas defiende que la solución real pasa por contratar más enfermeras y más TCAEs para que los cuidados de Enfermería estén asegurados en los centros sociosanitarios, porque, concluyen, actualmente es “humanamente imposible dar unos cuidados de calidad en la mayoría de centros”. “Si las residencias pagaran mejor y redujeran el ratio enfermera/usuario, no tengo ninguna duda de que este problema no existiría”, puntualiza Vera.