Traumatología, Ginecología y Obstetricia y Medicina Interna siguen siendo las especialidades que generan mayor conflictividad



10 may. 2013 12:07H
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Ricardo Martínez Platel. Madrid
Desde  comienzos de los años 80 hasta aproximadamente el año 2005 se produjeron incrementos sustanciales en las reclamaciones en el ámbito sanitario,  que excedieron el 400 por ciento. Sin embargo, a partir de ese momento ha habido una estabilización e incluso en los últimos años parece que los datos que han ofrecido algunas comunidades autónomas apuntan hacia un ligero descenso, como explica José Ramón Díez, profesor de la UNED.

Juan Siso, profesor de Derecho Sanitario de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Rey Juan Carlos; y José Ramón Díez, profesor de la UNED.

Las especialidades que históricamente han generado mayor conflictividad han sido Traumatología, Ginecología y Obstetricia y Medicina Interna. Y las causas de las reclamaciones están encabezadas por la reclamación por secuelas, en segundo lugar por fallecimientos, la tercera por errores terapéuticos y errores de diagnóstico y una última causa de menor incidencia que las anteriores la constituían las enfermedades nosocomiales.

La crisis económica está afectando también a las reclamaciones, ya que los procesos de responsabilidad suelen tener costes elevados toda vez que se precisa la intervención de peritos y expertos. Estos costes además se pueden ver incrementados con las tasas judiciales, lo que por un lado contraerá el número de reclamaciones, y por otro seguramente los redirija al proceso penal.

Por estas razones, parece que a corto y medio plazo la tendencia de estabilización o ligera descendencia en las reclamaciones judiciales se consolidará. Por otra parte, a largo plazo, y siempre que la situación económica no impida los avances de la ciencia, habrá que tener en cuenta que, con los nuevos descubrimientos en materia de ADN, en un plazo razonable de tiempo  haya un nuevo cambio en relación con la medicina genética o la medicina predictiva, donde algunos derechos fundamentales del paciente como el de su intimidad genética pudiera tomar un gran protagonismo.

En los últimos años se han producido dos fenómenos sociales de importancia: la democratización de la formación y la consiguiente culturización de la sociedad, por un lado, y la definición de una nueva figura del paciente como portador de derechos de nueva generación, situados al más alto nivel, algunos de ellos en la esfera de los principios informadores del ordenamiento jurídico, tal y como subraya  Juan Siso, profesor de Derecho Sanitario de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Rey Juan Carlos. Siso incide en que las quejas deben existir y no deben de ser entendidas por los gestores sanitarios como una perturbación del funcionamiento ordinario del sistema, sino como oportunidades de información sobre las disfunciones del mismo.

 

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