Ricardo Martínez Platel / Imagen: Cristina Cebrián. Madrid
La judicialización del ámbito sanitario obliga a buscar alternativas que frenen el aumento de la litigiosidad. Por este motivo, la mediación se erige como una herramienta capaz de alcanzar una solución consensuada entre conflictos entre el médico y el paciente, entre los propios profesionales o con la Administración. Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médica Colegial, ha explicado en la presentación de un curso de formación de mediadores, que los errores están ahí y “en vez de ver los procesos desde la culpa, hay que intentar que sean desde una expectativa de buena voluntad”.
De izquierda a derecha, Juan Manuel Garrote, secretario general de la OMC; Concha Escudero, abogada y mediadora; Pedro Hidalgo, presidente del Colegio de Médicos de Badajoz; Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la OMC; Enrique Sánchez de León, exministro de Sanidad; y Juan Martínez, director de la Fundación para la formación de la OMC.
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El presidente del Colegio de Médicos de Badajoz, Pedro Hidalgo, ha manifestado que la mediación es una iniciativa “para reconocer, no para penar”. Se trata de saber “qué ha pasado, por qué y cómo se puede compensar”. Hidalgo ha insistido que se trata de una figura que también puede jugar a favor del médico: para proteger sus derechos y defenderse de agravios internos que puedan surgir.
En este punto, el codirector del curso, el exministro de Sanidad Enrique Sánchez de León ha incidido en que “dada la lentitud de la Justicia, hay que buscar caminos alternativos en los que es fundamental la voluntad de las partes, puesto que la mediación es un intento de conciliar intereses entre el derecho y la obligación”, en un contexto donde “es imposible cifrar la cantidad de reclamaciones que se producen”.
La ley de mediación se aplica desde hace años en relacionada con asuntos civiles. En el caso sanitario, el número de reclamaciones aumenta paulatinamente, a pesar de que no son muchas las sentencias que condenan a los médicos. Sin embargo, los litigios son largos, costosos y obligan a los facultativos a padecer la denominada “pena de banquillo”. La mediación aparece como una alternativa real a los métodos tradicionales y constituye una oportunidad para solucionar los casos de una forma extrajudicial.
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